El Gobierno anuncia que las obras del nuevo Mupac comenzarán antes de que acabe el año

El Gobierno, para la ocasión, transformó la Sala Pereda del Palacio de Festivales en una caverna prehistórica, con imágenes de estalactitas y estalagmitas proyectadas en sus paredes, y en el ambiente, el sonido de un goteo incesante y misterioso. El Ejecutivo en pleno, portavoces de los grupos parlamentarios, diputados, autoridades y representantes de toda la sociedad cántabra, se dieron cita para la puesta de largo del proyecto, a la que, lógicamente, tampoco faltaron la directora del Museo Altamira, Pilar Fatás, ni el responsable del actual Mupac, Roberto Ontañón. Durante media hora de reloj, un Zuloaga exultante fue explicando con todo detalle cómo será el museo, su génesis y, también, lo que ha costado llegar hasta este punto. Fue su intervención todo un repaso a una legislatura complicada –«vivimos momentos convulsos», dijo–, durante la que se ha hecho frente a una crisis sanitaria y a los efectos de una guerra en Europa que han obligado a reajustes presupuestarios sobrevenidos. «Obligados a trabajar en lo urgente sin dejar de lado lo importante», resumió. Y uno de esos proyectos «de legislatura» que nada logró orillar es el Mupac.

El vicepresidente alabó el consenso entre Administraciones –Gobierno regional, central y Ayuntamiento de Santander–, que ha permitido hacer realidad este proyecto «que cierra un debate que ha estado abierto durante décadas». Un Mupac al que Zuloaga atribuye, no solo valor cultural: «También hablamos de economía, de turismo y de investigación».

Según aseguró, el nuevo Mupac será «un motor de desarrollo para Cantabria», que creará puestos de trabajo directos e indirectos y contribuirá a «desestacionalizar la oferta cultural y turística en Cantabria».

Se refirió también al tirón conjunto que ejercerán el Mupac, el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo –que estará abierto, anunció, este mismo año–, y el futuro centro CC2 de la Unesco que se emplazará en Santillana del Mar: todo ellos harán que la región pase «del vagón de cola en la difusión del arte rupestre, a la locomotora».

Zuloaga echó cuentas sobre la financiación del Mupac, con una inversión prevista de 45 a 50 millones de euros, agradeciendo los 11 millones ya recogidos en los Presupuestos del Estado para 2022, a los que sumó una partida de otros 10, procedente del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), y el ahorro anual de 3 millones que se obtendrá tras concluir el edificio y reubicar en él a 300 trabajadores de las sedes administrativas del Gobierno que ahora se alquilan.

También se refirió a los avances experimentados para hacer realidad el nuevo Mupac: en junio finalizará la redacción del proyecto de ejecución, y comenzará la tramitación para licitar las obras, con la previsión de que los trabajos se inicien antes de fin de año. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento de Santander está agilizando las gestiones administrativas en materia de licencias de obras y de actividad, cesión de terrenos, redistribución de redes de saneamiento y ampliación del área de urbanización y mejora del entorno del edificio.

La delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, y el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santander, César Díaz –en representación de la regidora, ausente por motivos de agenda–, explicaron el papel de apoyo de sus respectivas Administraciones, la primera con la financiación al proyecto, y el segundo con la colaboración de la ciudad con el Museo de Prehistoria, que se remonta a sus inicios, en 1908.

En cuanto a las características de la construcción, ya detalladas en días previos por El Diario, Zuloaga las sintetizó en una palabra: «¿Cómo va a ser el edificio? Espectacular». «El nuevo Mupac tendrá una destacada presencia urbana, y establecerá nuevos vínculos con la ciudad, nuevos vínculos con los visitantes, no solo a través del propio edificio, sino a través de la propia historia que cuenta el edificio».

«Queremos finalizar esta legislatura con el proyecto adjudicado y con las máquinas trabajando en los solares de Puertochico», insistió al final de su intervención. «Estamos reimaginando Cantabria y el nuevo Mupac será esencial para hacer de nuestra tierra un punto de encuentro entre la tradición y la modernidad».

«Muy bien explicado», fue lo primero que dijo el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, al subir al escenario, provocando algunas risas y rebajando unos grados la solemnidad.

En su breve alocución, Revilla subrayó que el Mupac conforma, junto con La Pasiega y la protonterapia, «la trilogía de proyectos de legislatura», «tres proyectos de altura para una región que tiene mucho futuro».

Fue él el encargado de poner el punto final al acto. «Me estoy imaginando, en tres años, una 'milla de oro' en Santander que empieza en el Centro Botín –ya una realidad–, en el Reina Sofía, donde está el Banco de España; el museo del Banco de Santander –que va a ser probablemente la mejor colección privada de España, y quizás de Europa–, y el Mupac, en un recorrido que se hace andando en veinte minutos, y con un museo puro National Geographic que es la bahía de Santander. ¿Hay alguien que pueda ofrecer algo mejor? Creo que no. Adelante».