Más gente al sol que en el agua

Las playas eliminan casi todas sus restricciones. Durante las primeras semanas de la 'desescalada' sólo se podía pasear por la arena -aquellos que vivieran en un kilómetro a la redonda- y practicar deportes federados en los arenales. Ahora, con la llegada de la fase dos, se amplían las posibilidades. Desde ayer, ya se puede tomar el sol, jugar a las palas y darse un chapuzón en el mar, aunque de momento son pocos los valientes que se animan a bañarse. El viento del nordeste y la baja temperatura del agua ahuyentó a la mayoría, que prefieren reservarse para los meses más cálidos del verano. Eso sí, los surfistas, enfundados en el neopreno, aprovecharon para adentrarse con sus tablas, aunque no había muchas olas.

Está previsto que el Gobierno de Cantabria publique una guía de recomendaciones para las playas. Para su elaboración, se reunirán mañana representantes del Ejecutivo, de Delegación de Gobierno, de ayuntamientos y de la federación de municipios para aportar las ideas que conformarán el documento y que verá la luz «a finales de esta semana o principios de la siguiente».

Si hay algo en lo que coincidieron ayer los paseantes de las playas de El Sardinero y El Camello fue en la seguridad. No es obligatorio utilizar mascarilla dentro de los arenales -únicamente cuando no sea posible mantener la distancia de dos metros con el resto de usuarios- y, aunque la mayoría no hizo uso de esa prenda, tampoco fue necesario porque no había mucha gente y se podía pasear respetando las distancias. La mayoría considera que esto cambiará cuando se permitan los desplazamientos entre comunidades autónomas y Cantabria reciba la visita de turistas. Pero más vale prevenir que curar. La mayoría llevaba su mascarilla en la mochila a modo de prevención, para ponérsela en el caso de pararse a hablar con algún conocido. Otros, para evitar marcas del sol, se decantaron por utilizar pantallas faciales. Lo que sigue prohibido en esta fase es lavarse en las duchas de la playa, que están precintadas para evitar el acceso. Al tener un pulsador para que salga el agua, podría convertirse en una fuente de contagio si lo toca alguien infectado de coronavirus.

Teresa Solar aprovechó la soleada mañana de ayer para pasear por El Camello. «Es un avance poder disfrutar de las playas. Vivo cerca y he tenido la suerte de poder andar más días, pero se nota que hay más gente hoy», expuso la santanderina. «La gente está cumpliendo con las normas. Es fácil porque todavía no vienen muchas personas, cuando llegue el verano será más complicado», apuntó José Carlos Noriega, quien paseaba a su lado.

Las playas no se saturaron ayer en Santander ni en ningún otro punto de la región. En Laredo hubo poco movimiento, algunos se animaron a tomar el sol, a practicar surf y kitesurf y a pasear, aunque los arenales estuvieron bastante vacíos. Las playas de Canavalle y Valdearenas, las más importantes de Piélagos, también contaron con algunos paseantes. Allí, el viento fue un gran aliado de los surfistas, ya que se forman muchas olas. En Suances, la mayoría prefirió pasear que bañarse y el alcalde, Andrés Ruiz Moya, avanzó que el Ayuntamiento pondrá en marcha de cara al verano un servicio de vigilancia especial para facilitar el cumplimiento de las medidas de seguridad. En San Vicente de la Barquera, las personas también pasearon con distancia suficiente y las playas estuvieron más llenas por la tarde que por la mañana. Por el contrario, Comillas se fue vaciando con el paso de las horas porque el cielo se nubló al mediodía.