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El fin de semana se registraron 83 casos de enfermedad hemorrágica epizoótica, el lunes 32 y el martes 37. La tendencia de los últimos días ha animado a la Consejería de Ganadería a afirmar que la enfermedad «está controlada». Lo dijo este martes el consejero ... Pablo Palencia a través de un comunicado donde responsabilizó de esta buena noticia «a las medidas restrictivas que se están aplicando en Cantabria». En su opinión, son las que están consiguiendo que el brote «no se expanda de manera progresiva».
Los últimos datos hechos públicos revelan que en estos momentos hay 610 animales en tratamiento. El brote, una jornada más, afecta en su totalidad a ganado vacuno destinado a la producción de carne y está distribuido en 36 municipios diferentes –uno más que la jornada anterior– correspondientes a las comarcas agroganaderas de Solares, Torrelavega, San Vicente de Toranzo, Gama/Santoña, Villacarriedo, Ramales de la Victoria y Santander. Lo que no notificó hoy Ganadería es si hubo algún fallecimiento más en la jornada del martes. Por tanto, la cifra oficial de muertes contabilizadas desde que la enfermedad hemorrágica llegó a Cantabria hace un par de semanas asciende a 76.
Palencia, veterinario de profesión, aprovechó también para hacer un reconocimiento al trabajo que están realizando sus colegas «como primera línea de defensa y de atención a los ganaderos a la hora de evitar la propagación de la enfermedad a través del control de movimientos de zonas restringidas a libres, la desinsectación de animales y sus medios de transporte y la exigencia de un certificado o una declaración responsable a los ganaderos según el destino».
Por su parte, los Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cantabria (ASAJA) se quejaron de «los retrasos y las dificultades» para acceder a las dos ferias semanales –martes y miércoles– que celebra el Mercado Nacional de Ganados. El colectivo pide al Ayuntamiento de Torrelavega y a la Consejería de Ganadería «que habiliten los medios y recursos necesarios para agilizar la entrada de animales mientras dure esta situación excepcional». Los ganaderos lamentan que «las medidas de bioseguridad para evitar la propagación de la enfermedad se han multiplicado», pero que «no ha sucedido lo mismo con los recursos humanos para atender esta situación».
En el Ferial hay dos mangas por las que entra el ganado. Ahí son inspeccionados y rociados con repelente antimosquitos uno a uno. Antes, afirma Asaja, los profesionales tardaban un par de horas –«de las 10.00 y las 12.00 horas que comenzaba la feria»–, pero ahora el proceso se extiende «hasta las tres de la tarde, con las consiguientes dificultades y problemas de orden para acceder al recinto». Según Asaja también se están produciendo «retrasos» en la recogida de los cadáveres de los animales fallecidos por la enfermedad.
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