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En su discurso de Navidad de hace solo dos semanas, Miguel Ángel Revilla aseguró que la economía de Cantabria «avanza por el buen camino después de dos años extremadamente difíciles». Dijo entonces que la previsión de crecimiento del PIB –ese valor monetario de los ... bienes y servicios producidos por la región que sirve para calibrar su estado de salud económico– se situaría a final de año en el 4%. Ese mismo dato fue el que aportó días antes la consejera de Economía, Ana Belén Álvarez, en el Parlamento durante la aprobación del Presupuesto, y que ya suponía una revisión a la baja del pronóstico del 8% que el propio Gobierno tenía para 2022. Pero la realidad está siendo aún peor. Cantabria se ha quedado muy lejos de todas esas predicciones, y la recuperación tras la pandemia por el covid se ha frenado de golpe y ha entrado en números negativos en el tercer trimestre del año pasado, según los últimos datos oficiales.
Después de dos años de crecimiento sostenido, es decir, de ocho trimestres en positivo, el PIB trimestral de la región se desplomó hasta el -0,4%. Y en comparación con el mismo momento de 2021 sólo mejoró un 2,3%, poco más de la mitad de lo que Revilla y la consejera de Economía esperan para cerrar el año. Por tanto, Cantabria no recupera de momento la situación económica previa al covid, uno de los objetivos clave del Gobierno para este final de legislatura.
La propia Ana Belén Álvarez no esconde que «el dato es negativo pese a que ya lo teníamos previsto». Mientras que la CEOE, mucho más crítica con el panorama de Cantabria, cree que existe una «tendencia negativa» –no un caso aislado– de la que ya venían advirtiendo desde el final del verano. «Hay una clara desaceleración en el mercado laboral y en la situación de nuestra economía, pero los buenos datos de empleo y de actividad durante los meses estivales en el sector servicios nos han hecho ver una realidad que no es tal», denuncia su presidente regional, Enrique Conde.
Ana Belén Álvarez
Consejera Economía
Enrique Conde
CEOE
Aunque la industria es la más señalada por todos como causante de este derrumbe del PIB, lo cierto es que ningún sector escapa a los malos resultados. Todos, sin excepción, presentan peores cifras en el tercer trimestre del año respecto al segundo. El comercio y la hostelería, por ejemplo, caen del 2,1% al 0,3%, y la construcción del 2,1% al 0,1%. Aunque es cierto que el batacazo principal se lo dan la industria (-1,6%) y el sector primario (-3,3%). Especialmente preocupante en el primer caso al aportar históricamente uno de cada cuatro euros de la economía regional.
Si nos vamos a la comparativa entre un año y otro, la situación no mejora. El campo y la pesca caen un 10% y la industria lo hace un 2,4%. Los que tiran de la economía regional, en este caso, son el sector servicios (+8,5%) y la construcción (+5,3%).
Cantabria no es un caso aislado, en España también se ha parado en seco la buena evolución de los últimos meses, aunque en mucha menor medida que en nuestra región. Durante el tercer trimestre del año pasado, el PIB solo creció un 0,1% (venía del 2% el segundo trimestre), y el interanual cayó del 7,6% al 4,4%.
A nivel nacional, la industria también acabó el trimestre en negativo cuando venía del 1,8%, pero la caída también fue generalizada en el sector servicios y la construcción. Solo la agricultura y la ganadería repuntaron (+0,7%) tras un trimestre anterior desastroso en el -6,1%.
La guerra de Ucrania, y todos sus daños colaterales en los precios de los materiales y la energía, aparece como causa principal de este frenazo económico. También la huelga del metal del pasado verano ya hacía presagiar que el Índice de Producción Industrial se iba a resentir con fuerza, como así ha sido. Además, desde la Consejería de Economía recuerdan que la industria electrointensiva tiene «un peso importante» en la región, y el alza del gas y la electricidad en este trimestre «ha hecho que fuera peor».
Los sindicatos comparten este análisis. Rosa Mantecón, secretaria general de CCOO, pone el foco en el incremento de costes que ha llevado a las industrias a tomar medidas de contención de la producción. «Algunas se han quejado, incluso, de que mantener las máquinas encendidas genera más costes que beneficios. No vemos la salida, tiene que haber más medidas para combatir la subida energética provocada por el conflicto bélico», pide la sindicalista. Para atajar este problema de rentabilidad, explican desde la CEOE, muchas empresas «reducen al máximo sus márgenes de beneficio, pero continúan trabajando y buscan en el mercado exterior el oxígeno que no encuentran aquí».
Mariano Carmona
UGT
Desde UGT también hablan de la «delicada situación» industrial en Cantabria en coincidencia con una «escalada desbocada» de los precios desde el estallido de la guerra.
Rosa Mantecón
CCOO
Esta situación ha contaminado a otros sectores económicos con impacto en el PIB. El incremento de la gasolina y de los productos, por ejemplo, ha absorbido muchos recursos de las familias, provocando también una contención del gasto y reducción del consumo que se añade a la crisis de la industria.
Lejos de preocuparle, la consejera de Economía cree que existen muchas pistas de una mejora económica a corto plazo. Álvarez asegura que la industria «se ha recuperado parcialmente» y que en octubre Cantabria lideró la producción de todas las comunidades con un crecimiento del 6,6% frente a la media nacional del 2,2%. Y también llama la atención sobre las tendencias de los últimos dos años –excepto el último trimestre conocido–, cuando Cantabria fue la quinta comunidad en crecimiento. Además, a pesar de la guerra y la pandemia, se han creado 8.500 nuevos puestos de trabajo en estos dos últimos años, registrando «los mejores datos de paro de los últimos 15 años», señala Álvarez, convencida de que la región recuperará el PIB previo al covid dos o tres trimestres antes que la media nacional.
No son tan optimistas en los sindicatos y la patronal. Ambos reclaman al Gobierno de Cantabria medidas que amortigüen el impacto de la guerra en las empresas, como el futuro Plan Industrial de la región que está en fase de desarrollo. «Debe aprobarse lo antes posible», exigen desde CCOO, así como el desarrollo de los fondos europeos que vayan llegando. En pleno año electoral, la CEOE reclama también «una hoja de ruta clara, definida y consensuada que permita afrontar desde el consenso y la unidad la defensa de la economía, las empresas y el empleo».
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