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De nuevo el plagio galopa, a diestra y siniestra, por los renglones de la política, derribando tramposos (y tramposas) que yo no sé por qué misteriosas razones se empeñan en engalanar sus currículos a base de mentiras.

En Cantabria, tanto la Asociación de Periodistas como ... la Sociedad Menéndez Pelayo dejaron claro en su día el más rotundo rechazo a este tipo de prácticas «irresponsables, vergonzosas, inmorales y perjudiciales» que sufrimos periodistas, creadores literarios, investigadores, docentes y estudiantes. Para evitar, o al menos atenuar esta lacra, ambas asociaciones consideran que es necesario la denuncia pública y, si procede, también en los tribunales de Justicia. Pero denunciar el plagio no resulta tan fácil, al menos en esta tierra donde existe una asociación que se autoproclama «de escritores» y que no sólo publica obras con plagios, sino que además los protege, arremetiendo contra quienes lo denunciamos. Esta situación, que por sí misma ya resulta grotesca, se eleva a la categoría de lo absurdo cuando la junta directiva de esa asociación resuelve nombrar socia de honor, con homenaje incluido, a la coordinadora de las obras plagiadoras. ¿No les resulta perfecto para un guión humorístico de Tip y Coll?

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eldiariomontanes El galope del plagio en Cantabria