Secciones
Servicios
Destacamos
Llegar a final de mes con holgura supone un logro para buena parte de las familias cántabras. En concreto, el 43% de los hogares de la región tiene algunas o muchas dificultades para poder cerrar el mes sin llegar con el agua al cuello. Todo ... ello con una mayoría amplia de las familias que declaran que viven con menos de 2.000 euros netos al mes, según la última Encuesta Social de Cantabria publicada por el Instituto Cántabro de Estadística (ICANE).
A pesar de la situación económica, muy distinta a la que había hace quince años en el país, las proporciones se mantienen y así la mitad de población cántabra considera que necesita entre 1.000 y 2.000 euros cada mes para poder hacer frente a los gastos corrientes, una proporción muy similar a la que se recogió en la primera encuesta de este tipo, datada en el año 2007.
El mayor cambio, eso sí, se encuentra mucho más próximo. La anterior encuesta realizada por el ente estadístico fue en 2020 y en ese momento los hogares cántabros tenían unas necesidades inferiores a las actuales. Entonces, solo un 16% declaraba necesitar más de 2.500 euros al mes para vivir, diez puntos menos que las cifras recogidas en la última encuesta.
Estos son datos que reflejan la situación en la región al cierre del año pasado, y que permite recorrer, en algunos indicadores, el estado de las economías familiares desde el año 2005, por lo que favorece el análisis previo y posterior de las dos últimas crisis económicas más acuciantes: la del boom urbanístico de 2008 y la acontecida tras el covid y la guerra de Ucrania. El resumen rápido es que cada vez la estructura laboral es más sólida, con más trabajo y mejores ingresos, pero las necesidades económicas de los hogares cántabros son, también, cada vez mayores.
El último informe de Adecco sobre capacidad salarial lo pone negro sobre blanco, porque Cantabria es la segunda comunidad del país que pierde mayor poder adquisitivo desde 2017 hasta 2022: en concreto un 5,9%, lo que puede explicar que los hogares cántabros necesiten insumos elevados para poder finalizar de forma satisfactoria el mes después de pagar gastos fijos y otros variables.
Esta también puede ser la razón por la que la misma proporción, un 26% de los hogares cántabros, señala tener «alguna dificultad» para llegar a final de mes con las rentas que entran en su casa. Otro 13% reconoce que tiene dificultades y un 5% se sitúa en el extremo más negativo, el que señala que lo hace con grandes problemas. En el lado contrario de la balanza, una de cada tres familias señala que finaliza el mes con facilidad.
La situación es mejor que el primer año de la serie histórica de este estudio, 2007. Hace quince años, incluso antes de la llegada de la crisis del ladrillo a España, solo el 20% de cántabros reconocía llegar con facilidad a final de mes y casi el 40% lo finalizaba con alguna dificultad, cerca de quince puntos más que en la actualidad. Fue entre las encuestas elaboradas en 2017 y 2020 cuando las tornas se cambiaron y ya eran más las personas que llegaban con facilidad que con dificultad a final de mes.
Aunque la situación de pérdida de capacidad económica lastra la economía familiar, también hay cambios más que destacables en la estabilidad de los ingresos: ahora el 78% de la ciudadanía en Cantabria considera que sus dinero mensual está garantizado, y son diez puntos más que en 2010 cuando una cuarta parte creía que sus ingresos mensuales estaban en peligro.
Y con toda esta situación, la mitad de la población cántabra admite que es capaz de ahorrar algo a final de mes. Una proporción positiva, pero que es quince puntos porcentuales menor a la registrada en 2007: entonces el 64% podía guardar dinero.
Los gastos
El estudio solo analiza gastos que tienen que ver con la vivienda, los préstamos y los gastos derivados de los suministros y establece la proporción de familias cántabras que pagan determinada cantidad en tramos variables. La hipoteca se ha convertido en uno de los gastos fijos que más ha variado en los años que analiza la estadística. En la actualidad, uno de cada diez hogares paga más de 600 euros al mes en préstamos hipotecarios. La gran mayoría de familias (un 35%) paga entre 180 y 300 euros por este concepto cada mes.
El encarecimiento de los suministros del hogar como la luz, el agua, el gas o las cuotas de comunidad ha llevado a que en la actualidad un 10% de cántabros tengan gastos superiores a los 600 euros al mes para sufragar estas facturas corrientes. Puede parecer una proporción muy baja, pero hace quince años solo suponía un 1% de la población cántabra, lo que da buena muestra de la subida de precios de forma generalizada. En el escalón inmediatamente inferior, de quienes pagan entre 300 y 600 euros al mes se encuentra una de cada tres familias de la región. Y la evolución en este rango ha sido también destacable: en 2007, solo un 7% de cántabros estaba en ese tramo de gasto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.