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La dinámica no ha cambiado y los test de antígenos siguen siendo el producto más demandado en las farmacias de Cantabria. Las reuniones con amigos y familiares concentradas en estas fechas agotaron el stock en y encontrar una prueba días antes de la ... Navidad se convirtió en misión imposible. Hubo quien incluso abrió una lista de espera. Ahora, tras el 'boom' de la semana pasada, algunos establecimientos ya han conseguido reponer las estanterías. Pero la demanda no decae. «Esta mañana nos han llegado existencias y se siguen vendiendo. Hoy desde las 09.00 de la mañana ha venido gente preguntando», ha explicado Alicia Huerta, de la farmacia Huerta Terán ubicada en la calle Jesús de Monasterio, en Santander. Allí percibieron un pico el pasado 23 de diciembre y «se agotaron las pruebas», ha añadido. Eso generó cierto nerviosismo entre la población que «puede estar tranquila» porque han vuelto a reponer.
Ahora las cenas de nochevieja y las comidas de año nuevo son las reuniones encargadas de mantener las ventas por las nubes. «El pasado 24 nos hicimos un test y de la cena se cayeron seis personas porque dieron positivo», ha contado Pilar Rodeño, tras adquirir las pruebas en la farmacia. Todas ellas completamente asintomáticas. Por eso en su entorno no dudan sobre qué harán antes de cerrar el año. «Nos sirvieron ese día porque nos libramos de los contagiados», ha añadido. Y luego, en Navidad, repitieron el protocolo para más seguridad. Todos negativo. Así este viernes, antes de cruzar la puerta de casa: «Lo volveremos a hacer» para, por lo menos, eliminar de la lista a quienes estén contagiados, pero no presenten síntomas.
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Como las llamadas y las preguntas son una constante en casi todas las farmacias de la región, muchas de ellas ya han optado por colgar carteles en la entrada anunciando la situación: 'Hay test de antígenos'. O justo lo contrario. Conscientes de que el ritmo de ventas no va a variar en los próximos días, se venden cientos de test en cuestión de horas, algunos establecimientos han llenado sus almacenes. Entre pruebas de antígenos y test de saliva, en la farmacia Valdés Gallo, frente al Ayuntamiento de Santander, la semana pasada adquirieron 64.000 unidades, que han ido recibiendo poco a poco. A estas alturas ya han vendido casi la mitad. Y siempre ocurre lo mismo: «Los pocos que nos llegan se agotan en cuestión de horas», ha resumido esta mañana Elena Mateo, una de las farmacéuticas. Para que se hagan una idea, han llegado a vender 1.200 test en una sola mañana y es que la gente se los lleva «de cinco en cinco» o de diez en diez, no hay límite.
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Una de las clientas que esta mañana ha acudido a la farmacia a por test ha sido Katia. En su caso la compra no se debía a una reunión familiar sino a un tema profesional. «He comprado porque tengo una peluquería y hacemos habitualmente. Sobre todo después de las fiestas para poder empezar con normalidad y tranquilidad», ha señalado. En su caso se ha llevado 20 pruebas para tener y que sus empleados se hagan la prueba a la vuelta del parón navideño. «Alguna vez he mandado a amigos a comprarlos y sobre todo se han encontrado con muchas colas». Ella ha tenido la suerte de haberlos encontrado sin problema.
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