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Con quince años no conocía mundo más allá de su Gran Canaria natal –nació en la localidad de Telde, en 1971–; pero en 2009 fue nombrado subsecretario de Comercio de la Casa Blanca durante el mandato de Obama. «Fui el primero de mi familia en ... estudiar», evoca para aclarar que es la suya una carrera de fondo que sirve de ejemplo del gran sueño americano. En lo personal se casó en 2011 con la española Tiziana Domínguez, hija del diseñador Adolfo Domínguez; y en lo profesional terminó asesorando a las grandes figuras del partido demócrata estadounidense como Al Gore, Obama y Hillary Clinton en materia de cambio climático, comercio internacional y economía mundial. Sobre estos asuntos que protagonizan la agenda política mundial habló ayer en en el IX Congreso Internacional de Ordenación del Territorio, organizado en la Universidad de Cantabria en colaboración con la Vicepresidencia del Gobierno de la región.
–Es un país totalmente polarizado. Recientemente leí una encuesta que me dejó estupefacto. Por primera vez en la historia, hay un 74% de personas a las que les preocupa que su hija o hijo terminen contrayendo matrimonio con una persona de perfil político opuesto.
–Es una polaridad que me preocupa muchísimo y tiene mucho que ver con el desencanto social con los partidos tradicionales y el surgimiento de nuevos movimientos.
–Son líderes que explican lo complejo con palabras simples, que encuentran soluciones sencillas a problemas que no lo son. Por eso yo confío en la capacidad de la sociedad civil para ejercer la democracia.
–Es que soy partidario de que existen muchos políticos que son buenas personas, que están en esto por vocación, que realmente creen en esto como motor de cambio social.
–Europa está frente a una encrucijada histórica y lo que ocurra en los próximos dos años va a definir el futuro y su papel en el mundo.
–Soy optimista pero estoy preocupado. Estamos pensando en el 'Brexit'y olvidamos que en Austria la extrema derecha no gobierna por solo dos puntos, o que Marine Le Pen tiene un 33% de los votos franceses. En España esto empieza a surgir ahora y estoy preocupado, digo, porque esto ya ha sucedido en el pasado.
–Ambos problemas tienen un denominador común. Requieren soluciones conjuntas. No se puede hablar de economía de forma aislada, sino que tiene implicaciones mundiales y eso influye en el clima porque lo que contamina China, por ejemplo, termina por llegarnos a nosotros.
–Trump defiende que el Iphone se vuelva a fabricar en América y es una mentira. No se puede pagar 2.000 euros por un teléfono y es lo que iba a costar. Los países más desarrollados deben diferenciarse por la I+D+i.
–La competitividad tiene que ver con la innovación y España se equivoca en este sentido. El sol y la playa pueden caducar, no pueden sustentar el peso económico de un país.
–Soy una persona afortunada porque tuve el apoyo de mis padres. Que nadie piense que los logros se consiguen de forma individual. Todas las personas a las que admiro, como Al Gore, Clinton u Obama, sienten pasión por lo que hacen y eso me parece crucial. Y también es importante que están preparadas para el fracaso.
–Exacto. Aquí nos autolimitamos mucho. Y luego, por último, toda esa gente procura devolverle a la sociedad parte de lo que ésta le ha dado.
–La conozco y soy un enamorado de esta tierra. Creo que tiene la gran oportunidad de aprovechar su turismo de calidad basado en las experiencias y que también puede ser un referente importante en materia de investigación con la universidad y los centros de referencia mundial.
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