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El número de ejemplares se ha multiplicado en los últimos años. Y, con el tiempo, se han convertido en residentes habituales que pasan todo el año instalados en Cantabria. Las garcillas bueyeras se han hecho fuertes en la región y, no solo se han extendido por toda la geografía, además su presencia se cuenta por miles. La expansión de la especie es evidente. Se ven cada vez más. No obstante, no es sencillo explicar el motivo que se esconde detrás de esa conquista del territorio. «No está muy claro, no ha cambiado ningún factor en los últimos años en los ha comenzado a expandirse», reconoce Ludovico de Vega, técnico de SEO BirdLife en la comunidad autónoma. Para Alejandro García, director de Aves Cantábricas, S. L., la explicación está en el «cambio climático». En cualquier caso, aunque falte esa explicación más clara, decir que las garcillas han colonizado Cantabria es una realidad. Se ven a menudo y en puntos muy diversos. Incluso llegan a acercarse a «núcleos urbanos» aunque de momento «principalmente siguen en praderías», añade el técnico. En la organización tienen una cifra de 2014. Entonces se contabilizaron más de 7.000 ejemplares durante el invierno y en torno a 3.500 en primavera. Un estudio que les sirvió para ver cómo la población se duplica durante los meses más fríos. Probablemente porque en ese tiempo bajan a Cantabria «los animales que crían en Reino Unido, Alemania y otros puntos del norte», explica De Vega.
A falta de un censo más reciente y específico, sí hay algunos datos que reflejan la elevada presencia de las garcillas en la región. En las Marismas Blancas de Astillero, en un muestreo hecho en enero, registraron la entrada de «5.500 garcillas». Eso en un único dormidero. Si se sumara el resto de la geografía cántabra, no es arriesgado aventurar que la cifra supere esas 7.000 aves de hace una década.
Garcilla bueyera
Bubulcus ibis
Es una garza acomodaticia y adaptable.
Está en un proceso colonizador que la ha
llevado a extenderse por todo el mundo
Todo el año
Invernada
Cría estival
Hábitat
El comportamiento de esta ardeida resulta
menos acuático que los de otras especies del
grupo. Frecuenta pastizales con abundante
ganado, aunque tampoco falta en zonas
encharcables y lagunas de poca profundidad
Vuelo
Posición
en vuelo
Activo y móvil, Vuela con
rápidos aleteos en línea.
Se agrupan en formaciones pequeñas y desordenadas
Cuello
recogido
Patas
extendidas
Partes
del ala
Envergadura
82-95 cm
Primarias
Secundarias
Terciarias
Cola
Resulta muy blanca y rechoncha en vuelo, con las formas más compactas que otras garzas
Identificación
Esta garza de pequeño tamaño y formas
compactas se caracteriza por tener el cuello,
las patas y el pico cortos y por el color blanco
de su plumaje. Sin diferencias sexuales
Pico corto
anaranjado
Píleo
anaranjado
Cuello robusto
Manto
Plumaje
blanco
Mentón
cubierto
de plumas
Pecho
Patas cortas de
color amarillo grisáceo
Longitud
45-52 cm
Alimentación
Especie oportunista. Tiene hábitos
alimentarios bastante poco exigentes y
adaptados a las disponibilidades del medio.
Predominan los insectos e invertebrados.
Es frecuente verlos en campos de labranza
Coloración
de cortejo
Reproducción
En época de reproducción los dormideros
pueden albergar miles de parejas. Los nidos
se ubican en árboles. Su construcción consiste
en una pila de ramas de unos 20-45 cm de
diámetro y 12-25 cm de altura
La puesta de huevos
Mediados de mayo
y finales de junio
Consta de cuatro o cinco huevos. Su incubación dura 22-26 días. Los pollos transcurridos unos 20 días, ya deambulan por las ramas aledañas al nido
1 cm
Garcilla bueyera
Bubulcus ibis
Es una garza acomodaticia y adaptable.
Está en un proceso colonizador que la ha
llevado a extenderse por todo el mundo
Presente todo el año
Invernada
Zona de cría estival
Hábitat
El comportamiento de esta ardeida resulta menos
acuático que los de otras especies del grupo. Frecuenta
pastizales con abundante ganado, aunque tampoco falta
en zonas encharcables y lagunas de poca profundidad
Posición
en vuelo
Vuelo
Posición
en vuelo
Activo y móvil, Vuela con
rápidos aleteos en línea.
