La flota de cerco limita los días de pesca hasta agotar el bocarte de primavera

Por eso las tripulaciones optaron el pasado día 23 por mantenerse en puerto como mínimo hasta este viernes. A esta parada consensuada se le denomina en el mundillo de la mar como 'poner bandera'. Un pacto de caballeros en vigor desde hace siglos y que vincula a las tripulaciones con una decisión en la que lo que prima es la búsqueda de un equilibrio entre rendimiento económico y sostenibilidad.

En esta costera ha predominado una pesca de gran calibre, en torno a los 30 granos o unidades por kilo, ideal para la industria conservera. Sin embargo, en las dos últimas semanas se habían obtenido capturas de menor tamaño, de hasta 60 granos, que se habían pagado en puerto por debajo de los setenta céntimos.

El martes pasado las principales Organizaciones de Productores de Pesca del Cantábrico, que agrupa a las entidades referentes en Galicia (Acerga), Cantabria (Opacan), Vizcaya (Opesca) y Gipuzkoa (Opegui), acordaron el amarre de la flota. Y justo cuando vencía la vigencia de su dictamen, ayer mismo volvieron a pactar nuevas reglas. De acuerdo a ellas, se volverá a poner bandera el lunes 29 de mayo y el viernes 2 de junio. Si aflora la pesca como lo ha venido haciendo hasta ahora, la entrante será la última semana del bocarte de primavera.

Pese a la prohibición de pescar, el lunes los barcos podrán salir de puerto cuando lo deseen. Una medida que trata de no perjudicar a quienes opten por caladeros más alejados para retomar la costera. Ahora bien. Para largar el arte habrá que esperar hasta las 20.00 horas del lunes, tratando de no interferir la pesca al sejo –al atardecer– que es, junto a la pesca al alba –al amanecer– el momento idóneo para cercar los bancos de bocarte. En el caso de que haya pesca, la primera subasta llegará ya el martes. «Lo que tenemos todos claro es que la costera de primavera está hecha. Queda un pico y lo estamos intentando estirar, pero lo que queda da para lo que da», explica César Nates, presidente de la Federación de Cofradías de Cantabria y Patrón Mayor de la Cofradía de San Martín de Laredo. «El interés de todos nosotros es no pescar una anchoa pequeña que carece de interés comercial», explica.

Resulte lo que resulte, algunas embarcaciones pararán a finales de la próxima semana con el objetivo de cambiar los pertrechos y preparar la campaña del bonito. Su intención es acometerla a partir de la segunda quincena de junio. La avanzadilla de la flota ha comenzado con buen pie y prometedoras capturas.

El panorama pinta peor para aquellos cerqueros que no salen a bonito. Otros años, faenaban a chicharro a la espera de que llegase el 1 de julio, fecha en la que se reabre la pesquería del bocarte con la cuota disponible para el segundo semestre.

La prohibición de pescar chicharro hará que algunas tripulaciones salten a tierra hasta el 30 de junio. Una parada obligada en la que algunos pescadores tendrán indemnizaciones, mientras que otros deberán tirar de lo ahorrado en la costera de primavera.