«Es más fiable hacer el test en la farmacia»

Son las diez y media de la mañana y ya hay varias personas a la puerta de la farmacia que regenta Javier Rapado en la calle Marqués de la Hermida de Santander. Un cartel luminoso y otros dos de papel anuncian que se realizan test guiados de antígenos. Es uno de los establecimientos que se ha sumado a la iniciativa del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria puesta en marcha el pasado lunes. En sólo quince minutos y por seis euros -sin sobrecoste añadido por el servicio-, Javier comunica si la prueba ha resultado positiva o negativa. «Vengo a la farmacia porque considero que es más fiable que el test me lo haga un experto», afirma David Bezanilla, que tiene un hermano con leucemia y es el séptimo al que se somete en lo que va de año.

Aunque este servicio no es nuevo -hay establecimientos que ya lo hacían antes-, la intención del Colegio de Farmacéuticos, del que Rapado es secretario, «es descongestionar los centros de Atención Primaria».

El empuje de la sexta ola, que continúa desbocada, da una opción a las personas que tienen prisa o que directamente no se apañan en casa. «Es mucho más cómodo hacerlo aquí, a mí me viene mejor y así me quedo tranquilo. Me habían dicho que molestaba, pero no he notado prácticamente nada», asegura Teodoro Gómez, que acude porque ha tenido contacto estrecho con un positivo.

El establecimiento no es demasiado grande, pero aun así dispone de una zona con dos sillas, alejadas del mostrador, para que los clientes se sometan a la prueba. Es el farmacéutico el que saca el test de antígenos del envase, lo prepara e introduce el bastoncillo brevemente en la nariz del cliente para tomar la muestra que se analizará. Luego hay que esperar quince minutos fuera del local -por seguridad- antes de saber si aparecen las dos franjas rojas que determinan que la persona está contagiada.

«Las ventajas, aparte de la seguridad de que el test en sí no es defectuoso y está homologado, es que las farmacias entramos directamente en el sistema. Es decir, gracias a la aplicación 'Cañía', mandamos el positivo al Servicio Cántabro de Salud. El usuario ya no tiene que desplazarse hasta su centro médico para comunicarlo», explica Rapado.

Eso fue, por ejemplo, lo que le sucedió ayer a Roberto Castañeira. «El viernes había dado negativo, pero al haber estado con un positivo decidí repetir el test y he dado positivo. Así que me voy directamente para casa, a esperar que me llamen del centro de salud. Al menos me he quitado el engorro de tener que andar llamando yo y esperar a que alguien al otro lado me coja el teléfono», añade.

Si el resultado del test de antígenos es negativo, el cliente recibe un mensaje en el teléfono móvil. Además, puede acudir a la web del Servicio Cántabro de Salud para descargarse el justificante de su negativo que sirve de documento acreditativo durante 48 horas.

Uno de los aspectos que deben tener en cuenta los que quieran someterse a un test de antígenos en una farmacia es el precio. A falta de que este jueves la Comisión Interministerial de los Precios de los Medicamentos, órgano colegiado del Ministerio de Sanidad, fije la cuantía máxima, cada establecimiento puede cobrar lo que considere. «Aplaudimos la iniciativa porque logrará que los precios se contengan, aunque el objetivo final es que los test de antígenos adquieran la categoría de medicamento y que puedan ser prescritos por los médicos, siempre dentro del canal de farmacia, que es lo que va dar tranquilidad a los resultados y también a los usuarios», explica Javier Rapado.

Aún no hay una cifra exacta del número de establecimientos -en Cantabria hay 279 farmacias- que se han adherido a esta iniciativa. Tampoco del número de positivos detectados, aunque ahí va un dato. El lunes, Rapado hizo más de medio centenar, de los cuales «el 20% fueron positivos».

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