Se agrupan en formaciones pequeñas y desordenadas
Cuello
recogido
Patas
extendidas
Envergadura
82-95 cm
Partes
del ala
Primarias
Secundarias
Coberteras
Terciarias
Cola
Resulta muy blanca y rechoncha en vuelo,
con las formas más compactas que otras garzas
Identificación
Esta garza de pequeño tamaño y formas
compactas se caracteriza por tener el cuello,
las patas y el pico cortos y por el color blanco
de su plumaje. Sin diferencias sexuales
Pico corto
anaranjado
Píleo
anaranjado
Cuello robusto
Manto
Plumaje
blanco
Mentón
cubierto
de plumas
Pecho
Patas cortas de
color amarillo grisáceo
Longitud
45-52 cm
Alimentación
Especie oportunista. Tiene hábitos alimentarios
bastante poco exigentes y adaptados a las
disponibilidades del medio. Predominan los
insectos y otros invertebrados. Es frecuente
observarlos en campos de labranza
Coloración
de cortejo
Reproducción
En época de reproducción los dormideros pueden albergar miles de parejas. Los nidos se ubican en árboles. Su construcción consiste en una pila de ramas de unos 20-45 cm de diámetro
y 12-25 cm de altura
La puesta de huevos
Mediados de mayo y finales de junio
Consta de cuatro o cinco huevos. Su incubación dura 22-26 días. Los pollos transcurridos unos 20 días, ya deambulan por las ramas aledañas al nido
1 cm
Garcilla bueyera
Bubulcus ibis
Es una garza acomodaticia y adaptable que a principios del siglo pasado
comenzó un proceso colonizador que todavía persiste y que la ha llevado
a extenderse desde el sur de Europa hasta Oceanía y desde África hasta Norteamérica
Presente todo el año
Zonas de invernada
Zona de cría estival
Hábitat
El comportamiento de esta ardeida resulta menos acuático que los de otras
especies del grupo. Frecuenta pastizales con abundante ganado, aunque
tampoco falta en zonas encharcables y lagunas de poca profundidad
Vuelo
Posición
en vuelo
Patas
extendidas
Activo y móvil, hace carreras cortas precipitadas. Vuela con rápidos aleteos en línea. Se agrupan en formaciones pequeñas y desordenadas
Cuello
recogido
Envergadura
82-95 cm
Partes
del ala
Primarias
Secundarias
Terciarias
Coberteras
Cola
Resulta muy blanca y rechoncha en vuelo,
con las formas más compactas que otras garzas
Identificación
Esta garza de pequeño o mediano tamaño y formas bastante compactas se caracteriza por tener el cuello, las patas y el pico relativamente cortos y por el color mayoritariamente blanco de su plumaje, en el que apenas se aprecian diferencias sexuales
Ojos amarillos
Píleo
anaranjado
Pico corto
anaranjado
Cuello corto
y robusto
Manto
Mentón
cubierto
de plumas
Plumaje blanco
adornado con
tonos anaranjados
Pecho
Longitud
45-52 cm
Patas relativamente
cortas de color
amarillo grisáceo
Alimentación
Especie oportunista. Tiene hábitos alimentarios
bastante poco exigentes y adaptados a las
disponibilidades del medio. Predominan los
insectos y otros invertebrados. Es frecuente
observarlos en campos de labranza
Coloración
de cortejo
Reproducción
En época de reproducción los dormideros pueden albergar varios miles de parejas. Los nidos se ubican en árboles. Su construcción la llevan a cabo las hembras con material aportado por el macho y consiste en una pila de raíces, tallos y ramas de unos 20-45 cm de diámetro y 12-25 centímetros de altura
1 cm
La puesta de huevos
Entre mediados de mayo y finales de junio
Consta de cuatro o cinco huevos blancos. Su incubación, a cargo de ambos sexos, se prolonga durante 22-26 días. Los pollos son atendidos por los dos adultos y, transcurridos unos 20 días, ya deambulan por las ramas aledañas al nido
Garcilla bueyera
Bubulcus ibis
Es una garza acomodaticia y adaptable que a principios del siglo pasado
comenzó un proceso colonizador que todavía persiste y que la ha llevado
a extenderse desde el sur de Europa hasta Oceanía y desde África hasta Norteamérica
Presente todo el año
Zonas de invernada
Zona de cría estival
Hábitat
El comportamiento de esta ardeida resulta menos acuático que los de otras especies
del grupo. Frecuenta pastizales con abundante ganado, campos de labor y cultivos cuando
busca alimento, aunque tampoco falta en zonas encharcables y lagunas de poca profundidad
Vuelo
Posición
en vuelo
Patas
extendidas
Activo y móvil, hace carreras cortas precipitadas. Vuela con rápidos aleteos en línea. Se agrupan en formaciones pequeñas y desordenadas
Cuello
recogido
Envergadura
82-95 cm
Partes
del ala
Primarias
Secundarias
Terciarias
