Secciones
Servicios
Destacamos
A estas alturas de la pandemia, la forma de contagio del coronavirus no tiene secretos. A mayor contacto social sin protección, más riesgo de transmisión. Y viceversa. La evidencia es tan clara que si hoy se pudiera confinar a todos los menores de 30 años, ... en quince días la pandemia, ahora disparada en Cantabria, volvería a desaparecer, quedándose en los niveles de bajo riesgo de hace justo un mes, cuando el balance de contagios rondaba la treintena al día y las restricciones se suavizaban de cara a un verano que se auguraba casi sin covid, mientras avanza la vacunación, que se ha demostrado tan eficaz que ha vaciado los hospitales (sólo hay una veintena de pacientes) y hasta la UCI de las complicaciones más graves –en el pabellón 17 de Valdecilla se atiende a un único afectado, después de cinco días libre de covid–.
Pero cuando mejor iban las cosas, y las dudas giraban en torno a cuándo quitarse la mascarilla y en cómo encajar el destino de vacaciones y la cita con la vacuna, estalló «de forma explosiva», en palabras del director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, la ola de contagios en los jóvenes, «una brecha etaria clarísima, un fenómeno que nunca antes se había visto», que marca dos velocidades y dos tendencias dentro de la pandemia: la de la población ya protegida, con una incidencia estable en niveles muy bajos, y la escalada creciente entre los menores de 40 años (concentran el 80% de los casos actuales), especialmente llamativa en el grupo de 20 a 29, donde se ha llegado a acumular una tasa de 945 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días. Por poner un ejemplo práctico, por cada contagio registrado en una persona que está en la década de los cincuenta –ahí la vacunación aún no se ha cerrado del todo–, se producen diez en veinteañeros.
El propio consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, ha reconocido que «no hemos sido capaces de llegar al sector de los jóvenes para que sepan que la pandemia no ha acabado». Y las consecuencias han situado a Cantabria a la cabeza de España en incidencia en apenas un par de semanas, fruto de una suma de factores que han generado «una tormenta perfecta de superdiseminación del virus», subraya Wallmann. La favorable evolución de la región, que empezó junio en el nivel 1 de riesgo, coincidió con el fin del curso escolar en los institutos y de los exámenes de la EBAU –y las ganas de celebrarlo– y la flexibilización de las restricciones sanitarias, con la apertura del ocio nocturno como novedad, después de meses de cierre total y, pese al amago inicial, sin limitaciones horarias, salvo las fijadas en sus correspondientes licencias. Los primeros brotes saltaron sólo siete días después, concentrados en adolescentes, pero con impacto posterior en el ámbito familiar. Los casos con origen en discotecas y pubs de la región superan los 450, con más de 2.500 contactos en investigación.n. Sólo el jueves se notificaron en la región 207 casos en 24 horas, la cifra más alta desde enero, en plena tercera ola. Un suma y sigue sin freno que Sanidad trata de cortar con su última decisión: el cierre durante dos semanas del ocio nocturno en los 16 municipios más afectados por el repunte.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.