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El sistema sanitario podría describirse como un laberinto con tantos caminos como diagnósticos posibles, con circuitos de consultas, pruebas, intervenciones e ingresos, donde el ritmo lo marcan los pronósticos, las curaciones, las complicaciones y las demoras acumuladas. Y en ocasiones, la solución al problema de ... salud está a cientos de kilómetros de distancia. En el caso de Cantabria, el flujo de pacientes que intercambia con otros hospitales supera los 2.700 al año (excluidas aquí las asistencias de urgencia surgidas de forma coyuntural), entre los remitidos por otras comunidades, siempre con destino a Valdecilla, hospital cabecera, y los enviados desde el Servicio Cántabro de Salud (SCS) para acceder a prestaciones más especializadas y que en la región no hay. ¿Hasta dónde llega la sanidad cántabra y en qué circunstancias el abordaje hay que buscarlo fuera de casa? ¿Y a la inversa? ¿Qué prestaciones ofrece el SCS que atrae a pacientes de otras comunidades?
La principal vía de derivación entre sistemas de salud autonómicos pasa por los centros, servicios o unidades designados como CSUR dentro del Sistema Nacional de Salud (691 asistencias fueron remitidas al SCS el año pasado), más las prestaciones incluidas en los convenios de colaboración específicos entre comunidades limítrofes, de ahí que vascos, castellanoleoneses y asturianos sean los que más frecuentan Valdecilla. Uno de los pilares en los que Cantabria se mantiene como referente son los trasplantes, hasta el punto de que casi la mitad (el 45,5%) de los pacientes trasplantados en el hospital santanderino -fueron en total 227 en 2021- proceden de comunidades próximas, sobre todo de País Vasco, Asturias, Castilla y León, La Rioja o Navarra, pero también hay casos de Aragón, Canarias, Extremadura e incluso de Murcia. Es más, los dos receptores de páncreas incluidos en ese balance se desplazaron desde otras autonomías, y de los 37 de pulmón, únicamente dos intervenciones tuvieron como protagonistas a enfermos cántabros. También en los trasplantes cardiacos han sido más las intervenciones a pacientes derivados (9) que los propios (5); mientras que de los 51 de riñón, el 20% eran desplazados (13), una proporción similar a los de progenitores hematopoyéticos (18 de 61); mientras que de los 15 de hígado, sólo dos residían fuera de Cantabria.
El programa de trasplantes de Valdecilla incluye todas las opciones posibles -de donante en asistolia (muerte por parada cardiorrespiratoria), combinados de órganos, 'retrasplantes' o trasplantes en personas que profesan la religión de testigos de Jehová (no admiten transfusión de sangre)...-, con la única excepción de los niños, que en caso de trasplante renal se derivan a Cruces (aproximadamente un niño cada dos años) y si precisan otro tipo de trasplante se envían a Madrid -un caso cada cinco o seis años-. Valdecilla es CSUR en trasplante pulmonar del adulto, de progenitores hematopoyéticos alogénico infantil, de páncreas y el renal cruzado.
EL VIAJE MÁS REPETIDO
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Junto a las hospitalizaciones derivadas de este bloque de pacientes (470 ingresos el año pasado), ya no sólo por el trasplante en sí, sino por el seguimiento de los mismos (infecciones, rechazos...), otro de los servicios de referencia para todo el norte de España es la Unidad de Terapia Hiperbárica de Valdecilla. Integrada en el servicio de Medicina Intensiva, la cámara hiperbárica es útil para diversos tratamientos médicos, como en casos de accidentes en el desarrollo de actividades submarinas (industriales, deportivas o militares), pero también para lesiones de radioterapia, intoxicaciones por monóxido de carbono, sordera súbita, problemas de cicatrización o úlceras de mala evolución.
El número de pacientes atendidos está en torno a los 160 programados y 120 urgentes al año, un tercio de ellos remitidos desde otras comunidades, la mayoría de Castilla y León (40%), Asturias (35%) y País Vasco (14%), aunque también se han tratado casos de Navarra, La Rioja, Aragón y Extremadura. Los que acuden para tratamientos no urgentes 'viven' en Cantabria durante cuatro semanas, con lo que ello supone en alojamiento, manutención y actividad social. La demanda de la terapia hiperbárica ha aumentado de forma notable en los últimos años. Como ejemplo, sólo las urgencias han pasado de los 34 pacientes de 2015 a los 120 de 2021.
Además, Valdecilla también es Centro de Referencia para ataxias y paraplejias hereditarias (hubo once derivaciones en 2021), en atención a la patología vascular raquimedular, los tumores renales con afectación vascular y, la última incorporación (se aprobó en septiembre), en enfermedades autoinmunes sistémicas (4).
Otras patas que atraen a pacientes de otras comunidades son los estudios genéticos y la técnica de braquiterapia para cáncer de próstata, esta última a cargo del servicio de Oncología Radioterápica, que recibe también solicitudes para la radioterapia intraoperatoria (aplicar el tratamiento durante la cirugía del tumor) y la oncotermia, técnica en la que Valdecilla ha sido pionero en su instalación, aunque aún no está incluida en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, lo que impide que se rindan cuentas a través del Sistema de Información del Fondo de Cohesión (Sifco).
De otro lado, Valdecilla realizó el año pasado 1.870 consultas externas a pacientes de otras autonomías. Y antes de la pandemia de covid se asumía el tratamiento de diálisis de los enfermos desplazados, generalmente durante sus vacaciones.
Si Cantabria gana la carrera de los protones, con la meta ahora en la segunda mitad de 2025, se contarán por cientos los pacientes derivados desde otras comunidades para recibir este tratamiento oncológico más eficaz contra los tumores más escondidos, siempre que la unidad de Valdecilla lleve el apellido de 'referencia'. Es la cuenta que hace rentable el millonario proyecto.
A la inversa, de los 1.161 pacientes derivados desde Cantabria en 2021, el 44% (516) se desplazaron a Madrid. Asturias es el segundo destino en número de casos remitidos, con 210; seguido de Cataluña (161), País Vasco (143), Castilla y León (60) y Castilla-La Mancha (41). Uno de cada tres casos se remitieron a CSUR, siendo las causas principales la asistencia integral del neonato con cardiopatía, así como arritmología y electrofisiología pediátrica, tumores intraoculares del adulto, epilepsia refractaria, enfermedades neuromusculares raras y la atención al lesionado medular complejo, donde Toledo es el referente.
Además, los grandes quemados se remiten al Hospital de Cruces, donde se atenderán también, según el reciente convenio acordado con Osakidetza, los casos de reconstrucción genital. Una novedosa prestación de la que podrán beneficiarse los transexuales cántabros. A cambio, pacientes del País Vasco son trasplantados de pulmón o de corazón en Cantabria, según las condiciones acordadas entre ambos servicios de salud. Con la sanidad asturiana, el 'trueque' de prestaciones incluye la reconstrucción mamaria. Estos casos se operan en el Hospital Central, con una media de 25 casos al año, en tanto que un volumen equivalente de cirugías bariátricas se derivan a Valdecilla. En ambos casos, ese convenio de colaboración incluye también la cobertura de Atención Primaria de las zonas limítrofes.
DIFERENCIAS
Más allá de las derivaciones a centros de referencia o de los convenios entre comunidades concretas, la cartera de servicios de la sanidad pública puede variar en función del código postal, unas veces para salir ganando -pasa en Cantabria con la Unidad de Atención Temprana- y otras para evidenciar las carencias, como ocurre con el abanico de enfermedades que se detectan en el cribado neonatal (prueba del talón), que en la región incluye siete y en otras muchas comunidades hasta 25.
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