El PRC gestionará cinco consejerías y el PSOE, la Vicepresidencia y otras tres

El nuevo Gobierno de Cantabria tendrá diez integrantes y estará formado por nueve consejerías, cinco bajo la dirección del PRC y cuatro (una de ellas será asumida por la vicepresidencia) del PSOE.

Los regionalistas controlarán Presidencia y Justicia; Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo; Innovación, Industria, Turismo y Comercio; Ganadería, Pesca, Desarrollo Rural y Medio Ambiente.

Los socialistas se hacen con Economía y Hacienda; Universidades, Cultura y Deporte; Sanidad; e Igualdad, Empleo y Políticas Sociales.

Además, Pablo Zuloaga será el vicepresidente del Ejecutivo dirigido por Miguel Ángel Revilla. El número uno socialista asumirá también una de las consejerías de su partido y será el portavoz del Gobierno, así como el encargado de firmar todos aquellos acuerdos o convenios que autorice el Gabinete regional.

En el reparto de las consejerías, la gran novedad es que el PRC asumirá Educación, hasta ahora en manos del PSOE, primero con Ramón Ruiz y después con Francisco Fernández Mañanes. Además, Urbanismo y Ordenación del Territorio quedan integradas junto a Obras Públicas, mientras que Industria se mantiene con Turismo, Comercio e Innovación. Presidencia asumirá la competencia de Acción Exterior, que viene a sustituir a Asuntos Europeos.

La parte socialista se hará cargo de Universidades (separada de Educación), mientras que Sanidad queda como única área de la Consejería y queda separada de Políticas Sociales, que incluirá Igualdad y Empleo.

Otra de las grandes novedades afecta a Sodercán. La Sociedad para el Desarrollo de Cantabria, que controla la práctica totalidad de las ayudas públicas a las empresas de la región, será controlada ahora por el Partido Regionalista tras quedar integrada en la Consejería de Industria. Hay que recordar que durante la legislatura pasada PSOE y PRC pactaron su separación de Industria, de tal forma que fueron los socialistas los que asumieron el control de la empresa pública.

Por contra, será el Partido Socialista el que proponga al presidente del Parlamento. Al PRC le corresponderá la propuesta de senador autonómico (que debe ser elegido por la Cámara regional), así como al vicepresidente primero y al secretario primero de la Mesa del legislativo.

Por último, el presidente de la Autoridad Portuaria y el interventor general del Gobierno serán nombrados a propuesta consensuada entre profesionales de reconocido prestigio y experiencia profesional entre ambas formaciones políticas a propuesta del consejero que ostente las competencias en la materia.

En la parte programática, regionalistas y socialistas fijan ochos ejes básicos de lo que será su gestión los próximos cuatro años:

1.- La defensa del modelo de Estado de Bienestar mediante un desarrollo amplio de las políticas orientadas a la protección de los derechos de las personas.

2.- Como seña de identidad se impulsará el hospital Valdecilla como centro público de referencia de la sanidad española y europea.

3.- La atención ciudadana reclama también políticas en ámbitos como el derecho a la vivienda, la cultura, la juventud, el deporte y la cooperación al desarrollo.

4.- El empleo de calidad será otro de los objetivos de la política del Gobierno.

5.- El Gobierno defenderá una Cantabria justa, abierta, inclusiva y tolerante, en la que la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres sea un logro irrenunciable.

6.- Una fiscalidad justa y efectiva que luche contra el fraude.

7.- Se reforzará la apuesta por la innovación, la educación, la universidad, la formación profesional, la industria y el turismo.

8.- Se desarrollarán políticas que conviertan la obra pública en infraestructuras en un motor económico de crecimiento y compensador de los desequilibrio territoriales.

El acuerdo llegó tras horas de tensión entre las dos formaciones por los pactos municipales. El PSOE escenificó su malestar con su socio retrasando un encuentro que, a priori, estaba convocado a las 11.30 horas. El primer aviso llegó con un aplazamiento de media hora de la reunión en el despacho que el presidente tiene en el antiguo hospital de San Rafael. Pero, a pesar del cambio, los de Pablo Zuloaga les plantaron en el despacho durante cerca de 40 minutos más en un pulso para reconducir o, en el mejor de los casos, agilizar las alianzas en algunos ayuntamientos. La espera indignó a los regionalistas que les llamaron por teléfono, ya visiblemente molestos, tras veinte minutos de espera en los despachos. La respuesta al otro lado del teléfono provocó que los regionalistas se levantaran y se fueran a las dependencias que tienen una planta más arriba.

El conato de incendio de las relaciones apenas duró unos minutos. El PSOE llamó para decir que enseguida llegaban. Como así fue, aunque los regionalistas se la devolvieron haciéndoles esperar en la sala cerca de diez minutos.

A pesar de que la tensión era palpable, una vez dentro no tardaron ni una hora en avanzar la negociación del pacto regional y confeccionar el reparto de áreas que contente a los dos. El PRC puede vender que queda por encima de los socialistas, aunque de forma numérica no cumple la «proporcionalidad» que pretendía en base a los resultados de las elecciones, donde doblaron casi los diputados a los de Pablo Zuloaga. Y los socialistas mantienen holgadamente el tipo al reeditar el mismo número de consejerías que logró Eva Díaz Tezanos en el anterior acuerdo. Era el reto que se habían marcado de cara a sus bases.