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El agua es un bien escaso que hay que cuidar. Eso lo sabe bien la fábrica Nestlé, en La Penilla, que consciente de la necesidad de hacer un uso responsable del mismo, tiene previsto invertir más de 1,3 millones de euros hasta 2024 con el objetivo de preservar el agua del río. Instalará diversos grupos de torres de refrigeración que permitirán la reutilización constante de agua durante la actividad productiva. «Aunque en la actualidad ya devolvemos al río Pisueña toda el agua que tomamos para su uso en nuestra fábrica, esta captación muy pronto ya no será necesaria gracias a esta inversión, fruto del compromiso de Nestlé por el medioambiente», ha destacado Alberto López, director de la fábrica.
Para ello, la factoría está instalando un primer grupo de torres de refrigeración que se prevé entre en funcionamiento a principios de 2022. De esta manera, con la instalación de estos sistemas, el agua que se ha utilizado en la actividad industrial permanece en un circuito cerrado que, mediante refrigeración evaporativa, permite su reutilización continuada.
Gracias a esta primera instalación, se prevé que durante el próximo año se reduzca a la mitad la cantidad de agua del río que utilice la factoría cántabra de Nestlé en su actividad productiva.
Asimismo, el centro tiene previsto instalar un segundo grupo de torres de refrigeración en los próximos años. Una vez se cuente con todos estos equipos, la planta dejará de abastecerse del agua del río Pisueña, recurso que en la actualidad la factoría utiliza para procesos de refrigeración y que luego devuelve al mismo cauce.
Amplio compromiso medioambiental
A estas medidas implementadas para fomentar la reducción del uso de agua en la actividad productiva de la fábrica, se unen otros proyectos que está desarrollando la factoría. Así, y con el objetivo de conseguir cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 e impulsar la energía verde, la Compañía está instalando una caldera de biomasa, que está prevista que entre en funcionamiento el próximo año.
Esta caldera utilizará la cascarilla resultante del proceso de torrefacción del cacao como materia prima para la obtención de vapor. De esta manera y debido a su elevado poder calorífico, la cascarilla de cacao se valorizará energéticamente como biocombustible. Como resultado, se impulsará la economía circular dentro de la factoría, ya que dicho vapor se utilizará de nuevo en el proceso de tostado del cacao.
Además, esta instalación complementará otros procesos de generación de energía eficiente ya existentes en la fábrica de Nestlé en La Penilla como es el de la planta de cogeneración. En funcionamiento desde 1993, proporciona energía eléctrica y un 75% del vapor que se utilizan en los procesos de producción. Asimismo, en 2019 se introdujeron mejoras en la caldera convencional de vapor de la factoría con la finalidad de mejorar su eficiencia. A partir de 2022, se prevé que la práctica totalidad de la energía que se produzca sea de alta eficiencia.
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