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Los fantasmas del pasado han vuelto a la vida de Ana María, una vecina de Laredo, de 53 años, cuando le han comunicado que, en apenas dos meses, su exmarido, Roberto S. P., saldrá del penal de El Dueso (Santoña) tras cumplir una ... pena de más de cinco años de cárcel por abusar de sus dos hijos y maltratarla a ella de manera continuada. Según recogió la sentencia que le llevó a la cárcel, Roberto S. P. no sólo humilló y menospreció día a día, durante siete años, a Ana María, a la que llegó a colocar el filo de un cuchillo en el cuello como aviso de que no le temblaría el pulso para acabar con su vida. También se sobrepasó con sus dos hijos, una niña y un niño, a los que intimidó sexualmente. Los abusos incestuosos se repitieron con frecuencia quincenal desde 2004 hasta 2010, y dejaron graves secuelas emocionales en las tres víctimas.
Ahora, seis años después, Ana María pide amparo a la justicia ante la inminente salida de su expareja de la cárcel «porque no tiene una orden de alejamiento hacia mí y me han informado de que no se ha reinsertado y sale a liarla de nuevo».
Aterrorizada por la situación, esta vecina de Laredo, que trabaja de limpiadora en una empresa de ventanas, comenta que le ha llegado una información de los funcionarios de que su expareja ha dicho que «no va a recoger sus cosas porque va a volver a entrar a prisión».
Antecedente
Desesperación
Por eso, Ana María se está «movilizando». Hasta el punto de que va a sacarse una licencia de armas «porque si va a salir a por mí, es él o soy yo. Al final es su vida o la mía», apunta, desesperada. Incluso sus hijos -que ahora tienen 22 y 26 años- dicen lo mismo. «Aunque tengamos que ir la cárcel... De la cárcel va a salir él. Somos jóvenes y aunque tengamos que ir a prisión por lo menos no vamos a vivir toda la vida con miedo», afirma esta madre con suma preocupación.
Ana María asegura que la Guardia Civil ha contactado ya con ella para decirle que harán controles y que si tiene algún problema les llame. «Pero no tengo la protección de una orden de alejamiento. Solo mis hijos la tienen. Así que esos días van a venir a mi casa para que haya medida de protección y si se la salta que vuelva a la cárcel. Me veo indefensa».
Para esta mujer es «muy injusto» tener que pasar por esta situación. «Dicen que denunciemos y luego no sirve para nada. Actualmente tengo pareja y va a venir a por los dos porque ha dicho que no va a dejar que rehaga mi vida. Temo por mi vida y por la de mi pareja». Lo que no logra entender Ana María es que haya un informe de la cárcel diciendo que es un preso peligroso «y la justicia no pueda hacer nada». «Yo que sé, la típica pulsera que les ponen para que no se pueda acercar», reclama.
Pero si hay algo que le duele es que después de haber «pasado página», tenga que vivir una «pesadilla peor». «Cuando ocurrió todo nos amenazó a todos y nos dijo que le daba igual matar a uno que a cuatro, pero que ahora esté en la cárcel y diga que va a volver a entrar... Ahora que soy feliz no tengo que desgraciar mi vida porque salga este personaje».
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