La falta de médicos mantiene cerrados 21 de los 125 consultorios rurales de la región

«Hasta el 16 de octubre todavía tenemos a una parte del personal de vacaciones, confío en que a partir de esa fecha se puedan ir rellenando las plantillas», apunta la gerente de Atención Primaria, Alicia Gómez, consciente del «gran esfuerzo» que están haciendo los profesionales, «sobrecargados laboral y emocionalmente». Pero mientras tanto, «hay que priorizar», subraya, a sabiendas de que las decisiones que se toman pueden sentar mal entre los usuarios afectados, obligados a desplazarse hasta el centro de salud de referencia. Es lo que ocurre con los consultorios de Monte y Cueto, ambos cerrados por la ausencia de los médicos que tienen asignados esos cupos (uno con una reducción de jornada del 99% y el otro de baja laboral), cuya atención se ha desplazado a Los Castros y de El Sardinero, respectivamente.

Una circunstancia similar se vive en Valle de Villaverde, donde también el facultativo titular lleva de baja desde marzo. La gerente reconoce «las enormes dificultades para cubrir esa plaza, así como muchas de las vacantes que tenemos». En este caso concreto, se enmarca dentro de la zona de salud de La Barrera (Castro Urdiales), que tiene sus propias complicaciones, porque ya de por sí es de «difícil cobertura» tanto por la distancia como «por la carga laboral que soporta. Aunque tiene adscritas 30.000 tarjetas sanitarias, en la práctica tiene el doble de potenciales pacientes», fruto de la población flotante. «En concreto, por diferentes motivos, la plantilla de Castro tiene en estos momentos cuatro médicos ausentes». Es por eso que también se ha suspendido la actividad en Guriezo.

No obstante, la gerente subraya que la situación nada tiene que ver con lo que se vivió durante el estado de alarma, cuando se cerraron prácticamente el 90% de los consultorios periféricos. «Ahora tenemos cerrados menos del 25%». La falta de médicos es el motivo central, aunque hay excepciones como la de Miera, donde la causa se debe «a un problema informático, que no permite acceder a la historia electrónica. En cuanto se resuelva, se retomará la actividad», señala Gómez. En Ruiloba, en cambio, el problema es que «la infraestructura del propio consultorio no es la adecuada para las actuales circunstancias, aunque desde esta misma semana se ha reabierto para dar servicio dos días a la semana». Pero se mantienen cerrados, dentro de la misma zona de salud (Altamira), los de Mijares, Ubiarco, Viveda y Queveda, habitualmente cubiertos por un mismo médico. También clausurados de forma temporal están los consultorios de Corvera de Toranzo (Alto Pas), Zurita (Bajo Pas), Obregón y Liaño, ambos correspondientes a El Astillero; Isla y Castillo (Meruelo), Riaño (Gama) y La Madrid (San Vicente).

En cambio, están abiertos los incluidos en las zonas de Cudeyo, Pisueña-Cayón, Besaya, Laredo, Colindres, Nansa, Polanco, Saja, Tanos y Selaya. Menos suerte tienen los habitantes de varias localidades de Campoo, como San Miguel de Aguayo, Pesquera, Carabeos y Villanueva de la Nía, donde es habitual que se alterne el cierre de consultas «en función de los recursos disponibles», porque el área de Reinosa es otro de los destinos que «más cuesta cubrir». En Liébana ahora está abiertos todos, pero «de forma puntual» también se encuentran con que no hay médico.