La falta de camareros y cocineros complica un verano turístico que apunta al lleno

Si uno habla con empresarios del mundillo, el discurso se repite de barra en barra. «No encontramos personal». El presidente de los hosteleros, Ángel Cuevas, pide, de hecho, que la pregunta se traslade a los negocios. «Es un problema, sin duda. Y viene de largo. Algo que se da en todas las asociaciones de hostelería de España. Eso sí, hace seis o siete años éramos solo nosotros. Desde hace uno o dos, también lo dicen las asociaciones de camioneros, de constructores...». Reconoce que, con la pandemia, la dificultad es «igual o mayor» y que ahora «falta personal durante todo el año, y en la temporada alta, aún más».

5.000desempleados en el sector se contabilizaron en los datos del mes pasado.

3.000camareros aproximadamente faltaron el verano pasado en la región, según Hostelería.

Hace poco, sin ir más lejos, contactaron con «todos los ayuntamientos, el Gobierno y Cruz Roja», explican, para ofrecer a los ucranianos llegados a Cantabria «pensión completa, formación en idiomas y formación hostelera». «Poníamos dinero y no cubríamos los gastos», expone Cuevas. No ha cuajado, «no ha habido respuesta» (aunque le consta que hay ucranianos que se han puesto a trabajar en hostelería).

En su día, en 2019, una propuesta de Hostelería -traer cuatrocientos camareros desde Perú tras formarlos en su país- puso en pie de guerra a sindicatos y Gobierno. Al final, la Consejería se comprometió a organizar campañas de captación, a juntar a empresas que demandaban mano de obra con demandantes de empleo de aquí. Pero la pandemia estalló y se paró todo.

En su lugar, según el relato de Hostelería, desde el Ejecutivo les hicieron una propuesta que ven con buenos ojos. «La idea era poner en marcha a principios de año una iniciativa con fondos para ofrecer una especie de formación a la carta. Que un hostelero pueda formar a dos o tres personas con un compromiso posterior de contratación». El caso, dicen, es que la convocatoria ha salido finalmente a mediados de mayo. «Nos parece muy buena idea, pero llega ya tarde para esta temporada», asegura Bárbara Gutiérrez, la directora general de Hostelería, donde estos días están estudiando en profundidad la documentación de la medida (tienen dudas con respecto al catálogo concreto de formaciones a los que se pueden acoger).

«Lo que hay que preguntarse una vez más es por qué los empresarios de la hostelería de Cantabria no encuentran mano de obra cuando el mes pasado había más de 6.500 demandantes de empleo y 5.000 desempleados en el sector, lo que está directamente relacionado con las precarias condiciones laborales y salariales que se ofrecen a los trabajadores y trabajadoras», apunta José Giráldez, de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Cantabria. «Que en una comunidad autónoma como la nuestra, con amplia tradición en este sector fundamental en la economía regional, los empresarios no encuentren mano de obra es más que significativo y responde a la necesidad cada vez más imperiosa de dignificar laboralmente este sector, de generar empleos más estables y mejor remunerados y de respetar lo estipulado en el convenio colectivo».

Marta Careaga, de la Federación de Servicios del sindicato CC OO, aporta un dato interesante. «La gente ha cambiado de sector». Se han ido a otros trabajos y, ahora, no quieren volver. «Hay gente en hostelería que ha estado en ERTE hasta marzo de 2022 y eso muchos no lo podían soportar. Así que se buscaron la vida donde había trabajo, donde había necesidad de mano de obra: en los supermercados. Se han dado cuenta de que pueden trabajar 39 o 40 horas, las que sean que marque su convenio, pero sin pasarse de lo que marque, y no trabajar todos los fines de semana». Frente a esto dibuja un panorama en el sector hostelero de festivos sin pagar, de contratos de treinta horas en los que se trabaja sesenta... «Vamos a preguntar en los bares y restaurantes que pagan bien y cumplen si tienen problemas para encontrar personal. Ninguno. Hay gente en este sector que trabajaría cincuenta horas o las que fueran si se las pagaran. Pero no es así. Lo que cuentan es falso».

Careaga va más allá en su análisis. Dice que las áreas de «turismo potente» durante el verano -habla de Liébana o de la zona oriental de Cantabria- son «el Oeste». Que todo vale. «Y que no es igual hostelería que hotelería, sobre todo en los hoteles de siempre». Deja, de hecho, una frase final como reflexión: «En Cantabria todo el mundo sabe a qué sitios no se puede ir a trabajar. Eso lo sabemos todos».