El Gobierno no aprobará el PGOU de Piélagos hasta que desaparezca la protección de La Pasiega

«No existe justificación jurídica para proteger el suelo rústico donde irá el complejo. El Ayuntamiento ha generado un conflicto de competencias por su propuesta de calificación del suelo», denuncian desde Sicán, donde al contrario que al PSOE sí les preocupa que la nueva valoración de esos dos millones de metros cuadrados impida el destino industrial previsto. De hecho, si el Consistorio no da el visto bueno a la alegación presentada por la empresa pública, será la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo la que introduzca los cambios. Así lo subraya Sicán en su escrito: «Se corre el riesgo de que la Crotu modifique ese suelo para ser coherente y congruente con sus decisiones anteriores, por lo que podría exigir casi con toda seguridad un nuevo periodo de información al público del PGOU, lo que dilataría su proceso de aprobación definitiva».

Este organismo, cuyo asesor jurídico es el regionalista Vicente Mediavilla, ya aprobó en su día el PSIR para La Pasiega, un instrumento que blinda la construcción del polígono industrial frente a cualquier normativa urbanística municipal. El problema es que el PGOU, según Sicán, obvia su existencia y «no respeta» las decisiones tomadas por el Gobierno en este sentido. Por eso, la Crotu lo echaría para atrás si la calificación del suelo de La Pasiega no cambia. «La obligación de recoger el PSIR en el documento no es una opción sino una obligación», le recuerda Sicán al Consistorio.

Situado en Parbayón, a 13 kilómetros del Puerto de Santander y a 11 del aeropuerto, con conexión a la carretera N-626 y a la línea ferroviaria Santander-Madrid, el suelo sobre el que se pretende construir el centro intermodal figura como rústico en el Plan General de Piélagos de 1993, activo en estos momentos. En 2013, el Ayuntamiento encargó a una empresa externa la redacción del nuevo PGOU. La Pasiega quedó entonces marcada como zona de PSIR, con medio millón de metros cuadrados de suelo urbano y urbanizable y el resto como protegido. En aquella ocasión, según explicaron desde Urbanismo, no intervino Ordenación del Territorio, sino que fue iniciativa de la propia firma contratada catalogarlo así, basándose en el mapa ZAE que la Universidad elaboró para el Gobierno en 2007 y que cartografía todas las zonas con valor agroecológico de Cantabria.

El Ayuntamiento de Piélagos aprobó por unanimidad ese documento inicial del PGOU en diciembre de 2015, es decir, ya con el PSOE y el PRC al mando del municipio y de la Comunidad. Tres años después, ese informe ha sufrido importantes modificaciones, algunas a causa de las alegaciones presentadas por particulares, por lo que ha vuelto a aprobarse en el Pleno municipal hace un mes, esta vez con el voto en contra de IU y la abstención de AVIP. Y una de las principales diferencias con el de 2015 es la desaparición de ese medio millón de metros cuadrados de suelo urbanizable y urbano en La Pasiega, a costa de ampliar la protección a un terreno destinado a cambiar el futuro industrial de la región.

Para Sicán, este planteamiento del equipo de gobierno de la alcaldesa, Verónica Samperio, es «incongruente con la política territorial del Gobierno». «No respeta los principios de cooperación, coordinación y colaboración entre administraciones, y tampoco tiene en cuenta los trabajos previos realizados», lamentan. Un tono especialmente duro para un escrito técnico de estas características, y muy distinto al utilizado por la vicepresidenta, Eva Díaz Tezanos, cuando salió de su reunión con Miguel Ángel Revilla de hace un mes para aclarar este asunto: «Se ha montado una polémica donde no existe, porque todo el Gobierno está apoyando un proyecto fundamental para el desarrollo de la comunidad».

Una de las principales criticas de Sicán va dirigida a la razón esgrimida por el Ayuntamiento para sobreproteger los terrenos. El citado mapa ZAE «no tiene valor normativo ni administrativo alguno», según la empresa, que no entiende cómo el Consistorio «le atribuye unas determinaciones vinculantes mayores a las que las podrían tener unas directrices regionales del suelo». «La clasificación del suelo no se puede fundamentar por un plano que no ha pasado por un proceso de aprobación de la Administración», insiste Sicán.

Además, llaman la atención sobre que el Consistorio siguió a rajatabla ese mapa en algunas zonas del municipio y en otras prefirió obviarlo y tener en cuenta la realidad concreta del terreno. «En algunos suelos se siguió otro criterio distinto al de La Pasiega, que nos parece más razonable y coherente: la situación real del terreno y su transformación total o parcial», señalan desde la compañía dependiente de la Consejería de Industria.

En la empresa pública esperan que este conflicto con el Ayuntamiento no retrase el calendario previsto y que las obras puedan ponerse en marcha el próximo año, y además, con el interés detrás de una importante empresa del sector metalúrgico cuyo nombre no quiso desvelar el consejero Francisco Martín. Esta compañía estaría en disposición de ocupar «la mitad» de esta superficie en la zona. «La Pasiega es un proyecto de futuro, aunque tendría que haber sido el del presente», insistió hace sólo unos días Martín, que atribuyó el retraso del plan de desarrollo a las «zancadillas» del anterior Ministerio de Fomento, dirigido por el exalcalde de Santander Íñigo de la Serna.