El gasto de los cántabros cae a mínimos históricos por las restricciones covid

Para comprender mejor el dato, hay que echar un vistazo a los números nacionales. Si en Cantabria la contracción del gasto fue contundente, a nivel estatal también fue elevado, aunque algo menor. En el conjunto del país, las familias gastaron más (30.242 euros) y el retroceso en el gasto fue inferior: un 10,7%, 5,8 puntos menos que a nivel regional.

Esto da una idea de la ferocidad con la que el coronavirus ha condicionado la economía regional. El fuerte desplome cobra aún más relevancia cuando se observa la serie histórica. El INE realiza la Encuesta de Presupuestos Familiares desde 2006. En ese primer ejercicio, cada familia dedicó a gastos 28.807 euros, un 14,4% más que ahora. Por entonces, el país se encontraba a punto de entrar en la última gran crisis económica que surgió después de que pinchase la burbuja inmobiliaria. Esta era comenzó en 2008 y sus también desoladores efectos tuvieron continuidad hasta 2014. Un año antes, en 2007, el gasto familiar alcanzó su máximo histórico (31.254 euros). Después registró una caída entre 2010 y 2016 -por la citada crisis-, aunque en ningún momento el balance se acercó al actual: el mínimo se marcó en 2014 (26.981 euros) para luego repuntar hasta el batacazo del año pasado.

Una vez constatado el fuerte desplome de 2020, el estudio del INE también analiza en qué apartados se cortaron más las familias a la hora de sacar la cartera -o la tarjeta bancaria- y también los diferentes sectores que más se vieron afectados. Porque los cántabros, como el resto de españoles, estuvieron más contenidos que nunca. Aquí hay una doble explicación, según recoge el estudio. Por un lado, muchos se vieron afectados directamente en términos laborales. Hay quien se quedó sin trabajo y otros muchos comenzaron a encadenar los famosos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Ante esta situación, el recorte era obligado. En cambio, los que no lo vivieron tan de cerca, se vieron influidos por el contexto de inestabilidad económica regional, nacional y mundial. Además, toda la población sufrió un confinamiento de tres meses que imposibilitó gastar el dinero como hasta entonces, especialmente en los sectores de la economía más afectados como, por ejemplo, la hostelería.

El gasto medio por hogar también disminuyó en la mayoría de actividades económicas estudiadas por el INE. A nivel nacional, el grupo que experimentó un descenso más brusco fue el de hoteles y restaurantes (-40,5% con respecto a 2019), seguido del ocio y la cultura (-31,9%), los transportes (-29,5%) y el vestido y el calzado (-28,8%). Sin embargo, Cantabria tuvo sus particularidades. Las restricciones a la movilidad, los confinamientos perimetrales, el encierro de los tres primeros meses o las estrictas medidas de aforo y horarios para la hostelería provocaron que las familias se fuesen menos de vacaciones y también saliesen menos a comer o cenar. La mayor bajada, por tanto, la registraron los hoteles y restaurantes. Cada núcleo familiar gastó 1.137 euros de media, un 39,1% menos que el año anterior.

Al pasar tanto tiempo en casa, no ir a la oficina y con una actividad social mucho más reducida para frenar los contagios, el segundo capítulo más afectado fue el de la ropa y el calzado. Los cántabros emplearon unos 894 euros en vestirse, un 36,2% menos que en el anterior ejercicio. Además, aquí la caída fue 7,4 puntos porcentuales más acusada que a nivel nacional.

El siguiente segmento en la lista de descensos fue el del ocio y la cultura. Con los cines y teatros cerrados, sin conciertos ni fiestas patronales, el gasto se redujo hasta los 988 euros por familia -un 31,9% menos, exactamente la misma cifra que a nivel nacional-. También se contrajo notablemente el dinero dedicado a los transportes. Cada familia gastó 2.722 euros de media, un 31,6% menos. Cierran el apartado de las reducciones, el presupuesto dedicado a muebles y artículos del hogar (1.036 euros, un 20,6% menos), otros bienes y servicios (1.782 euros, -18,9%) y el dedicado a la enseñanza (290 euros, -8,2%).

La especial situación que se vivió el año pasado por el covid provocó que no todo fueran bajadas en los gastos. También hubo dos puntos en los que las familias hicieron un mayor esfuerzo económico, que están perfectamente estudiados tanto a nivel nacional como autonómico. El primer capítulo es el de la alimentación y el de las bebidas no alcohólicas. En Cantabria supuso un desembolso de 4.329 euros de media. En cifras interanuales, es sólo un 1,7% más que en 2019, el año previo a la pandemia. A nivel nacional, en cambio, las familias hicieron un mayor aporte económico para alimentarse ya que la tasa de variación se elevó hasta el 6,8%.

El segundo gran apartado en el que creció el gasto a nivel nacional fue el de la vivienda, ya que bajo este epígrafe del estudio del Instituto Nacional de Estadística se incluyen todas las facturas de los hogares: desde la de la electricidad, a la del agua o el gas, por citar algunas. En cambio, en Cantabria se produjo una ligera bajada de un 1,3%: 9.173 euros por familia, en términos absolutos. Un dato que choca con el incremento estatal, que el INE fija en un 1,9%.