Secciones
Servicios
Destacamos
Todos ponen por delante la necesidad de estar inmunizados:«Hay que vacunarse sea con la farmacéutica que sea, eso lo tenemos claro», pero muchos de los profesionales esenciales que han probado estas semanas en sus carnes la opción inglesa de AstraZeneca le encuentran inconvenientes. Salvo ... casos muy aislados, coinciden en que produce una reacción muy fuerte, «lo más parecido a una gripe de 24 horas».
La primera sensación es un dolor muscular en el brazo y a las pocas horas comienza a aparecer el malestar general, con cansancio, náuseas y cefalea.
En la mayor parte de las veces todos estos síntomas vienen acompañados de unas décimas de fiebre. Por suerte, tal como llega, todo este malestar se esfuma pasadas las 24 horas, y puede ser atenuado con la toma de paracetamol. Se salvan de este padecimiento quienes han pasado ya la infección por covid. Y la principal queja, según dicen, es que aún haya profesionales mayores de 55 que estén sin proteger porque este inyectable no está recomendado para ellos.
Opina que en esta primera fase de la vacunación no está la situación para poder elegir la farmacéutica. «Lo importante es estar protegidos;aunque no sea con la mejor opción de las que existen», zanja Isabel González, médico de trabajo de 47 años. Si le hubieran puesto sobre una mesa las tres opciones disponibles a día de hoy(Pfizer, Moderna y AstraZeneca), se hubiera decantado por la primera. «Parece que es más eficaz y tampoco produce tanta reacción, aunque ya estoy empezando a leer que la segunda dosis es la que trae asociada más sintomatología. Pero en todo caso lo que me deja tranquila es que ya estoy protegida y eso siendo médico, es importante», comenta. Ella pasó una mala noche el 14 de febrero, cuando se inyectó. «Luego, el día siguiente, tuve dolor muscular, náuseas y dolor de cabeza. Lo más parecido a una gripe». Pero el tiempo y el paracetamol terminaron por extinguir el malestar a las 24 horas. «Hay de todo, gente a la que no le da tanta reacción y otros a los que el dolor de cabeza les dura días», explica.
Ana Ostolaza, fisioterapeuta de 25 años, ha pasado cuatro días sintiendo repentinos cambios de temperatura corporal. «Le ha pasado igual a otros compañeros en la clínica. Estábamos trabajando y tan pronto nos entraba frío, y al rato mucho calor», explica. Es una reacción prolongada de la vacuna de AstraZeneca que se puso el pasado mes. «La primera respuesta, que fue algo más intensa, sí que me duró sólo un día y fue más parecido a lo que dice todo el mundo. Dolor de cabeza y fiebre. Llegué a medirme 38 grados», revela. Los sanitarios ya le advirtieron que iba a tener ese episodio de malestar, que era la forma normal en que su organismo activaba su sistema inmunitario para protegerla y que tomara paracetamol. «Aunque soy de las que procura tomar la mínima medicación posible, en este caso tuve que ceder porque la fiebre y el dolor podían subir». En todo caso no fue una sensación tan mala. «Cuando te avisan de que vas a pasarlo y encima te das cuenta de que esta forma de sentirte implica que está funcionando la vacuna, lo asumes».
Se inyectó el pasado 13 de febrero a las siete y media de la tarde. «Al día siguiente tenía algo de malestar, pero hasta que no pasaron 24 horas no me llegó la reacción fuerte», cuenta Javier Arnaiz, médico estético de 37 años. Esa noche, a las cuatro de la mañana se sintió tan indispuesto que se levantó de la cama y tomó un paracetamol. «Había estado esperando porque existen estudios que avalan que si no frenas la inflamación, la reacción inmune es más eficaz y generas más anticuerpos. Pensé... ya que me pongo la vacuna, que haga el mayor efecto, pero fue tal el malestar, con escalofríos, cefalea y dolor muscular, que no quise seguir pasándolo mal», confiesa Arnaiz. Ese amago de gripe le duró apenas ocho horas. «Esta primera dosis de AstraZeneca produce más reacción que la primera de Pfizer, pero la segunda inyección tiene menos efectos secundarios, al contrario que la otra». Aunque para él lo idóneo hubiera sido esperar a la española. «Están haciéndola con el virus atenuado, como siempre se han hecho las vacunas. Pero no tuve otra opción que AstraZeneca».
Javier Rapado, farmacéutico de 46 años, fue previsor:«Estuve ayudando a coordinar el pasado 13 de febrero la vacunación masiva de farmacéuticos en el Hospital de Liencres. Así que yo me la puse por la mañana y a la noche, cuando llegué a casa, aunque no tenía ningún síntoma, me tomé un paracetamol», cuenta. De madrugada comenzó a subir la fiebre, pero apenas unas décimas. «Luego estás con un poco de mal cuerpo, como cuando tienes gripe, pero nada que no me impidiera seguir con mi día a día». Quienes lo pasaron sin inmutarse, cuenta, fueron sus compañeros que ya habían contraído la infección por covid en el pasado. «Ellos no notaron absolutamente nada. Es algo que ya se viene comprobando desde hace un tiempo», concreta. El mayor inconveniente de este inyectable, explica, es «la situación de desprotección en que deja a todos aquellos compañeros que tienen más de 55 años, que están en la calle, trabajando, exponiéndose al virus como los demás, y que merecen ser vacunados con la farmacéutica que sea lo antes posible», reivindica.
Ella tampoco fue una excepción:«Tomé paracetamol al ponerla pero a última hora de la noche comenzaron a aparecer los síntomas. Por suerte tomé otro y al día siguiente no volví a tener molestias», explica Ruth García, enfermera de empresa, de 39 años. «Lo bueno que tenemos los que nos hemos puesto AstraZeneca es que esta primera dosis se supone que es la peor. La segunda hace menos reacción. En el caso de la Pfizer se supone que lo malo viene ahora, cuando se pongan la segunda vacuna», cuenta. El problema es que sin poder elegir, no queda más remedio que inmunizarse con lo que hay. «Por preferir, hubiera preferido Pfizer, pero por la sencilla razón de que, por lo que se lee, tiene más protección y también tiene efecto sobre todas las variantes del covid, no como sucede con esta vacuna inglesa. Pero en todo caso lo importante es que nos podamos proteger, sea de la manera que sea». Casi que sufrió más el dolor muscular en el brazo, en la zona de la punción, que todo lo que vino después. «Eso llegó a ser hasta más incómodo, sí», confiesa.
Algo en el sistema inmune de Laura Sánchez de Movellán (32 años) le ha convertido en una suerte de supermujer capaz de pasar la vacuna sin ningún tipo de reacción adversa. «Me la pusieron y no noté absolutamente nada. Es cierto que me tomé un paracetamol incluso antes de inyectarme, pero de verdad que no sentí nada», revela esta farmacéutica. No baraja tampoco haber cogido el virus con anterioridad, algo que atenúa de forma significativa los síntomas, como se ha comprobado. «No puede ser eso porque recientemente me he hecho una prueba de anticuerpos y dio negativo, y también he hecho hace muy poco una PCR, por el tiempo cuando me vacuné, y también dio negativo», señala. Sabe que muchos de sus compañeros han tenido efectos secundarios, que la sensación gripal es lo más común cuando el suero de AstraZeneca comienza a circular por la sangre, «pero eso no quiere decir que a mi me haya hecho menor efecto. Imagino que por lo que sea, tal vez por haber tomado antes el paracetamol, me resultó menos doloroso».
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.