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Empiezan, aunque de manera informal y sin prisas, las negociaciones tras el 26-M. Los partidos ya trabajan en sus estrategias a la espera de conocer hoy el resultado definitivo de las elecciones tras contabilizar el voto rogado. «Somos generosos, siempre lo hemos sido», apuntan ... desde el PRC, donde confían en que exista «reciprocidad». Los regionalistas tienen al PSOE como socio preferente, según apuntó Miguel Ángel Revilla en una entrevista con este periódico, pero esta vez no están dispuestos a entregar la mitad del poder a cambio de nada. La dirección regionalista insiste en que no es lo mismo tener 15 o 14 diputados -hay uno todavía en el aire- que siete y salen a jugar fuerte. Hasta el punto que pretende reclamar la Alcaldía de Santander para José María Fuentes-Pila, que es la tercera fuerza con cinco concejales, en las negociaciones del pacto con los socialistas, según fuentes autorizadas. Este conejo que se sacan de la chistera es una demostración de fuerza ante Pablo Zuloaga y necesitaría, de forma fundamental, el apoyo de Ciudadanos.
El as que se guardan en la manga puede ser una simple forma de presión a los socialistas en el resto de negociaciones para garantizarse el apoyo en municipios como Torrelavega, donde Javier López Estrada ganó a José Manuel Cruz Viadero por 218 votos aunque igualaron en el número de escaños, con 8 concejales. Sin embargo, a nadie se le escapa que las relaciones regionalistas son más fluidas con Ciudadanos que las del PSOE. La formación de Zuloaga trató de evitar a toda costa un pacto con los naranjas en los Presupuestos regionales en favor de Podemos, aunque ahora las tornas han cambiado y los morados han desaparecido del mapa.
Las relaciones entre PRC y Ciudadanos se han cultivado a base de mano izquierda y sintonía personal durante los últimos cuatro años. Han trabajado codo con codo en el Parlamento en numerosos asuntos y los naranjas han sido claves para sacar las cuentas durante dos años. De momento, los de Félix Álvarez no tienen ninguna prisa por deshojar la margarita porque se ven en una situación de fuerza en el Consistorio. En la mano de sus dos concejales, Javier Ceruti y María Luisa Sanjuan, está decantar la balanza a favor del PP, en una alianza a la andaluza junto con Vox -una unión que no todos dentro de la formación, incluido Manuel Valls, ven con buenos ojos- o PRC y PSOE. Y la elección, evidentemente, no va a salirle gratis a ninguno de los dos bloques. De momento, ellos se dejan querer y ya han recibido una llamada para ver las posibilidades existentes en Santander; y aquí llega la clave en otros municipios como El Astillero o Cabezón de la Sal, donde los naranjas fueron primera y segunda fuerza y que podrían cambiar por la capital cántabra. Los de Félix Álvarez asumen que, en función de cómo queden hoy los resultados definitivos, van a tener que desvincular el pacto regional de los municipales.
En el PSOE también ven una machada que su coaligado se marque el órdago de Miguel Ángel Revilla en 2003 y a estas alturas se exija el bastón de mando de Santander. Ellos guardan silencio y cautela máxima y dan por hecho que reeditarán la coalición. De momento, Bonifaz no desvela sus cartas en público y ayer pidió a los números uno tranquilidad y sosiego. No quieren irritar a Revilla, que en la entrevista con este periódico ya lanzó varios dardos en el pacto e impuso como interlocutor a Sánchez.
Con sus candidatos, al igual que un día antes con la Ejecutiva, apuestan por impulsar una alianza global como la de hace cuatro años y recalcaron que la «prioridad de pacto es el PRC». Fue un encuentro al que asistieron alrededor de una treintena de candidatos y a los que se preguntó cómo ven la situación de sus respectivos ayuntamientos. La única línea roja marcada hoy en día es firmar con VOX y con el PP.
La número dos de los socialistas cántabros, Noelia Cobo, señaló que espera que «la formación de los gobiernos se resuelva lo antes posible» y que se haga, insistió, «desde el diálogo y el acuerdo». En este sentido, la dirigente apeló a la «responsabilidad» para evitar «dejar en manos de la ultraderecha, la estabilidad de los gobiernos autonómicos y municipales».
Asimismo, aseguró que «el PSC-PSOE puede llegar a gobernar en 18 ayuntamientos, lo que representa más del 50 por ciento de la población de Cantabria y cogobernar en 11». «Trabajaremos mano a mano con los candidatos a las alcaldías para lograr municipios socialistas y progresistas y para poner freno a la amenaza del retroceso y la involución», resaltó.
