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A la semana siguiente de estallar el escándalo de los trenes que no entraban por los túneles encargados por el Gobierno de España para modernizar las flotas de la red de Cercanías de Cantabria y Asturias, ante el revuelo que generó la noticia, la entonces ... ministra de Transportes, Raquel Sánchez, dio la orden de cesar a dos puestos técnicos e intermedios de las dos empresas públicas implicas: Renfe, como responsable del servicio, y Adif, como gestora de la infraestructura viaria. Como dijo entonces el expresidente Revilla, las cabezas que se cortaron no estaban a la altura de la «chapuza». «Que rueden cabezas de peces gordos, no de parvulitos», insistía el regionalista.
Y eso fue lo que ocurrió tras la reunión entre Raquel Sánchez, el propio Revilla y su homólogo del Principado de Asturias, Adrián Barbón, en la sede del Ministerio el 20 de febrero de 2023. Además del paquete de compensaciones e inversiones para los dos territorios afectados, la ministra aceptó –o forzó– la dimisión de su número dos en el departamento, la secretaria de Estado Isabel Pardo de Vera, y del presidente de Renfe, Isaías Táboas. Medidas que sirvieron para cerrar la crisis institucional a la espera de la llegada de los nuevos trenes, prevista para 2026, tres años después de lo previsto debido a este sonoro fiasco ferroviario.
Justo un año después de su salida, Pardo de Vera vive alejada del sector público y su nombre saltó a los medios de comunicación el mes pasado por su fichaje frustrado –ella misma dio marcha atrás tras el revuelo que generó la noticia– por la Asociación de Propietarios de Vivienda en Alquiler, aunque finalmente ha empezado a trabajar para la consultora Revenga. El caso de Táboas es distinto porque su dimisión como máximo responsable de Renfe no ha supuesto su salida de la empresa pública. De hecho, sigue vinculado al operador ferroviario y acaba de ser nombrado miembro del Consejo de Administración de Renfe Proyectos Internacionales, una filial encargada de su expansión fuera de España.
Este departamento se creó el pasado verano, pero fuentes de la compañía confirman que Táboas ya formaba parte de otro de otro órgano. Concretamente, el Consejo de Ingeniería y Mantenimiento, del que se dio de baja al ser fichado para esta nueva labor. Además, nunca perdió su asiento en el Consejo de Administración de Renfe Viajeros y Renfe Mercancías.
Entre sus nuevas labores –y las del resto de consejeros– están la búsqueda de negocios o proyectos en el extranjero vinculados a la prestación de servicios de transporte, la propuesta de planificación y diseño e implantación de nuevos negocios o proyectos internacionales y el asesoramiento a la dirección del Grupo Renfe sobre servicio de movilidad que estén situadas o presten sus servicios en el extranjero, entre otros asuntos. Según los estatutos de la compañía, su mandato será de seis años, pero podrá ser reelegido de forma indefinida.
Licenciado en Historia, Táboas (Valencia, 1958) ha desarrollado su carrera profesional entre la Administración Pública y el sector privado. En el ámbito político, fue secretario de Estado de Transportes (2010-2011), secretario General de la Presidencia de la Generalitat de Catalunya (2006-2010) y director del Gabinete del ministro de Industria (2004-2006).
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