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«Las 22.00 horas es la franja horaria con más actividad de cenas». Quizá en algún establecimiento arranquen un poco antes, pero la horquilla no es mucho más amplia porque, en general, ese es el horario que los clientes reservan para la última ... comida del día. De modo que adelantar la hora de cierre a las once de la noche supone para los restaurantes «la peor medida», reconoce Víctor Merino, de La Bodega, en La Cañía. Con este panorama sobre la mesa, las expectativas no son buenas porque la gente «no va a venir a cenar a las ocho». A esta nueva medida que entró en vigor en la medianoche del sábado hay que sumar el toque de queda. Una combinación de restricciones que son «la puntilla» para el sector, resume Merino. Porque se suma a otras prohibiciones, como la de usar las barras.
Ahora la única opción para no dar por perdido el último turno de las cenas es un giro en los horarios de los clientes y que decidan adelantar el momento de quedar. Pero «no van a cambiar de mentalidad», insiste Merino. Y esa es la percepción general del sector. Aún así, los hosteleros están a la espera de ver la reacción de la gente porque estas dos restricciones apenas han estado durante dos días en vigor a la vez, aunque ya durante el fin de semana empezó a notarse el bajón. Sin olvidar que, a estas alturas del año, también recibirían las reservas de turistas.
También hay otros factores que afectan a la situación de los restaurantes y que no son medidas, pero están directamente relacionados con éstas y son el miedo y la incertidumbre que llevan a la gente a optar por «no gastar». Y es que la crisis sanitaria se nota ya en el ánimo de la gente y se refleja en los locales vacíos. «Hay miedo escénico», opina Merino. ¿La previsión? «En cuestión de dos meses vendrán los cierres».
Víctor Merino, La Bodega
Mientras tanto, el objetivo es «aguantar hasta que podamos», comenta Rafael González, propietario de La Candelita, en Monte. La situación pinta mal, pero prefiere esperar «y ver cómo vienen estos meses». Lo cierto es que noviembre suele ser complicado para la hostelería y este año más que nunca. «A ver si la gente adelanta su horario», comenta esperanzado. Porque igual los clientes «ajustan» su agenda. Nunca se sabe. Aún así, la franja horaria comprendida entre las 21.30 y las 22.30 horas es «buena» porque cubre la demanda de todos esos trabajadores que terminan su turno tarde. Un cliente potencial que ahora es probable que pierdan. Cada vez que se dictan nuevas medidas «afectan hasta que la gente las normaliza». Así que les toca esperar, aunque parece que esta semana viene «tranquila», al menos si miran el libro de las reservas.
En el restaurante Il Picolino, frente a la segunda playa de El Sardinero, ya han quitado directamente un turno de cena porque empezaba a las 22.00 horas. Lara Hernández, trabajadora del local, cuenta que pensaban que la gente «igual venía antes», pero de momento no ha sido así. Al menos funciona el servicio de recogida: «Hay más pedidos», reconoce desde la cocina Gregory Santos, que el sábado hizo cien pizzas. ¿Qué tal está yendo el negocio? «Llenamos el aforo permitido», que se reduce a 9 personas. Es decir, «no es suficiente». Aunque saben que la hostelería «va por días» y, de momento, por la mañana el desayuno acerca el ajetreo al establecimiento, la situación es complicada y la idea de cerrar unos meses sobrevuela el establecimiento.
Rafael González, La Candelita
«Estamos derrotados», reconoce Carlos Moreno, del restaurante Agave Azul. Y «vamos a notar más» las nuevas medidas, añade. «Las cenas están desapareciendo poco a poco». Moreno coincide con otros hosteleros en lo complicado de conseguir que la gente adelante el horario. Ya el sábado dejó de ofrecer uno de los turnos de cena y eso, en su caso, supone despedirse de «un tercio de la facturación», que afecta más aún a los pequeños locales que necesitan «doblar mesas» para hacer una buena caja. Al mediodía, al menos, notan más clientela, y este fin de semana porque «ha hecho bueno», reconoce. Esa es la otra preocupación: qué pasará en cuanto empiece el mal tiempo. Ellos ya se plantean cerrar en noviembre. Si no es todo el mes, sí entre semana.
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