Fallece un ganadero de Bezana tras caerle encima un rollo de hierba

Los hechos ocurrieron alrededor de las 20.00 horas del jueves en la ganadería de su propiedad, dedicada a la cría de vacas para la producción de leche. Según explican desde su entorno, Lavín se encontraba realizando distintas labores en la explotación, pero en ese momento no trabajaba con los rollos de hierba, que estaban apilados en un montón. Por motivos que se desconocen, las pacas perdieron estabilidad y se precipitaron sobre la zona por donde caminaba el ganadero, al que cogieron«de lleno». Estas mismas fuentes afirman que el fallecido en ningún momento llegó a perder el conocimiento, ya que todo el peso del objeto cayó sobre su cuerpo y no le golpeó en la cabeza.

La madre y la hermana –esta última copropietaria de la estabulación– se percataron de lo ocurrido en ese mismo momento y acudieron a liberarle. Fueron ellas mismas las que lograron mover la paca y le excarcelaron. En el momento en que llegaron los sanitarios del 061, comenzaron las maniobras de estabilización, fue inmovilizado y trasladado a Valdecilla. Aunque se encontraba en estado «grave», en un primer momento, tras el reconocimiento in situ, no se temía por su vida. Posteriormente, ya en el hospital, se comprobó que las heridas internas eran de mayor entidad, que sus órganos se encontraban muy dañados y se certificó su muerte mientras se encontraba en el quirófano.

La alcaldesa pedánea de Igollo, Nieves Portilla, explicaba este viernes que muchos de los vecinos de esta localidad y de Azoños no se habían percatado de este suceso, ya que la ganadería se encuentra en una zona alejada de las zonas más habitadas. Lavín pertenece a una familia muy popular en este entorno a la que conocen cariñosamente como los Pasiegos, por el origen de los padres de la víctima, que fueron precisamente los que levantaron esta ganadería que actualmente tiene un gran número de reses.

Este viernes, las muestras de cariño a la familia se repitieron entre los que conocían a la víctima o su entorno. Por ejemplo, entre los antiguos alumnos del colegio público Buenaventura González de Santa Cruz de Bezana, donde había estudiado el fallecido en su etapa escolar. En estos momentos, aunque se desplazaba cada día a trabajar al barrio de Las Canteras, vivía con su esposa y sus hijos en El Astillero.

También manifestaron su tristeza por la trágica noticia sus compañeros del club de fútbol sala Sistepal-Leñero de Liencres, con el que solía quedar para entrar o jugar partidos una vez por semana. De hecho, el día del accidente tenía pensado acudir a esta cita. «Era de esas personas que dejaba huella, callado, discreto e incluso cauto, pero el primero para todo. Familiar, muy familiar. Trabajador, muy trabajador, tanto que han sido sus quehaceres los que le han apartado de nosotros prematuramente. Se le podría etiquetar en ese importante grupo de gente anónima que son buena gente, que solo aquellas personas que le hemos conocido podemos valorar su grandeza», afirmaba el responsable del club, Francisco Javier Toraya.

Este suceso se suma a la muerte de otro hombre de 56 años, que falleció también el jueves tras caer del tejado de una nave industrial en la localidad de San Vitores, en el término municipal de Medio Cudeyo.