Fallece Isabel Tejerina, la primera concejala de la democracia en el Ayuntamiento de Santander

Ya en sus años universitarios en Oviedo, Tejerina participó en los movimientos estudiantiles de la época, un activismo que más tarde la llevará a intervenir activamente en las protestas y movilizaciones universitarias del profesorado no numerario (PNNs), para terminar liderando el movimiento a nivel estatal como coordinadora de los institutos de Cantabria. Tras su paso por Torrelavega, ingresó en la Escuela de Magisterio de la UC donde, hasta 2014, fue profesora de Literatura Infantil y catedrática de Didáctica de la Lengua y la Literatura. 

Los comienzos de su actividad política se sitúan en el Frente de Liberación Popular (FLP) en 1969 y, más tarde, se afilia al Partido del Trabajo de España (PTE), en el que actuó como secretaria general. En 1976, cofundó el Comité Cívico de Santander y fue representante en la Junta Democrática y en Convergencia Democrática. Con la llegada de la democracia en 1979, Tejerina se convierte en concejala del Ayuntamiento de Santander por el PTE. Toma el relevo así de María Josefa Pérez Vega, que fue concejala en la Corporación santanderina por el Tercio Familiar en la etapa predemocrática. Tres años después, en 1982, con Juan Hormaechea como alcalde, su mandato como edil se ve interrumpido debido a su implicación en la ocupación de una vivienda social vacía.

Durante sus años de militancia, Tejerina sufre varias detenciones y penas de cárcel. Fue juzgada y condenada por el Tribunal del Orden Público. Fue una mujer inquieta y activista en numerosas causas, como la defensa de las personas migrantes a través de la Plataforma contra la Exclusión Sanitaria, la ayuda a los refugiados sirios desde organizaciones como Pasaje Seguro y Amnistía Internacional, o la defensa de las libertades a través de Libres, la Asamblea cántabra en defensa de las libertades y contra la represión de las protestas.

Fue además cofundadora de la Asociación de Mujeres Universitarias y participó en la Asociación Democrática de la Mujer. Vinculada estrechamente al movimiento vecinal en Santander, en los años 70 del pasado siglo trabajó activamente con la Asociación de Vecinos La Encina. La profesora, ya jubilada, participó en los últimos años en el proyecto Legado Cantabria de Unate.

Desde su infancia, Isabel Tejerina mostró un gran interés por el teatro y el mundo de la escena, lo que en 2007 la llevó a dirigir el primer taller del Aula de Teatro de la Universidad de Cantabria, que puso en escena el montaje 'Una mora frente a mí en el espejo', un texto de Juan Manuel Freire, que se estrenó en el Aula Magna del Edificio Interfacultativo. En 2013, funda la agrupación escénica Unos Cuantos, en la que en la última década interpretó distintos papeles como actriz y actuó como coordinadora.

Autora de varios libros y numerosos artículos en revistas académicas, sus trabajos se han centrado, principalmente, en la pedagogía de la expresión dramática y en el teatro para niños. En los últimos años centró su trabajo en su propia autobiografía, de la que ya había publicado una parte de sus memorias, tituladas 'Me acuerdo. Mieres, infancia y preadolescencia. 0-14 años (1949-1963)'.

En junio de 2022, en las fiestas de San Xuan en esta localidad asturiana, recibió el premio que concede de la Asociación Mierenses en el Mundo, como reconocimiento «a su notable trayectoria, tanto docente como literaria».

Casada con Félix Martínez Churiaque, Tejerina era madre de dos hijas, María y Anjana.

La militancia feminista, desde la contundencia y la sensibilidad, fue una constante en su vida hasta el final. En uno de sus artículos y reseñas, que vio la luz hace apenas un año, aludía a «los tiempos convulsos y confusos que padecemos: feminicidios, violencia vicaria, acoso sexual, negacionismo, xenofobia…».

En paralelo la literatura y la lectura como resistencia constituyeron su aliento vital. En esta década vio la luz su 'Libro de libros' (Artefactos), editado por La Vorágine y apoyado en Paisà García, su viñetista. Una obra que no se cansó de presentar en diversos escenarios y ante públicos diversos con un objetivo claro, educativo y humano. «Eso es efectivamente la literatura en mi opinión de lectora apasionada: la infatigable búsqueda de la verdad y la incesante persecución del consuelo de la belleza. La literatura nos enriquece la vida. Leamos más y mejor, defendamos las librerías amenazadas de cierre, visitemos las bibliotecas custodiadas por lectoras y lectores amantes de los libros».

Tejerina, presidenta de la Agrupación Escénica Unos Cuantos con la que mantuvo un activa apuesta por el teatro hasta el final, reunió en su citado libro reseñas de unos 50 libros leídos por su autora en el tiempo de pandemia, donde hay «una mezcla de crítica literaria, análisis del contexto social, cultural y político en que se escribieron, mezclada con algún retazo de índole personal». 'Lecturas para compartir', a modo de libro-brújula, que Tejerina dejó como otro ejemplo de lucha contra los cánones impuestos.