Futuros posibles

Otro problema que encuentran es el de la fiabilidad de los datos, y no sólo el número de infectados, que está muy por debajo de la realidad. El dato de fallecidos es más fiable, pero tampoco es exacto; ni siquiera los datos de hospitalizados se ofrecen de forma homogénea por parte de todos los organismos implicados.

Con esas limitaciones, se han conseguido modelos que se ajustan razonablemente bien a la evolución de la enfermedad. Estos modelos desaconsejan eliminar de golpe todas las medidas de control y distanciamiento social. Es evidente que haber pasado el pico no debe de llevarnos al triunfalismo, el virus seguirá actuando mientras no dispongamos de una vacuna o de un tratamiento eficaz. En este momento, se considera que no hay suficiente población inmune, por lo que sería muy probable un repunte de la epidemia y un nuevo aumento de infecciones y fallecimientos.

Desde los modelos matemáticos se contemplan dos escenarios básicos; uno sería la apertura progresiva bajo criterios geográficos, por provincias o comunidades, según el grado de afectación de la epidemia. En el segundo escenario, que es el más plausible, se deberían de ir alternando momentos de apertura controlada con momentos de confinamiento, para evitar que los casos se disparen de forma incontrolada. La situación desembocaría en una gráfica con forma de sierra, en la que la amplitud de los picos estaría siempre dentro de la capacidad del sistema sanitario.

Todavía tardaremos bastante tiempo en recuperar la normalidad, pero llegará. Todos unidos acabaremos con este virus.