Ganadería espera a que Madrid confirme si ha vuelto la enfermedad hemorrágica

El protocolo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación especifica que para certificar la presencia de EHE, los positivos tienen que ser ratificados por el centro madrileño. En su último parte, con fecha del miércoles de la semana pasada pero publicado el viernes, Cantabria no aparecía aún en el mapa de color, aunque sí estaba rodeada de comunidades autónomas en rojo. El departamento que dirige el ministro Luis Planas certificó en el citado documento casos en Belorado y Lerma (Burgos), Arnedo, Nájera y Torrecilla de Cameros (La Rioja), Os Ancares, Sarria y Terra de Lemos-Quiroga (Lugo), Alcañices (Zamora), Ponferrada y Riello (León) y Ledesma (Salamanca). En total, este año ya son seis las comunidades afectadas: Galicia, Castilla y León, País Vasco, La Rioja, Cataluña y Castilla-La Mancha.

El sector ganadero de la región está preocupado porque ya ha comenzado a constatar en algunos de sus animales, según han manifestado a este periódico varios profesionales, los mismos síntomas del año pasado. Eso sí, también reconocen que la sintomatología que presenta el ganado es más leve, especialmente en aquellas reses que ya se habían infectado. Sus sospechas se centran, sobre todo, en la zona pasiega donde el mosquito tuvo mucha menos incidencia en 2023. Se da la circunstancia de que el mapa de positivos refleja casos en Burgos, geográficamente pegada a Cantabria. Aun así, cabe la posibilidad de que el Laboratorio Central de Algete no confirme los positivos detectados. La normativa ministerial especifica que las instalaciones madrileñas sólo certificaran los primeros, por lo que después cualquier otro ratificado en la región por el Servicio de Laboratorio y Control tendrá total validez.

La enfermedad hemorrágica desembarco en Cantabria el 5 de septiembre del año pasado. Desde ese día hasta el 31 de diciembre, el mosquito causó la muerte de 2.292 animales y contagió a 7.113, según las cifras oficiales. Fue un auténtico quebradero de cabeza, que puso en jaque a los ganaderos y también dejó numerosas pérdidas económicas. En total, se vieron afectadas doce de las trece comarcas agroganaderas. La expansión fue rápida y llegó a 67 de los 102 municipios. Sólo en los dos últimos meses del año, se infectaron 1.980 animales y 712 murieron.

La gran esperanza del Ministerio y también de la Consejería de Ganadería es que los efectos de la vacuna recién estrenada resten fuerza a la enfermedad. La Hepizovac, que es el nombre que el grupo Zendal ha puesto al vial que se comercializa en Cantabria desde el pasado día 9, es una vacuna inyectable inactivada, que se administra a partir de los dos meses de edad de los animales por vía subcutánea, en dos dosis de 4 mililitros con un intervalo entre ambas de tres semanas. Es necesario receta veterinaria y tiene un coste de 4,5 euros por pinchazo.

No está subvencionada por ninguna Administración, que es otra de las quejas de las agrupaciones profesionales agrarias. Su acogida, por el momento, ha sido fría, aunque los veterinarios explican que aún lleva poco tiempo en el mercado y que los ganaderos se encuentran a la expectativa. Quieren conocer los posibles efectos secundarios que pueda tener.