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La luz empieza a caer de lado en la terraza del Palacio de Festivales. Son las siete de la tarde, pero el brillo sobre el mármol rosa aún obliga a entrecerrar los ojos. Los cuatro han pasado el día en el interior del edificio, en ... el Congreso de Medicina Preventiva, bajo focos o a oscuras, como ponentes o moderadores. Así que afuera, aunque sea para una entrevista, respiran un rato. «Para la foto podríamos quitarnos la mascarilla, pero él no nos deja», bromea Henar Rebollo, y todos ríen mirando a Reinhard Wallmann, que con la americana abierta y en playeras Vans, sube los hombros como sabiendo. El fotógrafo les indica dónde colocarse entre la luz y unas gradas que hay montadas para un concierto esa misma noche. Hay un inmunólogo y tres especialistas en Medicina Preventiva convertidos en expertos en covid-19, pero los operarios que les miran mientras montan el escenario solo ven un grupo variopinto que ocupa durante unos instantes la terraza de Gamazo; ven a cuatro personas, tres hombres y una mujer, que comprueban el reloj sin disimulo, que se arreglan el cuello de la camisa, que se colocan donde les dicen a metro y medio de distancia. «Mirad aquí», dice Javier Cotera. Entonces se quitan la mascarilla, y cuando el fotógrafo aprieta el botón, dan la cara una vez más para hablar de la pandemia.
Su visibilidad ha cambiado desde hace 19 meses. Como científicos, su exposición mediática era puntual, especializada, pero el covid ha puesto sobre el escenario a muchos profesionales que han visto cómo sus disciplinas tomaban la voz cantante en la gestión de la crisis del coronavirus. ¿Cómo han llevado esa exposición? «Toca», dice lacónica la jefa de Preventiva de Valdecilla, Henar Rebollo. «Te ha venido dada», añade al instante su homólogo en Inmunología, Marcos López Hoyos, que cuenta que cuando se presentó a director científico del Idival o a presidir la Sociedad Española de Inmunología pensó que sería relajado, «¡pero me vino el tsunami!»
Adrián Hugo Aginagalde | Director del Observatorio Salud Pública
¿Cómo ha sido desde entonces verse casi a diario retratados en una frase, en una foto o en un corte de voz en la radio cada vez que un periodista les pedía valorar la situación, explicar lo inexplicable? Las sillas vacías de esas gradas que les rodean son la escenografía de la respuesta de Wallmann, epidemiólogo y director general de Salud Pública: «Esto no es una muestra representativa porque falta mucha gente», dice señalándose al grupo de la foto, «no somos los cuatro que hemos gestionado la pandemia sino que muchas personas han hecho cosas claves en todo este engranaje». De repente, es posible ver en cada respaldo de esas gradas a cada trabajador del sistema sanitario, de cada servicio, de Atención Primaria o de Urgencias, del 061, a los que todos aluden una y otra vez durante la charla frente a una grabadora encendida. ¿Cómo ha sido contar el covid? López Hoyos lo define usando un término de periodismo deportivo: «Lo que más me ha fastidiado es que ha sido de 'minuto y resultado'; salía un político, alguien diciendo lo que fuera y rápidamente había que dar respuestas sin haber evidencias científicas. Lo que hemos tenido que leer y analizar al momento no lo he hecho en mi vida».
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¿Cómo están después de todo? «¿En lo personal? Díselo a mis hijas o a mi mujer», afirma el inmunólogo. «Ella dice que estoy en la cresta de la ola, pero no me ven, o cuando estoy en casa, estoy al móvil». «¡Eso mismo me pasa a mí! Que estoy físicamente en casa, pero no estoy», añade Wallmann. «En términos generales ha sido como un despertar profesionalmente. Antes todo era más teórico, pero ahora nos toca en todos los aspectos físicamente. La pandemia ha sido algo muy dramático, pero en lo profesional ha sido lo más enriquecedor de mi vida. Me ha abierto los ojos de lo que es posible en el sistema sanitario público: cuando empezó la primera onda, la sinergia que se creó y ver que se podía hacer tantas cosas en tan poco tiempo es lo que me llevo de esta pandemia».
Reinhard Wallmann | Epidemiólogo, director general de Salud Pública
Adrián Hugo Aginagalde asiente: «Cuando llegué aquí lo primero que hice fue flipar», y se disculpa por el verbo que usa, pero es lo que sintió. Venía de otra comunidad autónoma cuando entró a dirigir el Observatorio de Salud Pública de Cantabria en plena crisis sanitaria: «Eran unas velocidades de trabajo tremendas para unas estructuras que no estaban acostumbradas a ritmos como el de los servicios asistenciales, y había que hacer todo de un día para otro, y eso no había ocurrido nunca. Pero aquí, procesos que tardaban años se han hecho en semanas, a veces se han hecho cosas en 72 horas», y abre mucho los ojos aún sorprendido por el sistema de recogida de información que en la contención de la pandemia ha resultado crucial. De ahí que los micrófonos constantemente apuntaran a sus despachos, a sus teléfonos, a los de sus equipos de prensa, cuyos responsables también han visto sus demandas de información, y por tanto sus tareas, multiplicadas por un valor que nadie se atreve a precisar. «Los medios han sido un elemento muy importante en la contención al concienciar a la población», admite Wallmann. Y López Hoyos añade: «Habéis sido el canal para transmitir la información de las instituciones con los temas que había que lanzar a la opinión pública. Ha sido una experiencia extenuante, pero muy buena, y lo habéis transmitido bien», reconoce el jefe de Inmunología de Valdecilla, cuyo papel como presidente de la Sociedad Española de Inmunología le ha colocado en los micrófonos de medios nacionales con más frecuencia.
Henar Rebollo | Jefa de Medicina Preventiva de Valdecilla
¿Y ahora? ¿Qué va a pasar cuando el escenario ya no tenga tantos focos encima y el covid se haya «normalizado», como pidió Fernando Simón al inaugurar el Congreso en el que los cuatro participaban? «Estoy segura de que va a haber un antes y un después», dice Henar Rebollo: «Todo el sufrimiento que ha habido tanto de personas fallecidas como el esfuerzo de todos los profesionales que han estado atendiendo pacientes, como los de nuestra parte, tiene que servir para algo, porque si no sería tristísimo». Aginagalde, por su parte, pone la Historia como argumento: «La gripe de 1918 nos deja el Reglamento de Sanidad Exterior, nos deja el cuerpo de médicos titulares y la primera organización de la salud pública, así que esta de covid nos va a dejar muchas cosas, como sistemas de información automatizados y veloces».
De fondo, empieza a sonar música por los altavoces del escenario. La prueba de sonido del concierto que habrá en unas horas pone fin a la entrevista: «Cuando pase el covid, ¿seguirán cogiendo el teléfono a los periodistas?». Todos sonríen, mientras suenan acordes de jazz bien afinados justo cuando se apaga el botón de la grabadora.
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