Secciones
Servicios
Destacamos
c. de la peña
Jueves, 2 de mayo 2019, 07:24
El próximo mes de junio Julio Poo San Román hubiera cumplido 95 años. El profesor mercantil, que llevaba el periodismo en sus venas, no llegó a celebrar la efeméride. Falleció el pasado martes después de una larga vida dedicada a lo que más quería: su ... esposa, Teresita Salcines, y sus dos hijos, Julio y Teresita, a escribir, bien como periodista, profesión que ejerció principalmente en El Diario Montañés, bien como autor de varios libros histórico-turísticos sobre Comillas y Laredo, que han sido traducidos al inglés y francés.
«Mi padre era una enciclopedia andante. Tenía una memoria prodigiosa y una cabeza privilegiada», recuerda su hija Teresita entre el dolor de la pérdida. Comillano de nacimiento, la infancia de Julio Poo estuvo ligada a la villa de los obispos. En el antiguo seminario construido en 1881 con el patronazgo de Antonio López del Piélago y López de la Madrid (1817-1883), I marqués de Comillas, el niño Poo obtuvo sus primeros conocimientos y recibió una formación religiosa que le acompañó durante toda su vida. En esa época también se inició en la música, ya que, dotado de una voz asombrosa, fue solista del coro del seminario durante muchos años. Mucho tiempo después, avanzada la edad adulta, Julio Poo regresó sobre sus pasos y formó parte del Coro de la Catedral de Santander.
Aunque se tituló como profesor mercantil, su vida profesional se desarrolló en el periodismo, su verdadera vocación, que ejerció primero en el diario Alerta hasta que Manuel González Hoyos, entonces director de El Diario Montañés, le fichó como redactor de este periódico, medio en el que desarrolló toda su carrera, aunque colaboró también en revistas y periódicos regionales y nacionales.
En 1977, con la llegada de la democracia, se hizo cargo del semanario La Ilustración de Castro, una publicación centenaria que comenzó su andadura en 1898 y echó el cierre en 2008. En este semanario literario, de intereses locales y de noticias de Castro Urdiales, llegaron a publicar poetas con reconocimiento regional, como Luis Ocharan y Jesús Cancio, y ocasionalmente otros más notables, como Gerardo Diego o Manuel Arce. Con Julio Poo San Román empezó a tomar otro aire y entidad;fue creciendo en número de páginas y en densidad conceptual. Desde el principio de esta renovada etapa contó con la colaboración poética de González Hoyos, quien incluyó de forma regular durante varios años un poema semanal, casi siempre en la página tercera y en ocasiones en la última, según se recoge en el libro 'Antología poética', publicada por la Universidad de Cantabria.
Poo San Román dirigió también el semanario regional Dobra. El primer número apareció en Torrelavega en 1888 como una publicación «de intereses generales, político y literario». En 1982, Poo se hizo cargo de su dirección, según consta en el Catálogo de Publicaciones Periódicas de Cantabria. Además colaboró con la revista El Santo, de los Padres Capuchinos, y tuvo su propio periódico, Sotileza, del que era propietario y director.
Ganador en tres concursos literarios regionales, fue autor de libros histórico-turísticos sobre Comillas y Laredo. Su hija recuerda que su padre «luchó muchísimo por el corredor Santander-Mediterráneo, un asunto que le preocupaba y sobre el que escribió muchos artículos periodísticos». Hombre muy devoto, son recordadas sus crónicas sobre las supuestas apariciones marianas en San Sebastián de Garabandal en los inicios de la década de 1960. Y también fueron muy celebradas sus crónicas sobre el hundimiento del petrolero Bonifaz, una tragedia ocurrida en 1964 en las costas de La Coruña, en la que fallecieron 25 tripulantes, 16 de ellos cántabros.
Su amor por Cantabria le llevó también a publicar una serie de reportajes sobre las casonas y los palacios de la región, desde los valles de Cayón y Villacarriedo hasta Trasmiera, Ruesga, Soba o Liébana. En ellos relató su historia y características arquitectónicas.
Vinculado a la sociedad santanderina, el periodista fue miembro de la junta directiva del Ateneo de Santander. En abril de 1974 el Ministerio de Relaciones Sindicales le concedió la medalla de plata al Mérito Sindical.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.