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Como un enemigo que avanza lento pero seguro, los nuevos casos positivos por coronavirus en Cantabria están sirviendo, según los agoreros, de primer aviso ante la inminente nueva ola de contagios que está por venir. En regiones como esta, donde el incremento de flujos ... sociales crece en temporada estival por el turismo, el peligro es aún mayor. Muchos ayuntamientos han hecho hace tiempo una llamada a la Delegación de Gobierno para contar con ayuda de Guardia Civil y Policía Nacional para afrontar un problema que no pueden abarcar con los escasos recursos de sus policías locales.
Basta conocer que en algunos de estos municipios, con muy poca población censada, como en el caso de Ribamontán al Mar, tan sólo existe un policía local en plantilla. «Y pese a que en verano incluimos refuerzos, no podemos gestionar solos las aglomeraciones de gente que se forman en estos meses de verano, ni tampoco las reuniones de jóvenes para beber alcohol en la calle», resalta Araceli Colina, primera teniente de alcalde.
Santander Santander
Torrelavega Torrelavega
Ribamontán al Mar Ribamontán al Mar
Noja Noja
Comillas Comillas
San Vicente de la Barquera San Vicent
Castro Urdiales Castro Urdiales
Un episodio reciente, con decenas de jóvenes en una fiesta multitudinaria en uno de los chiringuitos de El Puntal, saltó las alarmas del consistorio. Y muchos otros regidores alzaron la voz para confirmar que no es un problema específico de un local, ni de un territorio. «Es algo que nos sucede a todos los que somos municipios turísticos y que multiplicamos la población en estos meses de verano», defiende Miguel Ángel Ruiz (PRC), alcalde de Noja y primero en remitir por escrito la petición de ayuda a Delegación de Gobierno.
Miguel Rocés, Sindicato Unificado de Policía
Araceli Colina, Concejala de Ribamontán al Mar
Teresa Noceda, Alcaldesa de Comillas
«En nuestro caso, además, es que existen en nuestro municipio profesionales que hacen reclamos que pueden traer consecuencias, como los que tienen que ver con esos 'martes locos de Noja' que anuncian algunos hosteleros y que no es la mejor forma de que economía y salud sean compatibles», defiende Ruiz.
La villa cuenta con doce policías locales en plantilla aunque sólo hay cuatro de turno. «En las noches también tenemos cuatro y por eso es muy complicado abarcar todos los problemas que nos pueden surgir de esta naturaleza».
Lo mismo sucede en Comillas, donde el censo de población lleva a que sólo haya cuatro policías en plantilla. «Por las noches no hay nadie porque no hay más plantilla y los efectivos que metemos de refuerzo no pueden estar a todo. Además, tampoco pueden sancionar, con que la situación se agrava. Por eso hemos pedido que nos presten más ayuda incrementando la presencia de la Guardia Civil, porque hay muchas fiestas de botellón que terminan en altercados y en destrozos de mobiliario público, sin hablar de lo peligroso que es todo ello para la salud en estos días», confirma la regidora, la regionalista María Teresa Noceda (PRC).
Otro caso similar, San Vicente de la Barquera, también tiene fijada su plantilla en cuatro policías municipales, a los que suma en verano cuatro de refuerzo, pero que no tienen capacidad para sancionar. «Por la noche no tenemos a nadie que vigile», lamenta el regidor, Dionisio Luguera (PSOE).
La respuesta de Delegación de Gobierno llegó esta semana cuando su máxima responsable, Ainoa Quiñones, zanjó que existen movilizados 760 agentes este verano y que «en todo momento se prestará apoyo a todos aquellos casos en que sea preciso aunque tanto Policía Nacional como Guardia Civil cuentan ya con un calendario de actuaciones que abarca toda la temporada estival y donde se han fijado ya las fechas críticas, donde se producirán mayores concentraciones de personas por diversos tipos de efemérides y fiestas». Pero son cifras insuficientes, según dicen algunos regidores y también algunos representantes sindicales de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
La carga de trabajo que hubo con el estado de alarma obligó a muchos efectivos a tener que posponer sus libranzas, a acumular días que por derecho laboral les corresponden. «Somos personas igual que el resto, y a veces la gente lo olvida. Tenemos familia y vida privada y tenemos el mismo derecho a descansar que tienen las demás profesiones», remarcan fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
«Lo que ocurre ahora es que un tercio de la plantilla está de vacaciones y así va a continuar siendo hasta el 15 de septiembre», explican en AUGC. Las vacaciones, de un mes cada vez, se cogen en tres tandas: del 15 de junio al 15 de julio; de ese día al 15 de agosto y de ahí al 15 de septiembre. «En estas circunstancias, que son derechos adquiridos y que nos merecemos, siempre hasta el 15 de septiembre vamos a tener un tercio menos de efectivos en la calle».
Dicen que el problema no está en esos calendarios sino en la escasez de medios. «Lo que hace falta es más gente, más efectivos porque hay cuarteles que en verano se quedan sin gente», lamentan en la asociación. Sólo la unidad especial Usecid puede servir de apoyo, pero no es suficiente para resolver la problemática. «En estas circunstancias nos resulta imposible garantizar la seguridad. No con los recursos que hay a día de hoy».
En el caso de las dos ciudades más pobladas de Cantabria, con más de 10.000 habitantes, límite que por norma general se establece para que actúe la Policía Nacional y no la Guardia Civil, el problema es el mismo. Incluso pese a que existe mayor número de efectivos locales, la dimensión de los incidentes es también mayor por la densidad poblacional. Santander cuenta con una plantilla de 218 policías, con turnos que se traducen en 22 efectivos en la calle, cada vez; y de hasta 13 por la noche un día normal. «En los fines de semana se incrementan los efectivos hasta 17, donde hasta 11 agentes se pueden dedicar a disolver los llamados botellones», aclara Pedro Nalda, concejal de Protección Ciudadana.
Parecen recursos suficientes para atender el territorio de la ciudad, como en Torrelavega, donde el problema de la afluencia turística no llega. Allí hay 64 agentes en nómina de los que 56 están en las calles en guardias de hasta 8 o 9 efectivos. «Lo que ocurre es que ahora, en verano, pasamos a grupos de 5 ó 6 por las vacaciones de estos meses», apunta el concejal de Seguridad Ciudadana, Pedro Pérez Noriega. «Lo que sí hacemos es reforzar los sábados por la noche con otros cinco efectivos precisamente por el mayor número de celebraciones de este tipo que hay en la calle para consumir alcohol, principalmente».
Pero en sendos casos interviene también la Policía Nacional, «que como sucede con la Guardia Civil, se encuentra ahora con las vacaciones, y con que un tercio de la plantilla está en casa», indica Miguel Rocés, del Sindicato Unificado de Policía (SUP). «Y todos los años por estas fechas llegaban los efectivos de prácticas, los recién salidos de la academia, y suponían un refuerzo algunos años de hasta 30 agentes más. Sin ellos se nota la falta de capacidad», remarca. Protesta porque es «un déficit que arrastramos desde hace años». «Necesitamos más efectivos, sobre todo en temporada estival, cuando Santander se transforma en esa ciudad tomada por el turismo y hay que vigilar más».
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