El gasto en los hogares de Cantabria aumenta tres veces más que la media de España

El gasto medio en los hogares cántabros creció un 12% en 2023, tres veces más que en el conjunto de España, donde el aumento fue del 3,8%. Pese a este llamativo incremento, apenas hay diferencia entre las cantidades gastadas: si el gasto medio anual por hogar en el país fue de 32.616 euros, en la región ascendió a 32.389; cada español gastó, de media, 13.120 euros, mientras que la factura individual de los cántabros fue ligeramente mayor, de 13.626 euros.

Los gastos vinculados a la vivienda y sus suministros (con un incremento del 4,6% respecto a 2022), y los dedicados a la compra de alimentos (un 14% más) suponen prácticamente la mitad del presupuesto familiar de los cántabros, que tienen en el transporte el tercer gran capítulo de gasto, con un incremento del 14,3%.

El mayor gasto medio registrado en los hogares de todo el país, un 3,8%, casi coincide con la inflación promedio del ejercicio, de un 3,6%, de forma que se podría explicar por el alza generalizada de precios. En Cantabria, con ese 12% de aumento de gasto, no encaja tan bien y debe justificarse por el mayor volumen de dinero empleado en costear esos tres apartados que exigen mayor inversión, que han exigido un esfuerzo más grande a las familias.

En ese amplio listado de desembolsos, la vivienda y los recibos de suministros como el agua, el gas y la electricidad se llevaron casi la tercera parte del presupuesto familiar, con un 31,49% –muy cercano al 31,79% de la media nacional–. Los hogares cántabros destinaron de media 10.200 euros en 2023, un 4,6% más de lo que gastaron en este concepto el año anterior.

La alimentación, el segundo gran apartado de gasto para los hogares, se llevó 5.495 euros, un 14% más que en el ejercicio precedente, sin que esto quiera decir que la cesta de la compra aumentara de volumen, sino, más bien, el encarecimiento de todos los productos. La casa y la comida, gastos inevitables para todas las familias, acaparan así el 48% de todo el presupuesto, algo común a todos los hogares españoles. El porcentaje aumenta en el caso de las familias que disponen de menos recursos y que, obligadas a hacerles frente, tienen que destinar una mayor parte de sus ingresos a costearlos.

El INE permite afinar aún más los pagos realizados: alquileres e hipotecas supusieron casi 8.000 euros de gasto medio, mientras que los fijos de agua, luz, gas y otros combustibles y servicios elevaron la factura a más de 1.100 euros. El mantenimiento y las reparaciones en las casas costaron en total 308 euros.

Llenar el carro de la compra de alimentos costó exactamente 5.160 euros, aunque la factura final del supermercado subió otros 334 euros de media por las bebidas no alcohólicas que se compraron.

Los grupos familiares invirtieron de media 4.548 euros en transporte, un salto superior al 14% respecto a 2022, cuando la factura ascendió a 3.982 euros, y eso a pesar de las ayudas puestas en marcha por la Administración para compensar la subida de precio del combustible.

Cada familia de la región destinó de media 1.347 euros en la adquisición de vehículos, un gasto menos en comparación con el uso de estos vehículos personales, 2.949 euros. Otros 250 euros se emplearon en otros medios de transporte.

La lectura de los datos proporcionados por el INE parecen indicar un cambio en los hábitos del comportamiento del consumidor desde la pandemia, que se traduce en una mayor inversión en ocio, unos hábitos mucho más acusados entre los cántabros que entre el resto de españoles. De hecho, el mayor incremento de gasto en 2023 en los hogares de la región corresponde al apartado de ocio y cultura, con un crecimiento del 34,7% –en España aumentó un moderado 9,1%–, seguido por el de restaurantes y hoteles, con el 28,3% –la media del país es del 13,2%–. Los casí 1.500 euros que los hogares dedicaron al ocio y la cultura –una cantidad inferior a la media española, de 1.651 euros– se repartieron entre bienes para el ocio, el deporte y la cultura, como juegos, instrumentos musicales, jardinería, mascotas, etc. (514 euros); servicios recreativos, deportivos y culturales (490 euros, con un crecimiento de casi el 60%); prensa, libros y artículos de papelería (175 euros); paquetes turísticos (166 euros, un 50% más que en 2022), y equipos audiovisuales, fotográficos y de procesamiento de información (146 euros).

