Los fumadores corren mucho más riesgo si se contagian de covid-19, avisa Sanidad

El primero, con el lema '¿Te comprometes a dejar de fumar?', invita a pararse a pensar en los motivos personales para tomar esta decisión y a realizar un intento con apoyo profesional. El segundo pretende informar sobre las novedades respecto a la regulación: se repasa en qué lugares no está permitido fumar con la meta de desnormalizar el consumo y de proteger a toda la población del humo ambiental.

Según Sanidad, la pandemia de covid-19 ha servido para consolidar grandes avances en el establecimiento de espacios sin humo al haberse convertido Cantabria en una de las primeras comunidades autónomas en prohibir fumar en las terrazas y dejando al 100% de las playas libres de tabaco.

Estos vídeos se emitirán durante todo el verano tanto en la línea de autobuses urbanos de Santander (TUS) y en las pantallas de la estación de autobuses de la capital cántabra. También se han traducido al inglés para que el mensaje llegue mejor a los turistas extranjeros que visiten nuestra comunidad.

Cantabria dispone en Atención Primaria de un protocolo de abordaje del tabaquismo, que ofrece apoyo para dejar de fumar tanto de forma individual como en grupo. Los datos de 2020 revelan que en ese ejercicio iniciaron el tratamiento para dejar de fumar 4.531 personas, el 92,8% de ellas con prescripción de tratamiento farmacológico (que desde el 2 de enero de ese mismo año está financiado por el Sistema Nacional de Salud).

Además, durante el pasado año se preguntó por el consumo de tabaco a 43.620 personas mayores de 14 años, de las que el 17,4% resulto ser fumadora: el porcentaje sigue siendo superior en hombres (19,8%) que en mujeres (15,7%).

Por su parte, la Udesta (Unidad de Deshabituación del Tabaco) recibió en 2020 un total de 588 derivaciones y acudieron a tratamiento 424 pacientes. La abstinencia a los seis meses se situó en el 21,6%. Hay que tener en cuenta que los pacientes derivados a esta unidad cumplen criterios de alta dependencia, patologías severas, consumo de otras drogas, patología psiquiátrica, embarazo o varias recaídas en intentos previos con ayuda profesional.

Los efectos del tabaco en el cuerpo humano son de sobra conocidos: solo en España, este hábito mata cada año a más de 50.000 personas, una población comparable a la que reside en Torrelavega. Ahora mismo, es muy reseñable la asociación entre el consumo de cigarrillos y el covid: quienes fuman tienen mayor riesgo de sufrir consecuencias más severas de la infección y también tienen más posiblidades de morir.

Las personas fumadoras tienen más síntomas respiratorios y con mayor frecuencia necesitan ingresar en Unidades de Cuidados Intensivos o ventilación mecánica. Además, quienes ya padecen alguna patología relacionada con el consumo de tabaco, como hipertensión, obesidad, diabetes o EPOC tienen un peor pronóstico si se contagian.

El aumento en el consumo de tabaco en la mujer ha hecho que la mortalidad por tumor maligno de tráquea, bronquios y pulmón supere a la del cáncer de mama en muchos países. Esto ha sucedido en Cantabria, en donde los primeros han aumentado su mortalidad un 300% desde el año 2000. En los hombres también son los más numerosos, seguidos de otras enfermedades isquémicas del corazón y enfermedades cerebrovasculares.