A Manuel Bustamante, el más veterano fotógrafo de prensa de Cantabria, nadie le llama Manuel. Todo el mundo, todo, del Rey abajo, le llama Manolo. En la sesión de fotos para esta entrevista la gente le saluda. «Muy guapo, Manolo»; «Felicidades por el premio, Manolo»; « ... Manolo, qué tal Manolo». Este santanderino, nacido el 12 de enero de 1929 en la calle del Sol, hijo de Manuel y María Luisa, es uno de los verdaderos personajes populares, conocido de varias generaciones de cántabros. La Asociación de la Prensa le ha concedido el premio 'José Estrañi', por su carrera profesional. El premio se entrega esta noche.
-¿Usted no es fotógrafo por tradición familiar?
-No, mi padre no era fotógrafo. Era oficial de la marina mercante en el vapor 'Habana'. Ese barco llevó muchos niños republicanos refugiados a Burdeos y a Inglaterra.
-¿Y como llegó a la fotografía?
-Empecé con unos primos, Bienvenido y Fernando, que tenían joyería y fotografía, en Becedo. Dejé la joyería porque en la mili me explotó una granada de mano y me dejó la mano izquierda sin fuerza. Así que se puede decir que comencé en la fotografía en el año 1945. Era fotografía de estudio.
-¿Y en el periodismo?
-Pues me llamaron un día para hacer cosas de bolos, de universidad... Cuando don Joaquín Araúna cayó enfermo me quedé en El Diario Montañés, en el año 61 creo recordar. Y así hasta que me jubilé el 31 de enero de 1994. También trabajé en la Hoja del Lunes.
-¿Recuerda la primera foto que hizo para la prensa?
-No. Pero me acuerdo del primer suceso. Unos músicos que habían tocado en Torrelavega se estrellaron contra un árbol en la Cuesta de La Morcilla y se mataron.
-La última foto de prensa.
-Hace poco, en diciembre. Se publicó en EL DIARIO. El campeonato de mus del hotel Chiqui, en el que juego.
-¿Echa en falta el periodismo?
-Mucho. Muchísimo. Porque es un trabajo muy activo. Todo el día por la calle, con políticos, deportistas, en sucesos... Muy liberal. De no haber sido fotógrafo de prensa me hubiera gustado ser marino, como mi padre.
-¿Sus más de cuarenta años en el periodismo han pasado deprisa?
-Demasiado. Sin darme cuenta. Cuando me he querido enterar ya estaba jubilado. Ahora los fotógrafos descansan sábado y domingo. Yo no descansaba nunca, era el único fotógrafo en la redacción. Me enteraba de que era domingo porque el Racing jugaba en Santander. Hasta en Viernes Santo trabajaba, porque había que hacer fotos de las procesiones.
-Así que en su archivo hay millones de negativos.
-Calculo que cuatro millones y medio. Todo archivado y organizado. He aprovechado la jubilación para ponerlo en orden.
-¿Y cámaras de fotos?
-Tengo un Nikon, una Leica, una Voiglander, una Olimpus, cinco Pentax y varias antiguas de fuelle, una de ellas de 1913. En perfecto estado.
-Su cámara ha estado ante miles de personajes...
-Perón, los emperadores y el príncipe heredero del Japón, Franco, los Príncipes y hoy Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía; don Juan de Borbón, el general De Gaulle, Linda Johnson, el cantautor argentino Atahualpa Yupanqui; Severo Ochoa...
-¿Quién es más fácil de fotografiar?
-¿Hombre! Los políticos, sin duda. Les gusta mucho posar y salir en el periódico. Antes y ahora.
-¿Con algún personaje ha tenido problemas?
-Con Lina Morgan. Entraba al hotel México y no quería fotos, así que me tiró con algo. Con Severiano Ballesteros. A tí y a mí nos amenazó con echarnos los perros de su finca de Pedreña.
-¿De qué reportaje guarda el mejor recuerdo?
-Del que hice al general Perón, en el Hotel Bahía de Santander. Iba de redactor Castañeda, hoy director de EL DIARIO. Fuimos al hotel. Perón estaba con su esposa María Estela tomando el aperitivo. Me acerqué, le pedí una entrevista, nos invitó a sentarnos con él y le hicimos el reportaje. Fue el 2 de agosto de 1971. Antes de volver a ser presidente.
-Y hubo reportajes terribles.
-El asesinato de Silió, el atentado de La Albericia, un helicóptero que se estrelló frente al Golf de Pedreña y murieron cinco personas. Me salvé porque no subí, pues ya no había luz para hacer fotos. Fue el 23 de diciembre de 1970.
