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Fiscalía pide penas que suman 35 años de cárcel para cada uno de los tres acusados en el crimen del anciano de 80 años que apareció muerto y maniatado en su garaje en la calle Beato de Liébana de Santander, a los que se ... atribuyen delitos de asesinato, robo, detención ilegal y lesiones leves. El Ministerio Fiscal achaca esos delitos a los tres acusados, dos hermanos del País Vasco y un santanderino, a dos de ellos en concepto de autores y al tercero como cooperador necesario.
La víctima, un hombre de 81 años, murió tras sufrir un asalto en el que fue maniatado y amordazado. Según informa a Efe el Ministerio Público, por el delito de asesinato se solicita para cada acusado 23 años de cárcel y libertad vigilada durante 10 años más, por el de robo con violencia tres años, y por el de robo con violencia en casa habitada 5 años más.
Asimismo, por detención ilegal pide cuatro años más y por las lesiones leves una multa.
Para la Fiscalía, en este caso concurren las agravantes de disfraz y abuso de superioridad. Pide como responsabilidad civil la cantidad de 80.340 euros, a lo que hay que sumar, a juicio del Ministerio Fiscal, el importe de las joyas pendientes de tasar.
Los hechos ocurrieron en febrero de 2017 en un local de Santander al que acudía todas las mañanas el anciano para cuidar sus pájaros. La Policía comprobó que el móvil de los hechos fue el robo y que el objetivo de los autores era el dinero y las joyas que la víctima guardaba en una caja fuerte.
La tesis de los investigadores policiales era que, para intentar averiguar donde tenía esos efectos, los acusados ataron y amordazaron al hombre en el garaje, donde murió asfixiado.
Según explicó en su momento la Policía, los autores de los hechos se desplazaron después hasta el domicilio del anciano que se encontraba en las inmediaciones del local en el que apareció su cadáver. Allí estaba la pareja sentimental del fallecido, a la que también maniataron antes de hacerse con las joyas que se encontraban en la caja fuerte.
En septiembre de 2018, un año y medio después de los hechos, la Policía difundió una llamada anónima a la Cruz Roja de Madrid que había dado datos sobre el crimen y solicitó la colaboración ciudadana para identificar a su autor, lo que fue posible días después. Según informó entonces la Policía a través de Twitter, la identificación se hizo gracias a las pistas aportadas por los ciudadanos sobre la voz de la llamada que se había decidido difundir.
La llamada se hizo un día después del crimen desde una cabina situada en Vitoria a la Cruz Roja de Madrid. El hombre que la hizo, uno de los acusados, fue detenido en Getxo (Bizkaia) por la Ertzaintza pero no por este caso, y los resultados de ADN confirmaron su presencia en la vivienda asaltada en Santander.
Además, una prenda con la que se veía a uno de los sospechosos en una grabación de una cámara de seguridad fue hallada en un registro en un trastero que utilizó esta persona.
Según el juez instructor, las diligencias practicadas han probado que el hermano de este acusado también estaba en Santander en el momento del suceso y que lo acompañó. Al tercer investigado, un santanderino, se le considera cooperador necesario y se le atribuyen los mismos hechos.
El juez instructor considera que llevó a los otros dos investigados a hacer vigilancias, después al lugar del crimen y por último a su propia casa.
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