Los floristas atacan a Revilla por decir que hay un mercado negro con las flores

En la hora que dura el programa de Pablo Motos, y como ya es costumbre, Revilla habló de lo divino y de lo humano, y en medio de todo ese batiburrillo aludió a la corrupción, un tema en el que se mueve como pez en el agua. Fue en ese contexto cuando aludió a que no hay corrupción más macabra que la que surge en torno a los muertos y denunció la existencia de malas prácticas en el comercio de flores y plantas.

Con el gracejo que utiliza en este tipo de programas y haciendo gala del más puro populismo, Revilla dijo que «cuando me muera, quiero que me quemen. En un capítulo de uno de mis libros también digo que las flores estarán prohibidas, no quiero ni una puñetera flor», aseguró tajante en su conversación con el presentador: «Me parece una tontada». «¿Para qué quieres una flor? ¿Dónde van las flores?», se preguntó antes de proponer que la periodista Gloria Serra, del programa 'Equipo de investigación', indague sobre el asunto. «Te doy una pista. He visto este mismo mes entierros con 80 coronas, que llegan al cementerio y al día siguiente no hay ninguna. ¿Dónde van las flores? No creo que se destruyan. Probablemente sirvan para un ramo de flores en el nacimiento de un niño o acaben en alguna boda», espetó el regionalista, convencido de que «hay un mercado negro con las flores». «Piensa un poco», instó al presentador. «Hubo un entierro en Cantabria con 133 coronas, si una normalita vale 300 euros, ¿no crees que hay algún espabilado que le saca un segundo rendimiento?».

Las insinuaciones del presidente de Cantabria en un programa de tanta audiencia ha enfadado al sector. El presidente de la Asociación de Empresarios Floristas de Cantabria, José Manuel López Cardeñoso, ha remitido un comunicado en el que exige una «rectificación» al líder regionalista. «Sus palabras fueron un ataque injusto e innecesario, y su repercusión ha sido tremenda». Según explica el portavoz, «el sector en toda España nos está transmitiendo su malestar y preocupación por estas declaraciones, y esperan que se puedan rectificar para reducir el daño a la imagen del sector y de los miles de profesionales que vivimos del mismo». López Cardeñoso sostiene que «si Revilla ignora esto el daño será tan grande como la injusticia de esta presunción de malas prácticas».

El presidente mantiene que Revilla «ha atacado al sector innecesariamente con sus despreocupadas e irresponsables palabras, carentes del más mínimo rigor». Tras defender el trabajo de los maestros floristas, asegura que la asociación lleva años luchando contra «las malas prácticas en la venta de flores y plantas, vigilando y denunciando los casos en los que no se respetan las debidas garantías de cara al consumidor». Para ello, el colectivo ha mantenido reuniones con la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Cantabria y con Inspección de Trabajo, ante los que «se han presentado las pertinentes denuncias referidas a estos temas. Nos hemos encargado además de advertir al público en general contra esta economía sumergida que causa un gran perjuicio tanto al consumidor como a los verdaderos responsables del sector». López Cardeñoso cree que Revilla hacía referencia a estas malas prácticas, pero «al realizar las acusaciones de forma tan generalizada ha sembrado la duda sobre toda la profesión».