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Nuevo relevo a la vista en el organigrama de Sanidad. Y esta vez, de primera fila. La gerente del Servicio Cántabro de Salud (SCS), Celia Gómez, uno de los principales pilares del equipo de Miguel Rodríguez, ha comunicado su decisión de dejar el cargo tras ... aceptar otra oferta profesional. Un destino que no ha trascendido aún, pero que desde el minuto uno le resultó interesante, según ha podido saber este periódico. No obstante, ha esperado a que llegara el momento adecuado para dar el paso, una vez superado el caos sanitario generado por la gigantesca sexta ola covid, un escenario complicado de gestionar y que contaba con un inconveniente añadido, las bajas y los movimientos de despachos decididos en la última reestructuración por el consejero. No sólo había una vacante en la propia Gerencia que llevaba seis meses sin cubrirse, la de su número dos, el subdirector de Asistencia Sanitaria, Trinitario Pina (cesado en octubre), que fue sustituido finalmente en febrero por el psiquiatra Óscar Fernández Torre; sino que antes de ese nombramiento hubo otro que también afectó de lleno al equipo de Celia Gómez: la salida del subdirector de Gestión Económica del SCS, Juan Carlos Rey, designado para ocupar la Secretaría General de la Consejería de Sanidad tras ser apartada de ese puesto de confianza Virginia García.
Ahora que la pandemia entra en fase de tregua y se han organizado los puestos, la gerente ha comunicado su dimisión al consejero, que además de jefe es amigo personal y no dudó en confiarle hace dos años y medio uno de los puestos de mayor responsabilidad dentro del área sanitaria del Gobierno. De hecho, ella era, junto con los gerentes de los tres hospitales (Rafael Tejido, en Valdecilla; Pedro Herce, en Sierrallana-Tres Mares; y Mónica Hernández, en Laredo), de las pocas personas del equipo inicial de Rodríguez –con quien siempre ha presumido de tener «una relación magnífica»– que aún aguantaba el desgaste de las sucesivas embestidas del covid. Es más, el único despacho dentro de la Gerencia del SCS que no ha cambiado de nombre en este tiempo era el suyo.
Licenciada en Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo, cuando asumió la Gerencia del SCS, venía de gestionar el servicio de salud andaluz, quince veces mayor que el de Cantabria, «aunque con los mismos problemas, como la falta de profesionales y las listas de espera», como reconocía en su primera entrevista con este periódico. Entonces, se mostraba dispuesta a «cambiar las cosas» –siempre se ha declarado «optimista por naturaleza»–, con un objetivo a la cabeza de su lista de propósitos: la implantación de un nuevo modelo de Atención Primaria, que admitía que estaba «en una situación crítica». «Hay que romper el puzle y volver a montarlo», advertía entonces, a sabiendas de las dificultades para encontrar la fórmula, teniendo en cuenta que el problema de base es el déficit de médicos de familia y pediatras, mientras la demanda no deja de crecer, sobre todo como consecuencia del envejecimiento poblacional. Pero lo que nadie imaginaba es que apenas unos meses después le iba a tocar gestionar la mayor crisis sanitaria de la historia reciente y que en el intento iba a sufrir incluso un infarto, con una recaída posterior. Ni en el primer episodio, más grave (fue operada en Valdecilla), ni en el segundo susto, se llegó a plantear abandonar el cargo. Es más, no tardó en reincorporarse y tomó las riendas de nuevo con una aparente tranquilidad en plena vorágine de la campaña de vacunación.
Para el consejero, la marcha de Celia Gómez, sin duda, supone un golpe inesperado en sus planes, justo en un momento en el que los sindicatos se han revuelto por «la ausencia de negociaciones y la falta de diálogo» con la Administración, labor que Rodríguez había delegado precisamente en la cúpula del SCS. Yencontrar sustituto a estas alturas puede no ser tarea fácil, como se ha visto a la hora de cubrir la Subdirección de Asistencia Sanitaria. En todo caso, fuentes próximas a la gerente, aseguran que ella se va «contenta» por el trabajo desempeñado, aunque los retos que se marcó al llegar se han quedado en la lista de pendientes por culpa del covid, que ha estado «muy a gusto en Cantabria», pese a que ha sido una legislatura «muy complicada», y que afronta «ilusionada» su nueva etapa profesional.
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