La flota de cerco amarra y retrasa la costera de la anchoa al 13 de abril

La Federación de Cofradía de Pescadores de Cantabria ha decidido que los barcos de cerco paren su actividad y retrasar la costera del bocarte hasta el 13 de abril debido a la prolongación del estado de alarma y para intentar frenar la pandemia del coronavirus. El presidente de los pescadores de la región y patrón mayor de Santoña, Miguel Fernández, anunció ayer que se ha acordado esta medida ante la imposibilidad de cumplir en estos barcos grandes -unos 40 en Cantabria- y con mucho personal a bordo, las restricciones implantadas por el Covid-19 como la distancia de seguridad.

No obstante, sí que seguirán faenando los de artes fijas (unos 80), dedicados estos días al verdel, y en los que las capturas se hacen con anzuelos en vez de redes, con lo que la seguridad es «mayor», aunque «hay que ir viendo la evolución día a día». Igualmente, en esta decisión de parar también ha influido que los precios en las lonjas se han «desplomado», debido a la caída de la demanda al estar cerrado la hostelería y muchas conserveras.

Por otro lado, las seis principales empresas de salazones de Cantabria también anunciaron ayer que no empezarán a descabezar bocarte hasta el 14 de abril para evitar que se propague esta pandemia. Además, explicaron que, si para esa fecha la situación les permite iniciar su actividad, lo harán reduciendo su capacidad de producción «notablemente» para garantizar la distancia de seguridad y otras medidas preventivas con el fin de maximizar la protección de los trabajadores.

Además, los responsables de JMC Reimex, Grupo Conservero Cántabro, Conservas del Norte, Pescasantoña, Pescados y Salazones Juanchi y Conservera Joyas del Mar, que dan empleo en conjunto a entre 700 y 900 trabajadores, mostraron su «total apoyo» a los pescadores del Cantábrico y aseguraron que «ninguna de nuestras empresas va a descabezar anchoa de otras procedencias, como puede ser Francia, cuya actividad pesquera se iba a iniciar el 1 de abril».