

Secciones
Servicios
Destacamos
J. VARELA | R. TORRE POO
Madrid | Santander
Miércoles, 11 de marzo 2020, 07:07
«Yo venía para hacer la compra de la semana y ya llevo dos carros con lo imprescindible». Son palabras de Cristina, una mujer de 55 años, que resumen a la perfección la sensación que se respira en los supermercados madrileños. El paquete de medidas decretado el lunes por la Comunidad de Madrid parece haber desatado el pánico en los ciudadanos, que acuden bajo el efecto llamada a hacer la compra de forma compulsiva temiendo una cuarentena que les impida salir de casa. La misma situación se repite en Vitoria y La Rioja, donde el coronavirus está más presente. En Cantabria, en cambio, las grandes cadenas afirman que, pese a que están notando que «acuden más clientes de lo habitual», no hay estanterías vacías «salvo algún caso puntual».
«Los grupos de WhatsApp y los bulos han provocado que la gente compre de forma desmedida», dice Luis, reponedor de un supermercado madrileño de la zona de Arturo Soria que lleva cuatro horas sin parar. «Hemos puesto esta mañana 1.000 kilos de comida y la gente ha tardado menos en llevárselo que nosotros en colocarlo», aclara sorprendido. «Había gente en la entrada esperando antes de que abriéramos y atasco para acceder al aparcamiento», apostilla.
Pero la sensación es real cuando se cruza la puerta de cualquier supermercado de la capital. Un silencio tenso, estantes vacíos, colas para pagar en las cajas, carros llenos, nerviosismo entre la gente, caras de sorpresa y de incredulidad, trabajadores desbordados, las conservas y las legumbres llenando cestas y carros, la pasta 'volando' de las baldas...
Personas de todas las edades compiten a ver quién se hace antes con una lata de atún, con un paquete de judías o con una garrafa de agua. Dos pasillos más adelante, donde habitualmente está el papel higiénico y los productos de aseo personal, sólo quedan estantes vacíos que transmiten poca tranquilidad y un punto de histeria. «He visto a gente que se ha llevado dos carros llenos de papel higiénico, cajas de compresas y de toallitas húmedas», dice Mariate, de 76 años, a la que todo esto le ha pillado por sorpresa. «Es verdad que he venido a comprar más que normalmente, pero porque al ser una persona de riesgo, prefiero tener cosas en casa por si no puedo salir en una temporada», dice con cierta inquietud.
Una opinión que comparte Anselmo, de 78 años, que lleva en la cesta «un kit de supervivencia» en el que no falta arroz, legumbres, atún y leche. «No he podido comprar papel higiénico ni agua, pero me han dicho que esta tarde repondrán, pero que habrá que venir pronto», aclara. Miguel Ángel, de 25 años, no da crédito a lo que ve y culpa a los bulos y la alarma social de esta situación «descontrolada». «No es normal que la gente se lleve tanta comida y víveres porque no hay motivo para tanta alarma. Puedo entender a la gente mayor porque quiere limitar sus salidas de casa, ¿pero el resto?», se pregunta con un punto de indignación. «Con esto lo único que se consigue es que se cree una alarma innecesaria», apunta antes de soltar su cesta vacía y dejar lo de la compra para mañana.
Mientras la sensación en los supermercados es de alarma, desde la Asociación Nacional de Grandes Superficies (Anged), la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) y la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) se quiere transmitir una imagen de tranquilidad garantizando el «abastecimiento» y el «buen funcionamiento» de la actividad de las tiendas. Sin embargo, es un hecho que los supermercados se han visto sorprendidos después de que el Gobierno cambiara de escenario a 'contención reforzada'.
Mientras todo esto sucede, principalmente, en Madrid, Vitoria y La Rioja, la situación en Cantabria es de «normalidad», a excepción de los geles desinfectantes de manos «que están prácticamente agotados». Así lo destacaron ayer las grandes cadenas de supermercados con las que contactó este periódico. En El Corte Inglés sí notaron «una mayor afluencia» de clientes, pero en ningún momento se vieron desbordados o sus productos desaparecieron de las estanterías. Tampoco en Lupa, que percibió «un repunte» en la afluencia de clientes. Mercadona, por su parte, no registró «ninguna incidencia reseñable». Puede que «en algún momento concreto», reconoce, algún producto pudo acabarse «hasta su resposición».
Las tres firmas aseguran que «el suministro está totalmente garantizado» y que tienen «existencias suficientes» en sus almacenes, ya que se han reforzado.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró ayer tras el Consejo de Ministros que «al Gobierno no le consta el desabastecimiento de alimentos», mientras que la portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pidió a la población no «hacer acopio» de productos , ya que «no va a haber ningún problema».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La palygorskita, los cimientos del vino rancio en Nava del Rey
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.