La fiscal propone desestimar la denuncia contra Fernando Francés por agresión

La abogada de Vargas reclamó para Francés una condena por delito leve de maltrato -dos meses de multa, a razón de 25 euros al día- y el pago de las costas. Y el abogado de Francés pidió la absolución de su cliente y que se investigue a la denunciante «por delito de falso testimonio».

La denuncia de Vargas, con más de 15 años de trayectoria artística, y la posterior citación del cántabro Fernando Francés -comisario, crítico de arte, director de museos, con cargos políticos en Andalucía de los que ha dimitido recientemente- han tenido eco en el mundo del arte y la gestión cultural. También lo han movilizado: colectivos como La Caja de Pandora o MAV, y también la Asamblea Feminista Abierta de Cantabria, han defendido públicamente a Marina Vargas.

Por otro lado, el tiempo entre la presunta agresión y la celebración de la vista se ha dilatado en el tiempo a causa de la demora en el trámite de la denuncia, que Vargas presentó en una comisaría de Madrid el 17 de julio y que no tuvo reflejo administrativo en Santander. «Un año esperando la tramitación, es inexplicable», indicó la letrada de Vargas. El relato de los hechos que ayer hizo la artista es similar al que ya expuso públicamente en 'Facebook' dos días después de la presunta agresión. Ante el juez, indicó que, en el expositor de la 'Galería Javier López & Fer Francés'-Fer Francés es el hijo del denunciado-, Fernando Francés se dirigió a ella repitiendo «la has cagado, la has cagado», y que, señalándola con el dedo, «se fue acercando y me dio un golpetazo con la mano, un bofetón». Entonces, aseguró, se quedó «en shock». A preguntas de su letrada, Vargas expuso que Francés, «alterado» en ese momento, le hizo una serie de reproches, como, por ejemplo, haber llegado tarde a la inauguración de la Feria. Marina Vargas, que tras este episodio ya no trabaja en la citada galería, también lamentó el contexto que ha vivido: «Llevo más de un año sufriendo, en el que se me ha cuestionado públicamente -la prensa y el mundo de la cultura, indicó-. No creían que yo había interpuesto esa denuncia».

Por su parte, Francés negó cualquier agresión y alegó que mantuvo con Vargas una conversación: «Fue una conversación en la que le advierto de cosas que no está haciendo bien», señaló en relación al comportamiento profesional de la artista en esos días. Añadió que en su ánimo no estaba el reproche sino «el consejo», y que ya en otras ocasiones Marina Vargas le habría «pedido asesoramiento» profesional y artístico. Más adelante en su declaración, Francés lamentó haber sido objeto de «escraches» en estos meses y declaró: «Yo no he dado una bofetada en mi vida ni a ningún hombre ni a ninguna mujer, soy no violento».

Francés entiende que, con la denuncia, Vargas ha buscado «una salida probablemente victimista, consciente de la situación grave a la que había llegado dentro de la galería»; y también «despistar sobre el tema real de por qué le han echado de la galería». Los testigos Michael Leo y Javier Marín también negaron la agresión y que la artista les comentara nada sobre este asunto, ni en los momentos posteriores al mismo ni cuando coincidieron esa noche.