La familia de Roberto Lavid contrata un equipo privado para buscarlo

Los drones tienen capacidad para fotografiar el terreno en resolución 4K, llevan instalados sensores térmicos y uno de ellos puede amerizar. Constituyen la punta de lanza de un equipo profesional desplegado por el 'Instituto de Formación Profesional (IFP) rescates', que hace unos años se constituyó con funcionarios de la Policía Nacional y la Guardia Civil; y que hoy en día se ha especializado en rescates. En España se los conoce, entre otras intervenciones, por participar en la búsqueda del niño Gabriel.

«Hace meses, cuando se inició el registro oficial del monte, con los medios públicos, los profesionales de IFP se ofrecieron a venir de manera altruista, pero se les denegó el acceso. Ahora que ya no hay dispositivo oficial somos la propia familia los que los hemos contratado a título particular porque estamos desesperados y necesitamos encontrar a Roberto», explica Clara García, prima del desaparecido, de 49 años, que fue visto por última vez a la salida de una discoteca de Tanos.

Esta oportunidad es, de hecho, el último cartucho que le queda a una familia desolada, desesperada desde que el pasado 5 de diciembre se dieron por finalizados los trabajos de Guardia Civil, Policía Nacional y 112 para encontrarlo en el monte. «En la familia estamos muy inquietos. No tiene sentido que se abandone así la búsqueda de una persona. ¿Si sigue perdido habrá que continuar hasta que aparezca, no?», reclama García.

Lo primero que hicieron los responsables del nuevo operativo privado a su llegada el jueves a Cantabria fue instalarse en el terreno. «Establecimos el puesto de mando y hablamos con vecinos y familiares para recabar toda la información posible antes de ponernos en marcha», detalla Miguel Liébana, responsable del despliegue que cuenta también con 5 perros que peinan el monte durante todo el fin de semana.

«Somos quince personas con experiencia en esto y hemos establecido un plan de trabajo que va a durar hasta el lunes. Estaremos, de momento, hasta mañana», concretó Liébana. Es una apuesta a todo o nada, porque como indica la familia: «Todo indica a que está en el monte». «Lo confirmó la Policía y la Guardia Civil. No es normal que haya dejado el coche al pie del monte, que no llevara ropa de abrigo ni equipo para hacer senderismo y que haya podido ir muy lejos», concreta García. La familia no quiere dejar pasar estos días. Opina que en cualquier momento pueden llegar las nieves «y entonces será imposible».

Las pistas parten del lugar en que Roberto abandonó su coche, un Opel Astra de color oscuro, que fue encontrado por un ganadero de la zona con las puertas abiertas y las ruedas traseras atrapadas en una zanja. Con su enfermedad –padece diabetes–, pudo sufrir un bajón que le hizo desorientarse y vagar sin rumbo. «Lo lógico es que no haya ido muy lejos, pero también es cierto que la familia dice que siempre ha caminado mucho, por eso el dispositivo se distribuye en ocho kilómetros a la redonda», detallan desde el operativo.

Roberto Lavid es vecino de Igollo de Camargo, tiene 49 años de edad y mide 1,80 metros. Es de complexión media, sus ojos son marrones y su pelo castaño oscuro. Es diabético y como consecuencia necesita medicación.