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El plazo para presentar candidaturas al puesto de director del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria, tras el cese de José Luis Arroyo hace apenas un mes, acaba de cerrarse con sorpresa. El propio Arroyo ha presentado su currículum y el balance de ... su gestión para optar al concurso convocado por Sanidad, a sabiendas de las remotas posibilidades que tiene de ser elegido cuando esa decisión depende directamente de la persona que le apartó del puesto: el consejero Raúl Pesquera, presidente del patronato de la Fundación Valdecilla, en cuya estructura está integrado el Banco de Sangre. Aunque se desconoce con cuántos aspirantes competirá -la Consejería no ha facilitado ese dato-, el exdirector quiere agotar hasta la más mínima posibilidad de poder dar continuidad a su trayectoria al frente de la entidad, prolongada durante 16 años, «porque aún tengo mucho que aportar al proyecto en marcha».
Un proyecto que poco antes de su destitución se había traducido en buenas noticias para la sanidad cántabra. Primero con la designación por parte del Ministerio de Valdecilla como centro administrador de terapias CAR-T para tumores hematológicos de alta complejidad, donde la unidad del Banco de Sangre juega un papel fundamental, y en paralelo, con la producción de las primeras terapias celulares desarrolladas en Cantabria, en colaboración con el servicio de Hematología del hospital. En concreto, con la 'fabricación' de medicamentos biológicos capaces de evitar una infección vírica que puede ser mortal en trasplantados de médula, que antes del verano habían sido probados con éxito en los primeros pacientes. Por eso, al ser cuestionado por este periódico, Arroyo confirma que se presenta a esta convocatoria «con la misma ilusión e incluso más motivación» que cuando empezó. «Creo que reúno la capacitación técnica y la cualificación idónea para este cargo», señala.
Lejos de buscar un enfrentamiento, opta «sin ningún tipo de reproche» pero con la firme intención de «defender mi dignidad profesional». Por eso, asegura que «si hay un candidato que objetivamente tenga mejor currículum, entenderé su elección», e incluso estará «encantado» de colaborar y aportar su experiencia, ya que él tiene plaza como hematólogo en la plantilla del Banco de Sangre. Pero para ello, reivindica que «haya transparencia en el proceso de selección» del nuevo director y que esa designación «se haga guiada puramente por criterios técnicos y profesionales», que es el perfil que «merece una institución de la transcendencia del Banco de Sangre».
Su salida repentina, después de liderar la entidad a lo largo de cuatro legislaturas, con gobiernos bipartitos (PRC-PSOE) pero también en tiempos del PP, generó revuelo en el ámbito sanitario y también en el político -Pesquera ha tenido que responder incluso en el Parlamento por este cese-. Y mientras, Arroyo ha recibido «incontables muestras de apoyo y reconocimiento», que son las que le han impulsado a presentarse. Su candidatura llega acompañada de cartas de respaldo del presidente y la directora médica de la Sociedad Española de Hematología, del presidente de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea y Terapia Celular, del vicepresidente de la Sociedad Internacional de Terapia Celular y Terapia Génica, y del presidente de la Federación Nacional de Donantes de Sangre.
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