De gala en gala, de cena en cena

Las Navidades de 2020 y de 2021 fueron dos de los periodos en los que más golpearon las olas de covid y las restricciones. Lógicamente pesa. «A final de año, pandemias aparte, siempre ha habido muchos actos», recuerdan desde los gabinetes de los políticos –que deben asistir a buena parte de estos actos y cuadrar agendas–. «Que haya muchos actos es bueno. Eso significa que las entidades y las empresas se mueven y también mucha actividad económica de los muchos gremios que participan en la organización y desarrollo de esos actos. Por eso se intenta respaldar a todo el mundo y responder a su invitación».

¿Hay más eventos sociales que otras veces? Sergio Peón, director del Hotel Bahía de Santander, destaca en primer lugar que «puede parecer una barbaridad» al llevar dos años con todo parado. Una cuestión ligada a la percepción, a las sensaciones. Aunque da una clave más que podría explicar con precisión lo de los últimos días. «Lo que sí ocurre es que todos estos actos están muy concentrados y se han adelantado a los últimos días de noviembre. En la semana que entra, al ser fiesta el martes y el jueves, no se pueden hacer actos de este tipo. Y en la siguiente, con las cenas y comidas reservadas ocupando los salones –un acto como una entrega de premios o una gala requiere de grandes espacios– ya no queda sitio». Eso explica lo sucedido estas dos últimas semanas.

Para muestra, un botón. Gala de Hostelería, del Comercio de Torrelavega, de los pequeños accionistas del Racing, Premio Mujer Cantabria de Onda Cero, Industria Azul del Clúster Marítimo, encendido del árbol del Hotel Real, de las luces de Santander, Jornadas de Turismo Digital, Encuentro Forbes Summit Reinventing, acto del Proyecto Legado... Todo, entre el martes, el miércoles y el jueves pasado. En tres días. De acto en acto. Y, sin irse muy lejos en el calendario, las galas del golf, del ciclismo, del fútbol, de los campeones de bolos, el premio Sonrisa de Cantabria de los higienistas bucodentales o el Muslera desde El Astillero, entre otros eventos sociales. Todo, en un margen muy estrecho de tiempo y con coincidencias diarias.

Y aún queda. Mucho. Por poner ejemplos, la Gala del Deporte (28 de diciembre), la de las Letras (día 14), la cena en recuerdo de Lola Sainz (día 9), el premio Nortempo-Aedipe (el 16)... A todo esto hay que sumar el aluvión de mercadillos, festivales culturales y gastronómicos, galas escolares, ferias y actos navideños de distinto tipo (belenes, encendidos de luces, inauguraciones de actividades de ocio para las vacaciones...). Más agenda. Aparte, las cenas o comidas. Solamente en la política –eso también es de agenda–, prácticamente todos los partidos tienen la suya. Una genérica a la que se suman las que ya están celebrando las distintas agrupaciones locales desde hace unas semanas.

Piense en lo suyo. Con los amigos, con los del trabajo, con los del pádel... Si no ha reservado ya, va tarde. «De cenas y comidas volvemos a tener el mismo número de eventos que teníamos antes de la pandemia, pero sí que suelen ser menos comensales. Una empresa que venían setenta, igual ahora te vienen cincuenta», apunta Peón. «Estamos llevando el ritmo que tocaba siempre en estas fechas. Lo que eran las Navidades normalmente. Muy contentos», resume, por su parte, Ramón López, de La Taberna del Herrero (con tres locales en Santander). Habla, en todo caso, de un cambio de tendencia: «Ya no son los años dorados de las empresas». O sea, que no se tira la casa por la ventana y que más que cenas de empresa son, en realidad, reuniones de compañeros de trabajo. «Te vienen veinte o treinta y lo pagan y lo organizan ellos. Antes pagaba la empresa, pero eso, en general, ha cambiado». López sí que confirma que la gente está «deseando celebrar alrededor de una mesa». «Festejar». E insiste en que están «muy contentos».

Ojo, más de uno ha tenido que cambiar su conferencia, su presentación de un libro o su entrega de premio al darse cuenta de la coincidencia con un partido de España en el Mundial. Eso, o arriesgarse a encontrarse mucho menos acompañado de lo que esperaba. El fútbol es otro factor determinante en esta recta final de año a la hora de organizar un evento –el Campeonato del Mundo normalmente se celebra en verano, no ahora–. Hay, de hecho, cenas organizadas con petición de mesa cerca de la televisión del restaurante.