El Gobierno calcula que desarrollar La Pasiega costará 105 millones

El dinero se gastará en la urbanización del polígono, los accesos y los servicios. La estación intermodal no está incluida en este presupuesto dado que su financiación correrá a cargo del Ministerio de Fomento, uno de los compromisos adquiridos por el Gobierno de Pedro Sánchez en el pacto del PRC con los socialistas. Dada la envergadura de esta inversión, el Ejecutivo regional prevé llevarla a cabo en dos fases, desdoblando también la primera de ellas en dos. La aportación económica dependerá de la evolución del proyecto, según confirma la Consejería.

Otra de las grandes novedades del proyecto es que finalmente la superficie sobre la que se desarrollará se reduce en 700.000 metros cuadrados hasta quedarse en cerca de dos millones. El Gobierno ha renunciado a estos 700.000 metros para evitar la expropiación de muchas de las viviendas que están construidas en el Llano de la Pasiega. Algo que en cierta medida también contribuirá a agilizar los trámites del proyecto.

¿Y cómo se encuentra ahora mismo esa tramitación? El consejero de Industria espera que el Plan Singular de Interés Regional (PSIR) para desarrollar el área industrial se presente la próxima semana para su aprobación ambiental. Si todo marcha según las previsiones del Ejecutivo, las obras propiamente dichas podrán comenzar «aproximadamente en un año». Cosa diferente es la puesta en marcha efectiva de la operatividad del polígono, que se demoraría algo más, aunque los deseos del consejero se centren en acortar esos plazos. «La realidad es que La Pasiega tiene mucho camino andado. Ya tuvimos todos los encontronazos posibles la pasada legislatura», señaló Martín, que confía en que la primera empresa interesada pueda instalarse «dentro de 18 meses».

La actuación, que está «blindada» al incluirse en el Plan de Ordenación del Litoral (POL) y desarrollarse a través de un PSIR, se aprobará de forma definitiva en un plazo «no superior a ocho o diez meses», para licitar después el proceso de expropiación y ejecución de la primera fase, según los cálculos del responsable de Industria. «Es el gran proyecto de futuro de Cantabria», afirmó Martín a preguntas de este periódico. «Estará en una privilegiada, por su proximidad al aeropuerto, al Puerto de Santander, a pie de tren y autovía, y en medio del corredor Santander-Torrelavega, conexiones que también desarrollará el Gobierno de Cantabria». En su opinión, el Llano de La Pasiega supondrá la llegada de empresas del mundo de la logística a Cantabria. «Hay cantidad de firmas que ya están llamando para informarse y reservar suelo en este polígono», añadió.

Escuchar el nombre de La Pasiega es hacer referencia a uno de los principales caballos de batalla de la política regional de los últimos años. El proyecto nació en 2006, a iniciativa del primer bipartito PRC-PSOE, presidido por Miguel Ángel Revilla y con Miguel Ángel Pesquera al frente de Industria. El espacio del futuro centro logístico, que hoy no es más que un gran pasto en Parbayón (Renedo de Piélagos), a 13 kilómetros del Puerto de Santander y a once del aeropuerto, con fácil conexión por carretera y a la línea ferroviaria, chocó primero de frente contra el muro de la crisis económica y quedó guardado en un cajón.

Después topó con la negativa del exministro de Fomento Íñigo de la Serna, que esgrimió un informe técnico que concluía que el polígono no era «de interés para el Puerto de Santander», con lo que resultaba injustificada «cualquier participación de la Autoridad Portuaria en el plan».

El tercer bache llegó con el desencuentro con el Ayuntamiento de Piélagos y su intención de proteger el terreno frente a cualquier uso industrial contrario a la preservación del valor natural del entorno. La solución llegó vía Presupuestos de Cantabria y una enmienda a la Ley de Acompañamiento que incluyó los terrenos en el área industrial. Así que parece que finalmente es ahora que el camino está despejado. Y más cuando los movimientos en Peña Herbosa delatan que es este, sin lugar a dudas, uno de los proyectos que el presidente Revilla quiere convertir en realidad.