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«Tenemos muchas ganas de salir de aquí», comenta Omar, uno de los cuatro marineros llegados del municipio gallego de Burela y que siguen en el albergue juvenil Gerardo Diego de Solórzano. En ese lugar llevan aislados desde el pasado viernes 10 de julio. ... Fue entonces cuando, tras dar positivo por covid-19, una ambulancia trasladó a tres de ellos desde Santoña hasta el hospedaje trasmerano. Después, el sábado 11 de julio, cuando aún no había evidenciado la infección, llegó el cuarto postivo junto a seis pescadores más. Los demás han dado negativo en todas las pruebas que se les han realizado.
En Solórzano, a pesar del amplio espacio verde que tiene el albergue en el exterior, el lugar se ha convertido en un búnker sanitario. Dentro, los marineros viven en habitaciones de cuatro camas donde no entra nadie. Mientras tanto, al recinto exterior sólo acceden aquellos que llegan con permiso. Lavanderos, sanitarios, servicio de catering y, extraordinariamente, unos técnicos que en la mañana de ayer les pusieron internet y televisión. Nadie más atraviesa el muro externo.
Mientras tanto, en el interior de uno de los edificios viven confinados los cuatro pescadores, divididos individualmente en habitaciones de varias camas. «Estamos aburridos, pero nos tratan bien», afirma uno de los pescadores desde una ventana de la última planta. Sin embargo, seguirá siendo su casa mientras el test serológico de la PCR no salga negativo. Mientras tanto, los marineros, aunque portan el coronavirus, permanecen sin síntomas y en buen estado.
Por su lado, el cuarto marinero espera a que le realicen la prueba al final de esta semana. Él dio positivo el miércoles 15 de julio, cinco días más tarde que sus colegas, cuando ya estaba bajo vigilancia en Solórzano. En ese momento, los tres poitivos que había pertenecían al mismo barco. El resto, incluido el último positivo, venían en dos barcos diferentes y, a pesar de ello, desde Sanidad prefirieron asilarlos y así localizaron el cuarto caso activo.
Los tres tripulantes del 'Mar de Annea', como se llama el barco en el que desembarcaron en Santoña, se sometieron el lunes a la PCR al pasar los diez días desde que se realizara la prueba en la que dieron positivo. Por lo tanto, si dan negativo en la nueva prueba y reciben el alta hoy, es posible que el cuarto marinero se quede sólo en Solórzano.
En Santoña, mientras tanto, en un extremo de la dársena del puerto permanecen los tres barcos llegados de Burela. Al 'Mar de Annea' le acompañan el 'El Sapilo' y el 'Ledicia'. Los tripulantes de estos dos últimos botes pudieron regresar a casa, donde se encuentran aislados, pero no se llevaron los barcos, que se han quedado en Cantabria alejados del resto de la flota pesquera.
El albergue Gerardo Diego es una instalación en la que el Ejecutivo se ha apoyado durante la pandemia de coronavirus. Actualmente, se ha reconvertido en centro sanitario. Sin embargo, durante el estado de alarma, la ONG Nueva Vida transformó el albergue en un alojamiento para personas sin hogar. Aquellos usuarios vinieron derivados de la Cocina Económica, de los Servicios Sociales de Santander y Torrelavega, etc.
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