Coberteras
Cola
Resulta muy blanca y rechoncha en vuelo,
con las formas más compactas que otras garzas
Identificación
Esta garza de pequeño o mediano tamaño y formas bastante compactas se caracteriza por tener el cuello, las patas y el pico relativamente cortos y por el color mayoritariamente blanco de su plumaje, en el que apenas se aprecian diferencias sexuales
Ojos amarillos
Píleo
anaranjado
Pico corto. Oscuro al
principio, cambia rápido
a completamente amarillo
Cuello corto
y robusto
Manto
Mentón
cubierto
de plumas
Plumaje blanco adornado con tonos anaranjados en el píleo, la nuca, el pecho y la espalda
Pecho
Patas relativamente
cortas de color
amarillo grisáceo
Longitud
45-52 cm
Alimentación
Especie oportunista. Tiene hábitos alimentarios
bastante poco exigentes y adaptados a las
disponibilidades del medio. Predominan los
insectos y otros invertebrados. Es frecuente
observarlos en campos de labranza
Coloración
de cortejo
Reproducción
En época de reproducción los dormideros pueden albergar varios miles de parejas. Los nidos se ubican en árboles. Su construcción la llevan a cabo las hembras con material aportado por el macho y consiste en una pila de raíces, tallos y ramas de unos 20-45 cm de diámetro y 12-25 centímetros de altura
1 cm
La puesta de huevos
Entre mediados de mayo y finales de junio
Consta de cuatro o cinco huevos blancos. Su incubación, a cargo de ambos sexos, se prolonga durante 22-26 días. Los pollos son atendidos por los dos adultos y, transcurridos unos 20 días, ya deambulan por las ramas aledañas al nido
Sobre su organización. Durante los meses que no son de cría, están más extendidas. Dispersas. Y es posible ver dormideros en diferentes puntos. Sin embargo cuando llega la primavera, a partir de abril, aproximadamente, «se empieza a ver más trasiego de palitos», señala el técnico. Eso quiere decir que comienzan a construir sus nidos en los árboles valiéndose de raíces y tallos. En ese momento las aves se concentran en tres núcleos concretos e identificados donde las parejas nidifican, incuban los huevos y tienen a las crías. Se juntan porque son «muy gregarias y criar rodeadas de otras parejas les aporta seguridad».
Esos puntos están ubicados en el zoo de Santillana, en las Marismas Blancas de Astillero y en el Islote de San Pedruco, en Noja. En es te último tienen calculado que llegan a juntarse unas 500 parejas. Lo significa que, como mínimo, hay mil adultos. Una cifra a la que se sumarían los ejemplares que duermen, pero que no se reproducen. Por lo que el número será más elevado. En Astillero también rondan las 500 parejas (otros mil individuos) y en Santillana en 2020 otro estudio hablaba de 350 parejas. Datos a falta de actualizar el censo.
¿Y qué caracteriza a esta especie? Por un lado que son aves gregarias. «No son ejemplares solitarios» sino que se mueven en grandes bandos. De ahí que siempre se vean en grupos. Al amanecer salen del dormidero, pasan el día en grupos algo más reducidos y por la noche vuelven a juntarse todas. Además, por otro lado, son «generalistas» en lo que su alimentación se refiere, explica el director de Aves Cantábricas. Es decir, comen de todo: insectos, lombrices de tierra, escarabajos y otros invertebrados. Y eso facilita su adaptación a cualquier escenario. Suele ser habitual verles cerca del ganado así que en Cantabria han encontrado un «hábitat idóneo», añade, con mucha comida, prados húmedos y zonas de vacas.
Su llegada a Cantabria también tiene una historia curiosa. Está asociada al zoo de Santillana a donde llegaron los primeros ejemplares heridos. Allí se criaron hasta que un día varias parejas se escaparon del recinto. Y, a partir de ese momento, comenzó la expansión. ¿Se les puede considerar una especie invasora? No porque para calificarla como tal «tiene que estar la mano del ser humano de por medio», explica el técnico de SEO BirdLife. A pesar de los comienzos, se trata de una especie que «al final ha llegado por sí misma». De forma natural, coinciden ambos.
¿Y una amenaza? «No hay estudios al respecto», reconoce Alejandro García. Aunque siempre hay quien achaca su presencia a la disminución de otras especies que «comen lo mismo». Y opina lo mismo De Vega: «No parece que haya ninguna que esté bajando por ese motivo y no se hace esa relación».
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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