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Las obras de la duplicación de la vía entre Santander y Muriedas, que comenzaron el pasado 10 de junio y obligan a hacer transbordos a los usuarios de la línea C1 de Cercanías que conecta Santander con Reinosa y a las conexiones de media y ... larga distancia entre Cantabria y la meseta hasta diciembre, se encuentran en la fase inicial del proyecto, centrada en el desmantelamiento de parte de la infraestructura ya presente. Estos trabajos forman parte del plan del Ministerio de Transportes para mejorar la obsoleta red de Cercanías de Cantabria y «avanzan a buen ritmo, conforme a la planificación», según el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), encargado de ejecutar la obra. Aunque a simple vista, en un recorrido por los tramos afectados, pueda parecer que no hay excesivo movimiento, -pocos operarios y maquinaria sobre el terreno- lo cierto es que las labores comenzaron hace dos meses por lo que los primeros trabajos se han basado principalmente en la excavación y desmontaje de las vías.
La obra se enmarca dentro del proyecto de la duplicación de la vía del trayecto entre Torrelavega y Santander, en la línea convencional a Palencia, con una inversión de 138 millones. Comienzan en el tramo que va desde la estación de Santander hasta el apeadero de Valdecilla. Allí, la semana pasada, un par de grúas y alrededor de diez operarios trabajaban sobre el terreno. De hecho, en ese recorrido ya se ha ejecutado el levante y desplazamiento de la vía, así como el de la catenaria y el desmontaje de postes, entre otras actuaciones. Justo después, en el tramo que va desde el apeadero de Valdecilla hasta la altura de talleres Cajo, los trabajos se han centrado en el desmantelamiento y retirada de marquesinas y mobiliario urbano del apeadero, además del levantamiento de la vía.
El recorrido continúa hasta el apeadero de Nueva Montaña, donde también se podía observar trabajando a una grúa y dos operarios. Aquí las actuaciones, hasta el momento, se han centrado en la excavación, ya realizada al 70%, el desmontaje de catenaria y la retirada de postes. Igual que la vía de acceso a la Global Steel Wire, que ya ha sido desmontada. Y en el último tramo, que llega hasta el apeadero de Muriedas, los trabajos están menos avanzados que en el resto de estaciones, aunque las excavaciones ya se han ejecutado al 80%.
Son unas obras complejas pero que, una vez concluyan, mejorarán el tráfico en el interior de Cantabria y en las conexiones de la región con la Meseta. «Gracias a estas actuaciones se incrementará la capacidad de la infraestructura y, con ello, aumentará la fiabilidad y eficacia de la explotación ferroviaria, además reducir tiempos de viaje y agilizar las maniobras y cruces de los diferentes servicios», explicó Adif.
No por ello, este proyecto ha estado exento de polémica. De hecho, la complejidad de las actuaciones obliga a hacer transbordos hasta diciembre. Seis meses en total desde que comenzaron las obras. Para ello, Renfe estableció un plan alternativo de transporte -por importe de un millón de euros- y el propio gerente del operador ferroviario en Cantabria y Asturias, Pelayo Lobo, cifró en un 40% los pasajeros perdidos como consecuencia de los trabajos.
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