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La Asociación Cántabra de Empresarios Floristas (ACEF) y el Gobierno regional han acordado un «código de buenas prácticas» para la entrada de plantas en ... los hospitales. Así, ambas entidades se han aliado con una batería de criterios que ayudarán a «garantizar la salud» de los pacientes. Entre los requisitos, destaca una etiqueta identificativa que marca la fecha en la que las flores entran al hospital, que servirá para contar los cuatro días máximos que un ramo puede estar en la estancia de un centro médico.
Pero, tras esta nueva medida, ¿qué protocolo se debe seguir si, por ejemplo, un familiar o un amigo quiere llevar unas flores al Hospital Valdecilla? Para responder a esta pregunta, El Diario Montañés ha contactado con el presidente de ACEF, José Manuel López, quien previamente recuerda que las plantas que se venden en las floristerías «pasan unos controles fitosanitarios desde su origen». Tras este apunte, López explica que los clientes tendrán que informar si el paciente se encuentra en un área de atención restringida para cambiar así el lugar de entrega. Después, se pondrá al ramo una etiqueta para controlar su registro en el centro. «Es como si fuese un DNI, para tener claro el día en el que las flores entraron en el hospital», señala López, quien añade que, aparte de esa etiqueta informativa, el ramo también contendrá otro distintivo de la propia floristería donde se compró. «Ponemos una etiqueta de trazabilidad, en la que apuntamos el día de entrada al hospital, para que el ramo no permanezca en la habitación más días de los necesarios», detalla.
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Asimismo, otra de las medidas incluidas en este nuevo protocolo apunta al tamaño, que tendrá que ser de una dimensión «reducida, porque la habitación de un hospital no es la de tu casa», bromea. Igualmente, se prima la seguridad en caso de rotura del envase que guarda la planta. Por ello, será siempre de plástico y nunca de cristal, además de que se excluye la posibilidad de llenar el recipiente de agua. «Un hospital no es el sitio adecuado para el manejo del riego», valora López. Otra de las pautas a seguir es que el envoltorio del ramo tendrá que ser impermeable, con el fin de impedir la pérdida de tierra. Y, ya, por último, tampoco podrán pasar por la puerta del hospital aquellas flores que pierdan líquido por pulverizaciones o drenado.
«Este protocolo es la única manera de defenderte de prácticas incorrectas y no generar así ningún tipo de conflicto en los hospitales», afirma López, quien valora que esta regulación es algo «lógico y de sentido común». Según continúa el presidente del colectivo de floristas, «no queremos ni monopolizar ni hacer más negocio, solo que se den las normas de convivencia para que cada uno no pueda hacer lo que quiera».
Mientras, desde Flores Valdecilla, su encargado, Julio Escalante se muestra «muy contento» con la puesta en marcha de esta iniciativa, porque «es una reivindicación que veníamos demandando desde hace tiempo».
Para comprobar cómo ha calado esta medida, El Diario Montañés acudió ayer a Valdecilla para preguntar por esta iniciativa, que todavía es «desconocida» para muchos de los visitantes al hospital. Pese a su desconocimiento, Antonio García piensa que es una «medida lógica que ayuda a la salud de los pacientes ingresados». «Con ella, se prima la seguridad en el hospital», valoró. En la misma línea se mostró Agapito García, quien apuntó que este sistema es «positivo, porque así se controla lo que entra en el hospital». «Se tendría que haber hecho antes», añadió.
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