![Feijóo, un aliado inesperado para Revilla](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202203/06/media/cortadas/comborevi-feijo-kpqC--1248x850@Diario%20Montanes.jpg)
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Miguel Ángel Revilla recibió a Pablo Iglesias en Peña Herbosa en diciembre de 2015, en plena campaña de las elecciones generales que se celebraron aquel mes. «Inaudito, me desborda, esto de Pablo es increíble». Cuando se abrieron las urnas, Podemos fue uno de los ... grandes vencedores de la noche, con un crecimiento espectacular para desesperación del PSOE. Antes de dejar la vida pública, el líder morado llegó a vicepresidente de España en un Gobierno presidido por Pedro Sánchez, que también aquellos días pasó por la sede del Ejecutivo autonómico en Santander para reunirse con el regionalista. Le llevó a comer al Zacarías y se deshizo en palabras bonitas tras tomar nota de los compromisos del socialista con Cantabria en caso de llegar a La Moncloa. Del despacho de Revilla al cielo. No es que el presidente de Cantabria, que ejerció de perfecto anfitrión en ambos casos, tenga una varita mágica ni que a quien invita a anchoas le sonría automáticamente el éxito electoral. No es magia, sino la demostrada efectividad de Revilla cuando ejerce de oráculo. Ojo clínico, con independencia de que esos vínculos se materialicen o no en beneficios para Cantabria, para ver quién tiene futuro y quién no en esto de la política.
Quizás por eso nunca ha mantenido un encuentro de similares características con Pablo Casado. Hay que decir que en las ocasiones en las que han coincidido, como en la última edición de Fitur, la conversación ha sido cordial. Pero ni grandes recibimientos, ni cascada de halagos. No hubo sobaos y anchoas para el inminente exlíder de los populares. Y también quizás por eso en los últimos años Revilla ha estrechado los lazos con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Dos meses antes de que se desatara la crisis del PP que ahora llevará al gallego a la presidencia del principal partido de la oposición, Revilla se tiró a la piscina durante una de sus muchas intervenciones en el programa de televisión 'El Hormiguero' y afirmó que el futuro de los populares tenía que venir de Santiago de Compostela. Acertó.
Precisamente en Santiago se produjo uno de los últimos encuentros entre ambos, en el marco de la cumbre de las ocho regiones que participaron para hablar del nuevo modelo de financiación autonómica y los retos conjuntos de los territorios que comparten el problema de la despoblación y el envejecimiento. Antes, fue Revilla quien convocó a Feijóo en Cantabria. En Potes se reunieron ellos dos y el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón. La excusa era algo así como mostrar el 'buen rollo' de las regiones por las que transcurre el Camino de Santiago. Fue un encuentro con poco contenido real y muchas declaraciones políticas. «Un encuentro entre diferentes» en los que los tres líderes pusieron de manifiesto que es posible el entendimiento entre fuerzas políticas distintas. PP, PSOE y PRC en aquella ocasión.
VÍNCULO PERSONAL
POSICIONES COMPATIBLES
SU ETAPA EN LA XUNTA
Frente al templo de Santo Toribio de Liébana, el cántabro afirmó que «si nos metemos en el monasterio un día entero, estoy seguro de que estaríamos de acuerdo en el 95% de las cosas». «Sintonía» y «ambiente distendido» también cuando se acabó la agenda oficial y los tres se acercaron hasta Cosgaya para conocer los «últimos reductos cántabros de la batalla de Covadonga» y degustar un menú a base anchoas de Santoña y cocido lebaniego en el restaurante Los Osos. Desde ese momento, Barbón se convirtió en la referencia de Revilla entre los líderes autonómicos socialistas y Feijóo entre los populares.
Más allá de lo personal, ¿tendrá consecuencias políticas? ¿En qué se traducirá esa conexión Revilla-Feijóo a partir de ahora? Pues de manera inminente en nada. Pese a los muchos desencuentros públicos, PRC y PSOE insisten en que el bipartito cántabro goza de buena salud. Si en otros momentos de la legislatura los populares pusieron ojitos al regionalista para que cambiara de socio, a poco más de un año para los comicios esa opción resulta ahora impensable.
Otra cosa es lo que pueda ocurrir a partir de mayo de 2023. Los futuribles dependerán en gran medida del resultado que salga de las urnas. De si el PRC logra mantenerse como primera fuerza, si es adelantado por el PP... En caso de que ocurra igual que en la anterior cita electoral y los regionalistas puedan elegir entre mirar a izquierda y derecha, ahora Revilla tiene un as en la manga. Si la jugada con el PSOE se complica, está la carta del PP. Del PP de Feijóo, no del de Casado, que en la tribuna del Congreso, durante la investidura de Pedro Sánchez, ya ofreció a Revilla sus votos para sustentar el Gobierno de Cantabria. Y el cántabro hizo como si no lo hubiera escuchado.
Aunque el pasado fin de semana la líder popular en la comunidad autónoma, María José Sáenz de Buruaga, afirmó que su formación estaba en posición de ser primera fuerza y que no era partidaria de hacer cordones sanitarios alrededor de ninguna fuerza política al ser preguntada por cómo deber ser la relación con Vox, Feijóo sí ha sido en las últimas horas más contundente. Les califica directamente de «extrema derecha» y, aunque no lo dice de forma clara, de sus palabras se desprende que no estaría cómodo con un pacto en esa dirección.
Feijóo fue como director del Insalud (1996-2000) uno de los que negoció con Cantabria la cesión de las competencias de Sanidad y de Valdecilla. Durante sus cuatro legislaturas en la Xunta ha demostrado una mayor sensibilidad que la de su partido hacia los temas identitarios -casi siempre habla en gallego- y ahora llega a Génova con la idea de configurar un PP que tenga un discurso común, pero con matices en los territorios. Un postulado que puede encajar bien con los del PRC.
Por cierto, el pasado otoño Revilla recibió en Peña Herbosa a Inés Arrimadas e insistió en las bondades de que exista un partido de centro en el país. Quizás haya esperanzas para Ciudadanos.
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