Fomento pisa el freno con obras comprometidas en Cantabria

Sobre el papel, el de los Presupuestos Generales, el Gobierno central hace un mal regalo al bipartito a cinco meses de las autonómicas, y da munición a Revilla para distanciarse de sus socios. El papel, en cualquier caso, es muy sufrido, si bien es cierto que, para sufrimiento, el de Pedro Sánchez. El presidente tiene muy difícil que estas cuentas vean la luz. Los socialistas no cuentan con los votos suficientes para sacar adelante su proyecto de Presupuestos y será complicado que logren establecer las suficientes alianzas políticas para poder aprobarlos. Quizá por eso el mayor porcentaje de la inversión real recae en Cataluña, ni más ni menos que más del 18% del total. En cualquier caso, como declaración de intenciones, se mantienen los compromisos inversores en el tren de altas prestaciones para unir Madrid con Santander en menos de tres horas, el desbloqueo del nudo de Torrelavega, el ramal de acceso al puerto de Santander y, como estrella, un empujón al Plan de Cercanías.

El tren, la gran demanda de la región, sigue cogiendo velocidad aunque a paso lento. La de ferrocarriles es la única partida de Fomento que sube, a través de ADIF y Renfe. La vía entre Santander y Palencia, cuyos trabajos se enmarcan en el proyecto de Tren de Altas Prestaciones, araña este año 26 millones de euros. El curso pasado se destinaron 19 millones, aunque habrá que ver cuánto se ejecutó finalmente de la partida de 2018.

Ábalos anunció durante su primera visita a Cantabria que el tren rápido a Madrid estará en funcionamiento en 2024, un año después de lo previsto por Íñigo de la Serna. Este año la partida principal se destinará a continuar la plataforma Palencia y Alar del Rey (Nogales), mejorar la capacidad de la línea hasta Santander y seguir con los estudios para llevar la línea de AVE hasta Reinosa. El anterior Ejecutivo se comprometió a iniciar las obras en 2019, pero en junio no se habían formalizado los contratos de redacción adjudicados con un plazo de 12 meses. Por tanto, la redacción y aprobación de los proyectos y los posteriores trámites administrativos para su licitación, adjudicación e inicio de las obras hacen inviable el cumplimiento de ese compromiso como pronto hasta finales de año.

Dado que los tramos entre Palencia y Alar del Rey aún se están redactando es pronto para tener un importe preciso, pero estiman que rondará los 940 millones. Los tramos entre Alar del Rey y Reinosa están en fase de estudio informativo pero oscilarán entre 355 y 460 millones más. En total, la nueva línea de alta velocidad estará cerca de 1.400 millones. Una cifra muy alejada de los 26 millones previstos este año.

La integración ferroviaria de Santander es uno de los epígrafes que figura en el capítulo de inversiones de ADIF, aunque con una partida simbólica que no llega ni al 1% del montante plasmado en el convenio entre el Estado y el Ayuntamiento de la capital cántabra. Y lo mismo ocurre con el soterramiento de las vías de FEVE a su paso por Torrelavega.

Cada una de estas dos obras estratégicas, caballos de batalla de los respectivos gobiernos municipales cada vez que van a una reunión en Madrid, tienen consignadas 1,5 millones de euros. La parte negativa es que se trata de una aportación simbólica teniendo en cuenta que el Gobierno central se ha comprometido a sufragar el 50% de cada uno de estas actuaciones. Es decir, 226 millones en el caso de Santander y otros 69 en el de la capital del Besaya. En Camargo, lo que hay hasta el momento es un proyecto para la cobertura con losa de un tramo de vía de aproximadamente 250 metros, hasta el apeadero de Muriedas Bahía. Aun así, a la espera de la firma «próximamente» del convenio, también se reservan 700.000 euros en los Presupuestos.

La actualización del Plan de Cercanías de Cantabria ha supuesto un aumento de la inversión prevista en 62 millones debido al incremento de los importes previstos en los proyectos que estaban faltos de dotación, fundamentalmente el de pantallas acústicas de la duplicación de vía Torrelavega-Santander. La inversión programada hasta 2022 incluye 19,2 millones para modernización de la flota y 133 millones en nuevos trenes. Este año se prevén 33 millones de euros, que irán destinados principalmente a «la primera de las fases de la duplicación de la vía entre Torrelavega y Santander», según explicaron recientemente desde este departamento, cuyo coste total ascenderá a 113 millones. Aquí sí que se cumplen todos los planes previstos, incluso se pisa el acelerador, porque es uno de los compromisos personales de Ábalos.

En carreteras el golpe es mayor. Hay una disminución de 30 millones de euros. La solución al nudo de Torrelavega podrá arrancar con 24,5 millones. En este caso, es de las pocas partidas que mantiene la previsión plurianual. Fomento quiere que la adjudicataria pueda dar un impulso a las actuaciones una vez que se han declarado con carácter de urgencia las expropiaciones. Los primeros trabajos ya son visibles y la A-67 ya cuenta con un carril menos en Torrelavega. Empezó con cinco meses de retraso, ya que estaba previsto para julio, y tiene un plazo de ejecución de 40 meses.