-Cuántos directores ha conocido en EL DIARIO?
-Manuel González Hoyos, Juan Antonio Gurriarán, José Aurelio Valdeón, Miguel Ángel Santamaría, Florencio de la Lama, Ramón San Juan Corrales y, el actual, Manuel Ángel Castañeda.
-¿Cuantos futbolistas del Racing?
-A todos. Y me llevo muy bien con todos. Zubiría, Juan Carlos Verón, Quique Setién, Chiri, Alba, Moncaleán, Javi, Sampedro, Araújo...
-Cuántos alcaldes ha tratado.
-¿Te los cito? Manuel González Mesones, Máximo Fernández Regatillo, Alfonso Fuentes, Marino Fernández Fontecha, Alfonso Fuentes otra vez, interino a Roberto Sáez, Juan Hormaechea, Manuel Huerta y Gonzalo Piñeiro.
-Y conoció todo el proceso de la autonomía para Cantabria.
-¿Que tiempos! Todos querían ser presidente. Hubo muchas luchas internas.
-En sus tiempos los políticos respetaban a los periodistas.
-Sin duda, sin duda. Y te conocían. Tú lo sabes. Eran otros tiempos.
-¿Se le escapó algún personaje ?
-No. He retratado a todos los que han venido a Cantabria.
-¿Le ha tocado correr?
-Sí. Delante de la policía y perseguido por los huelguistas. He corrido en El Astillero y en Colindres. Y en más sitios.
-¿Ha visto muchas cosas que ha callado?
-Muchas, muchas. No se cuentan porque podían perjudicar a algunas personas. Cosas que no tenían nada que ver con su vida pública como político o como deportista. Muchas veces es mejor callar.
-De la Familia Real ha conocido a casi todos.
-Sí. A los Reyes, siendo Príncipes. Vinieron a Laredo, con don Felipe, que era un niño. Don Juan Carlos vino a regatear y se hospedaron en casa de los Caprile. Fue en el año 1968.
-Y conoció a don Juan.
-Le retraté varias veces. Era un hombre alto, tieso, amable. En Santillana del Mar, en un acto con don Juan, yo hice las fotos y me retiré a un salón. Al rato entra don Juan. Me saludó. «Hombre, ¿que tal estás?». Bien ¿y usted?, respondí. Echó la mano atrás, sacó la petaca y tomó un trago de ginebra. Entró su ayudante y él dijo «Majestad, va a empezar la recepción». Guardó la petaca y salió.
-Y de Franco, ¿qué recuerda?
-Muchas cosas. Le hice muchas fotos. En la Semana Naval, en Laredo, en Santo Toribio de Liébana, en el yate 'Azor'. Te decían, «Hay que trabajar a distancia». Estuve en la visita que hizo a la central nuclear de Garoña, el 21 de septiembre de 1971. Otra vez, en Santo Toribio dio la mano a toda la prensa. Su médico, el doctor Gil, presidente de la Federación Nacional de Boxeo, que estaba su lado iba diciendo «no aprieten, no aprieten».
-Entre los actores y actrices ¿a quienes recuerda?.
-Muy agradable Plácido Domingo. Y Lola Flores. Estaba hospedada en el Hotel Real. Y allí fui a hacerle el reportaje. Estaba en la peluquería, con la cabeza llena de rulos.Y me dijo, muy simpática. «¿Hazmela así, hijo mío, que no me han hecho ninguna!» Y se publicó.
-A muchos personajes es mejor no conocerles.
-Sí. Te decepcionan.
-Una exclusiva da mucha satisfacción.
-Mucha, mucha. Lo que más.
-¿Una importante?
-El atentado de La Albericia, que se publicó en la prensa nacional. 'Pepe', el del Popular. Yo era el único que tenía una foto suya, de una entrega de un premio millonario de una quiniela. Fue en el año 1985. Dicen que está en México.
-Elija otra anécdota.
-Un día iba yo a los toros. Toreaba 'El Cordobés'. En el Palacete del Embarcadero vi muchos personajes. ¿Qué pasa, qué pasa? Estaba el 'Azor' y Franco. No me dejaban hacer fotos pero conseguí situarme bien, colarme y hacer fotos. Llegué al tercer toro. Y me dicen Pablo Hojas, padre, y José Luis Araúna «¿Qué nos has pisado? ¿Yo? Nada.», dije. «Seguro que sí, porque nos extraña que llegues tarde a los toros», apostillaron ellos.
-¿Lo más difícil para un fotógrafo?.
-No hay cosas difíciles si se pone interés de verdad.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.