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ABEL VERANO
Santoña
Jueves, 2 de abril 2020, 07:06
«No todos los gitanos de Santoña que están en la calle están confinados totalmente. Porque mis hermanos, mis padres y mis cuñados están bien, no han estado malos ni han estado con el virus. Y si la gente les ve por la calle para ir a comprar el pan o hacer sus recados, no quiere decir que se estén saltando el confinamiento». Este el mensaje que lanzó ayer a los santoñeses desde su casa Eliecer Vargas, integrante de la Asociación Gitana de la villa y mujer del presidente de este colectivo, Roque Hernández.
Eliecer, su marido y sus cuatro hijos pertenecen a una de las 21 familias (suman alrededor de 70 personas, mayoritariamente de etnia gitana) que están desde el pasado domingo en confinamiento permanente o forzoso en sus viviendas por el Covid-19 tras la solicitud realizada por el Ayuntamiento a la Consejería de Sanidad.
Tras permanecer dos días ingresada en el Hospital Comarcal de Laredo y dar negativo en dos ocasiones por coronavirus, Sanidad consideró que, por precaución, debían seguir un confinamiento total. «Pese a que estamos todos muy bien, aceptamos la medida».
Roque Hernández - Presidente de la Asociación Gitana
Eliecer Vargas - Miembro de la Asociación Gitana
Pero lo que no entiende esta integrante del colectivo gitano santoñés es que cada vez que un vecino ve por la calle a un gitano, piense que se ha saltado el confinamiento. Como ejemplo, cuenta que hace unos días uno de sus primos tuvo que vivir un situación incómoda y desagradable, ya que cuando fue a realizar unas compras en un supermercado de la localidad, la cajera dio aviso a la Guardia Civil de la presencia de este vecino de etnia gitana. «Los agentes le pidieron los datos y comprobaron que él podía salir de casa. Y yo pregunto: ¿Eso no se lo podían hacer a los payos también? ¿Cómo saben si un payo se ha saltado el confinamiento?». La respuesta es que tendrían que comprobar sus datos como hicieron los agentes con su primo. «No lo entiendo», afirma resignada al ver que su colectivo está estigmatizado en la villa tras el fallecimiento de varios vecinos gitanos como consecuencia del Covid-19.
Eliecer cree que actualmente no hay forma de saber si un payo que va por la calle sin mascarilla o guantes está infectado o no. «Puede que se encuentre bien, pero que sea portador del virus». «Todo el mundo tendríamos que estar confinados para que esto se corte», sentencia.
Pese a esas situaciones que se están dando en algunos momentos puntuales, el presidente del colectivo gitano, Roque Hernández, lanza un mensaje positivo. «El pueblo de Santoña nos está dando todo su cariño y su apoyo. Siempre hemos tenido una convivencia muy normal y muy buena durante los más de cincuenta años que llevamos aquí. Nunca ha habido un problema o altercado que pudiera dañar la convivencia entre gitanos y no gitanos y queremos seguir así».
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Roque aboga por la «paz social» y que «no haya enfrentamientos». «Es lógico que dados los tiempos que vivimos toda persona tenga miedo a contagiarse, y más si se ha levantado algo de fama por ahí o nos han tildado de algo, lo que puede provocar que alguien se retire un poco o esté recelosa, pero eso no tiene que romper la buena convivencia».
El presidente de la Asociación Gitana de Santoña también quiso aclarar una polémica suscitada ayer después de que se hiciera público que la Guardia Civil había trasladado unas diligencias al Juzgado de la villa tras una denuncia contra el alcalde Sergio Abascal por un presunto delito de odio.
Según explicó Hernández, el colectivo no ha interpuesto ninguna denuncia contra el regidor y así se lo hicieron saber en la mañana de ayer. Tras investigar el asunto, el presidente dio con la persona que, a título particular, había puesto dicha denuncia y «ya la ha quitado». «Está todo aclarado, esa persona denunció los audios que han circulado por ahí y que se malinterpretaron al pensar que eran del alcalde».
El presidente del colectivo gitano recordó que hace unos días tuvieron un acto de conciliación con el alcalde «en el que admitió que sus declaraciones en la emisora municipal no habían sido adecuadas, y donde dejó claro que en ningún momento ha querido dañar ni estigmatizar a la comunidad gitana en Santoña». Además, asegura que, en ese encuentro, el regidor les aclaró que el confinamiento total venía porque hay un alto índice de contagio entre la población gitana y desde la Consejería de Sanidad obligaban a tomar esa medida. «El alcalde nos pidió disculpas y se puso a nuestra entera disposición, de ahí que no hayamos denunciado; al revés, estamos defendiendo al Ayuntamiento diciendo que él no es el autor de los audios ni el promotor de ellos».
Al margen de esta polémica, los vecinos de Santoña vivieron con normalidad la décimo octava jornada de estado de alarma después de las nuevas notificaciones de confinamiento total.
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