Pedro Sánchez está dispuesto a hacer un 'cambio de cromos' en las instituciones en el proceso de negociación que abrirá con Miguel Ángel Revilla para formar gobierno en Cantabria y garantizarse su apoyo, siempre que fuese necesario, en el Congreso de los Diputados. El líder socialista, presidente del Gobierno en funciones, ya inició el deshielo cuando le llamó -«estuvo cariñoso», según Revilla- para felicitarle por su resultado y para implicarse, o al menos dar la impresión, en la negociación para repetir la coalición en Peña Herbosa.
Sánchez le ofreció «cooperación» y «colaboración», según fuentes conocedoras de la conversación, para diseñar el nuevo Ejecutivo, dejando en un segundo plano a Zuloaga, y le conminó a hablar o verse para limar asperezas después de las reivindicaciones planteadas por Revilla antes de comprometerse a nada -el inicio de las obras del tren de altas prestaciones a Madrid, el estudio informativo del ferrocarril a Bilbao, el considerar La Pasiega como un polígono estratégico para el Ministerio de Fomento y el pago de las obras de Valdecilla- y con la amenaza, si no cumple, de romper el bipartito, sabedor de que tiene la fuerza suficiente.
La llamada de Sánchez fue un guiño al jefe del Ejecutivo cántabro, que acaba de lograr un diputado nacional en Madrid y llevaba tiempo quejándose amargamente de la desatención que recibía de Moncloa. La relación de Revilla y el líder de los socialistas cántabros es tensa y manifiestamente mejorable desde que ganó las primarias y pidió las 'cabezas' de Ramón Ruiz, exconsejero de Educación; Rosa Inés García (MARE) y Salvador Blanco (Sodercán). Así que a Sánchez le toca mediar con promesas y proyectos del Gobierno central, para que su barón remate la faena. Las tres alianzas selladas por Revilla con Dolores Gorostiaga y Eva Díaz Tezanos habían terminado en un reparto equilibrado de departamentos pero no de poder real. El PSOE siempre ha manejado las carteras de Educación, Sanidad y Política Social, tres de los pilares del Estado del Bienestar, lo que supone el 80% de un presupuesto superior a los 2.800 millones de euros, y Economía, una cartera que puede parecer gris pero que es la encargada de repartir los fondos y, lo que incluso es más importante, de recortar cuando vienen mal dadas. Ahora, los regionalistas consideran prioritario e irrenunciable hacerse con el control de este último departamento para evitar los tijeretazos que han sufrido de forma reiterada durante los últimos cuatro años sin poder hacer nada. Fue el propio Revilla, quien en su toma de posesión en 2015, anunció que su prioridad son las personas.
El otro caballo de batalla será asumir las competencias de Educación. La implantación del calendario escolar abrió una guerra entre padres, profesores y el departamento dirigido por Francisco Fernández Mañanes, que derivó en hasta cuatro huelgas y la reprobación de su número dos. Revilla expresó en público su malestar por la gestión que se había llevado a cabo del asunto y, en una comida del PRC en el parque de Mesones, ya avisó de que en el próximo Ejecutivo, el que ahora tiene que comenzar a conformarse, iba a tenerlo un consejero de su formación política.
Después de conocer todos los resultados definitivos de las elecciones autonómicas y municipales y abrir los 1.920 votos que vienen del extranjero, las formaciones comenzarán a mover las primeras fichas. El Partido Popular ha convocado para mañana, jueves, a su Junta Directiva para analizar el resultado de los comicios en profundidad y ver con qué poder municipal cuentan. Los de María José Sáenz de Buruaga celebraron casi como una victoria la pérdida de cuatro diputados. Pasaron de 13 a 9 pero consiguieron salvar los muebles tras la debacle de Pablo Casado en las generales, que les llevó a perder la mitad de los votos. La líder popular tendió la mano a Miguel Ángel Revilla la misma noche electoral para colaborar y dar estabilidad al Gobierno y está a la espera de reunirse.
Los regionalistas harán lo propio un día más tarde, el viernes por la tarde, ya con la seguridad de si mantienen el diputado 15 o bajan al 14. Ese escaño no es fundamental, pero si abre un nuevo abanico de posibilidades. Su victoria es incontestable, pero ese puesto permitiría una mayoría con Ciudadanos.
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