La cuenta de restaurantes y comedores ascendió a 2.722 euros, con un aumento del 30%, muy parecido al de los servicios de alojamiento, que costaron 446 euros a cada hogar cántabro. El encarecimiento de estos servicios puede haber pesado tanto en los resultados finales como su mayor uso.

El apartado de 'otros bienes y servicios' del INE, cuyo coste se eleva hasta los 2.308 euros anuales para las familias de la Comunidad –cerca de 300 euros más de gasto que en 2022– incluye conceptos entre los que destacan los seguros (1.032 euros), y el cuidado personal (965 euros, con un aumento del 23,7%).

El gasto en sanidad se disparó un 23,4% en 2023, hasta los 1.357 euros de media por hogar, una evolución que contrasta con el ligero aumento del 1,7% nacional, con un gasto de 1.242, visiblemente menor. Las familias dedicaron 863 euros a la compra de productos, aparatos y equipos médicos –un 23,5% más–, e invirtieron 494 a servicios médicos, ambulatorios y hospitalarios –un gasto que creció el 28,5%–.

En comparación con otros apuntes, el gasto en vestido y calzado resulta más moderado: los hogares cántabros destinaron 863 euros a renovar su vestuario y 335 a mejorar su zapatero, con un 16,5% de gasto más que el año anterior.

El gasto medio en muebles y artículos para el hogar ascendió a 1.137 euros, que se desglosan entre bienes y servicios para el mantenimiento corriente del hogar (510 euros); muebles y accesorios, alfombras y otros revestimientos de suelos (216 euros); aparatos domésticos (194 euros);menaje y herramientas del hogar (121 euros), y artículos textiles (95 euros).

De todo este abanico de gastos que deben afrontar las familias cántabras, sólo dos, con poca relación entre sí, disminuyeron en 2023: el de bebidas alcohólicas y tabaco y el de enseñanza. El primero, con un presupuesto total de 448 euros, se redujo un 2,5%, y demuestra que el hábito de fumar sigue disminuyendo: mientras el gasto en bebidas alcohólicas aumentó un 7,5%, hasta los 221 euros, el del tabaco cayó un 8%, lo que equivale a 226 euros.

La reducción de costes de la enseñanza para las familias cántabras, de un 4,2%, se debe excluivamente al menor gasto en Enseñanza Secundaria y postsecundaria no superior, que bajó un llamativo 32%, con 39 euros. Sí creció, en cambio, para Enseñanza Infantil y Primaria, un 17,4% más, con algo más de 60 euros.

Como es fácil de suponer, el gasto de los hogares aumenta conforme lo hace el número de miembros, aunque el gasto por persona no coincide. Así, si en cada hogar cántabro se gastaron, como media, 32.389 euros, esa cantidad se redujo a 23.149 en aquellos en los que vive una persona sola; fue de 30.750 euros para las que cuentan con dos miembros; de 36.714 euros para los de tres y de 44.880 para los de cuatro y más. El gasto por persona, en cambio, se reduce al aumentar el número de integrantes de cada hogar. Si en Cantabria, de media, es de 13.626 euros, llega hasta los 23.149 cuando una persona vive sola; aumenta a 15.375 para las parejas; se reduce a 12.238 en los hogares con tres miembros y baja aún más, a 10.081 euros, cuando los componen cuatro personas o más.

Atendiendo a criterios regionales, las comunidades autónomas con mayor gasto medio por persona en el año 2023 fueron País Vasco (15.570 euros), Baleares (14.769) y Madrid (14.650).

En el extremo opuesto de la tabla, Extremadura (11.103 euros), Canarias (11.373) y Murcia (11.620) registraron los menores gastos medios por persona. Cantabria se sitúa en la zona media, en octavo puesto, con 13.627 euros, algo por encima de la media nacional, de 13.120 euros.

El gasto medio por persona en el País Vasco fue un 18,7% mayor que la media nacional, mientras que el de Extremadura se situó un 15,4% por debajo de dicha media.

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