No se notará en la obra del nuevo acceso al Puerto de Santander. El proyecto se adjudicó en 17,2 millones después de una baja del 31% respecto al importe neto inicial. El PP presupuestó en el cronograma 18 millones de euros, pero los gastos reales, a falta de conocer la ejecución, debieron de ser mínimos. El documento presentado por Hacienda esta semana reestructura toda la operación: 12 millones para 2019 y otros 21 millones para 2020, lo que supera con creces el coste de la carretera. Aunque contrarreloj, estaría en plazo de cumplir los 24 meses que marca el contrato a la UTE formada por Dragados, Geocisa y la cántabra Ascán.

La otra gran actuación será la adaptación de 11 túneles que incumplen la normativa europea de seguridad vial con una inversión 18,8 millones. Son los túneles de Caviedes, Hoz y Torrelavega, en la autovía A-8, y Limpias y Gibaja, en la carretera N-629. Túneles de El Astillero, La Marga y Maliaño, en la carretera S-10, La Albericia, en la carretera S-20, y La Morcilla, en la carretera S-30: diez túneles, de los cuales seis están en el inventario de Fomento como actuaciones prioritarias para cumplir el Real Decreto.

Los abrazos rotos de Sánchez al bipartito afectan sobre manera al tercer carril a Vizcaya. El anterior Ejecutivo dijo que sometería el anteproyecto de la ampliación de la A-8 a información pública el junio pasado, y aún está en redacción. Fomento ha echado el freno por completo. El objetivo ahora es lograr este trámite durante esta legislatura -todo dependerá de lo que aguante el Ejecutivo socialista-. Su parálisis se ve claramente en la inversión. Se ha pasado de 5,4 millones en 2018 a 100.000 euros en 2019. Una cifra sonrojante. Y más cuando la proyección plurianual fijada por De la Serna para este curso era de 45 millones de euros. El año que viene aparece en blanco en el cronograma.

Si todo se mantiene sobre los planes fijados, la misma suerte correrán el enlace de Raos de la A-67 y la S-10, al que se destinarán unos 85,3 millones de euros, para, entre otras medidas, aumentar la capacidad de estas vías con un tercer carril. El año pasado de destinaron 11,6 millones mientras que para este se queda en un partida de 100.000 euros cuando la previsión era de más de 25 millones. Esto supone, de facto, una paralización. El problema es que Medio Ambiente les ha obligado a pasar un expediente ambiental complejo cuya tramitación puede superar los dos años.

Lo mismo que otras tres promesas que trajo a Cantabria el exministro De la Serna: la variante de Lanestosa, la variante de Potes y la carretera del puerto de San Glorio, que cuentan sólo con 100.000 euros para mover papeles, además de otros 160.000 para la reforma integral del Desfiladero de la Hermida (N-621, Castro Cillorigo-Panes), cuyo presupuesto superará los 60 millones de euros y estaba previsto que el proyecto estuviese listo este año. A la par, las actuales obras de rectificación de curvas ampliación de puentes y construcción de voladizos (7,82 millones) estarán concluidas en un porcentaje «del 80%» para Navidad, mientras que el resto de los trabajos -al tratarse de tramos complicados- se prolongarán hasta la primavera de 2019.

La ampliación de la capacidad de la A-67 con un tercer carril a lo largo de 13 kilómetros entre Polanco y Santander, que costará 125 millones, y ya se estaba trabajando para la licitación de la redacción del nuevo proyecto, sigue adelante aunque a trompicones. Sólo hay 2,2 millones para los trabajos.

Donde sí hay certidumbres y no hay posibilidad de marcha atrás es en el plan para dar un nuevo uso a las naves de Gamazo y traer a Santander la colección de arte de la Fundación Enaire. Pese a que el año pasado ya estaban presupuestados los 22 millones para pagar la actuación integral, el cambio de gobierno y las discrepancias entre administraciones lo retrasaron. El anterior ministro tenía pensado iniciar las obras en 2018 pero no será hasta este año cuando finalmente arranquen. El organismo público pone ya sobre la mesa un millón para acometer estas obras: son dos tercios de los 1,5 previstos finalmente. El resto se pagará en 2020, fecha en la que se ha reprogramado su apertura.

Las reformas y proyectos de rehabilitación de tres inmuebles de la capital, como el Museo de Arte Moderno, el Palacio de Cortiguera y la Biblioteca de Menéndez Pelayo, tienen cada una 100.000 euros. Una cifra bastante alejada de las partidas diseñada por el PP, que preveían 700.000 euros para las dos primeras y 580.000 para la última. La financiación de estos proyectos se dilata un año en el tiempo según los planes originales.